La anemia es un trastorno sanguíneo frecuente, casi siempre consecuencia de una carencia de hierro. Por tanto, representa un verdadero problema de salud pública, ya que afecta a más de mil quinientos millones de personas en todo el mundo. Las personas más expuestas son los niños, los adolescentes, las embarazadas y las mujeres en edad fértil. Sin embargo, la enfermedad afecta a todos los grupos de edad, incluidos hombres y ancianos.
En Francia, se estima que el 25% de las mujeres antes de la menopausia tienen una carencia de hierro, y que el 5% padece anemia comprobada. En los hombres y las personas mayores, la anemia es menos frecuente, pero sigue siendo motivo de preocupación por sus posibles repercusiones en la salud general.
¿Qué es la anemia y cómo reconocerla?
La anemia se define como una disminución del nivel de hemoglobina en la sangre. Esta proteína, contenida en los glóbulos rojos, es esencial para transportar oxígeno a las células. Cuando los niveles de hemoglobina descienden, el cuerpo recibe menos oxígeno, lo que provoca fatiga intensa, tez pálida, dificultad para respirar al hacer esfuerzos y, a veces, mareos o dolores de cabeza.
No se trata de una enfermedad aislada, sino de un síndrome que puede tener varias causas subyacentes. La anemia puede ser leve y pasar desapercibida, o manifestarse con signos clínicos evidentes que merman la calidad de vida.
¿Cuáles son los mecanismos biológicos de la anemia?
Hay tres mecanismos principales que pueden causar anemia:
- Pérdidas de sangre agudas o crónicas, como menstruaciones abundantes o hemorragias digestivas.
- Reducción de la producción de glóbulos rojos por la médula ósea, a menudo relacionada con carencias nutricionales o enfermedades crónicas.
- Aumento de la destrucción de glóbulos rojos, fenómeno conocido como hemólisis, que puede ser de origen inmunológico, infeccioso o genético.
La comprensión de estos mecanismos permite identificar el tipo de anemia en cuestión y proponer un tratamiento adecuado, ya sea médico o natural.
¿Cuáles son los distintos tipos de anemia y cómo distinguirlos?
La anemia no se manifiesta de la misma manera en todos los pacientes. Existen varias categorías, en función del tamaño de los glóbulos rojos (volumen medio de hematíes), de su nivel de hemoglobina y de la capacidad de la médula ósea para producir nuevas células sanguíneas (nivel de reticulocitos).
Anemia microcítica hipocrómica aregenerativa
Es la forma más frecuente. Los glóbulos rojos son pequeños y poco coloreados debido a la falta de hemoglobina. Este tipo de anemia se debe generalmente a una carencia de hierro, ligada a una ingesta insuficiente o a pérdidas excesivas (menstruaciones abundantes, hemorragias digestivas).
Anemia macrocítica normocrómica aregenerativa
En este caso, los glóbulos rojos son más grandes de lo normal. Esta anemia suele estar relacionada con una carencia de vitamina B12 o de ácido fólico (vitamina B9). Puede ser de origen nutricional o resultar de un trastorno de la absorción intestinal. La anemia de Biermer, por ejemplo, es una forma autoinmune de carencia de vitamina B12.
Anemia normocítica normocrómica regenerativa
En este caso, los glóbulos rojos son de tamaño normal, pero su destrucción es acelerada. Es lo que se conoce como anemia hemolítica, y está causada por infecciones, ciertas enfermedades genéticas como la anemia falciforme, o reacciones a ciertos fármacos.
Anemia normocítica normocrómica aregenerativa
Esta forma más rara es el resultado de una disfunción de la médula ósea. Patologías como la leucemia, ciertas enfermedades genéticas (talasemia) o deficiencias hormonales (hipotiroidismo, insuficiencia renal) pueden provocar esta anemia.
¿Cuáles son los signos clínicos de la anemia?
Los síntomas varían en función de la gravedad de la anemia y de su causa. Sin embargo, hay varios signos comunes a todas las formas:
- Fatiga persistente, incluso después de descansar
- Tez y mucosas pálidas
- Palpitaciones y dificultad para respirar al hacer esfuerzos
- Sensación de mareo, dolores de cabeza
- Disminución de la concentración, problemas de memoria
- En algunos pacientes, disminución de la libido o trastornos del estado de ánimo
Cuando la anemia está relacionada con una carencia de hierro, pueden aparecer otros signos: uñas quebradizas, cabello seco, piel seca o incluso grietas en las comisuras de los labios.
Las formas ligadas a una carencia de vitamina B12 pueden ir acompañadas de síntomas neurológicos: hormigueo en las extremidades, entumecimiento, problemas de equilibrio.
Los signos de anemia hemolítica incluyen ojos amarillos (subicterus), orina oscura y bazo agrandado.
¿Quién corre más riesgo de padecer anemia?
Las mujeres en edad fértil, sobre todo las que utilizan DIU, corren especial riesgo debido a sus menstruaciones abundantes. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como los adolescentes en edad de crecimiento, también pueden correr el riesgo de padecer una carencia de hierro si su dieta no es suficientemente equilibrada.
En los niños que viven en condiciones precarias, ciertos tipos de intoxicación (plomo, pintura vieja, desagües) pueden alterar la producción de glóbulos rojos.
La anemia debida a pérdidas digestivas (úlceras, pólipos, medicamentos irritantes) afecta a menudo a las personas mayores, pero también puede deberse a carencias alimentarias, a veces vinculadas a una disminución del apetito o a problemas digestivos.
¿Cuáles son las causas médicas de la anemia?
Además de las pérdidas de sangre y las carencias nutricionales, hay otras afecciones que pueden provocar anemia:
- Inflamación crónica (poliartritis, lupus, tuberculosis, VIH)
- Cánceres que afectan a la médula o causan hemorragias ocultas
- Enfermedades renales que interfieren en la producción de eritropoyetina, la hormona que estimula la médula ósea
- Enfermedades genéticas (anemia falciforme, talasemia, esferocitosis)
- Exposición a sustancias tóxicas o a determinados fármacos
Es esencial consultar a un profesional sanitario para determinar la causa exacta de la anemia, ya que el tratamiento depende estrechamente del diagnóstico.
¿Cuáles son las posibles complicaciones de la anemia?
Si no se trata, la anemia puede tener graves consecuencias para la salud. Una anemia crónica grave puede sobrecargar el corazón y provocar angina de pecho, o incluso aumentar el riesgo de infarto en personas frágiles.
La carencia prolongada de vitamina B12 puede causar daños neurológicos irreversibles si no se corrige a tiempo.
Por último, algunas anemias hemolíticas pueden provocar daños renales graves que requieren tratamiento urgente.
La anemia es un trastorno complejo con múltiples causas, y merece una atención especial desde los primeros signos. Aunque las formas más frecuentes están relacionadas con carencias de hierro o vitaminas, puede haber otras causas más graves. Una consulta médica es esencial para establecer un diagnóstico preciso y aplicar el tratamiento adecuado.