Hemorragias en caballos: una contusión bajo el casco

La hemorragia, una afección común pero a menudo mal entendida en los caballos, causa hematomas bajo el cuerno del casco. Estos hematomas causan mucho dolor y pueden provocar complicaciones graves si no se tratan. En este artículo analizaremos las causas, los síntomas, los métodos de diagnóstico y los tratamientos disponibles para las hemorragias. También veremos alternativas naturales y medidas preventivas para garantizar la salud y el bienestar de su caballo.

¿Cuáles son las causas?

La hemorragia es un hematoma bajo el cuerno del casco, similar a un hematoma bajo la uña tras un golpe. Se reconoce por una pequeña mancha rojiza bajo la suela del caballo, resultado de una bolsa de sangre formada tras una herida. A menudo, esta herida puede convertirse en un absceso si no se trata correctamente.

Las hemorragias pueden deberse a varios factores. Un golpe violento o un impacto en el casco, por ejemplo con piedras, pueden causar estas lesiones. Los caballos con pies planos o suelas finas son especialmente propensos. Un herraje deficiente o el uso de herraduras ortopédicas también pueden provocar hemorragias.

Las consecuencias de estas lesiones pueden variar. En general, las hemorragias no se consideran lesiones graves. Sin embargo, si se infectan, pueden tener un impacto significativo en la salud de su caballo. Un absceso en el pie, resultado de una hemorragia no tratada, puede causar cojera aguda y dolor intenso. En los caballos de competición, estas lesiones pueden requerir varios meses de recuperación, poniendo en peligro su carrera deportiva. En las yeguas, las lesiones graves en las patas pueden impedir la gestación debido al peso adicional que conllevan.

¿Cuáles son los síntomas de una hemorragia?

El principal síntoma de hemorragia en los caballos es la cojera. Aunque es menos dolorosa que un absceso, la molestia no deja de ser notable. El cuerno terroso y marrón del casco suele enmascarar el enrojecimiento asociado a la contusión, lo que dificulta su detección visual. En los cuernos de color claro, puede verse una pequeña mancha rosácea. Con el tiempo, una ampolla puede convertirse en un hematoma o un absceso si existe comunicación con el exterior, permitiendo la entrada de bacterias.

Las hemorragias suelen descubrirse cuando un caballo está cojo. El herrador utiliza unas pinzas para localizar la zona dolorida y hacer el diagnóstico. Existen tres tipos de hemorragias:

  1. Hemorragia seca: identificable por una mancha roja bajo el cuerno.
  2. Hemorragia húmeda: lesión con exudación de suero.
  3. Hemorragia supurativa: un hematoma lleno de pus.

Cada tipo de hemorragia requiere una atención especial para evitar agravar la lesión. Si su caballo presenta una cojera inexplicable, es esencial que consulte a un herrador lo antes posible para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

¿Cómo se diagnostica?

Las cojeras se diagnostican principalmente utilizando unas pinzas para pies. Esta herramienta sirve para localizar la zona dolorida y determinar la naturaleza de la lesión. Una vez identificada la blema, el herrador procede al tratamiento desbridando la zona afectada. Este proceso consiste en eliminar el tejido muerto para facilitar la cicatrización.

Además del desbridamiento, se protege la zona afectada. Esto puede incluir el uso de un herraje ajustado para eliminar la presión sobre la zona afectada. Unas herraduras correctamente ajustadas son esenciales para evitar la reaparición de las manchas y permitir que el caballo cicatrice correctamente.

El herrador también puede recomendar cuidados adicionales, como vendas específicas o productos veterinarios para acelerar la curación. Es importante seguir las recomendaciones del profesional para garantizar una recuperación completa y prevenir futuras complicaciones.

¿Qué tratamientos existen?

En el caso de las manchas no infectadas, el tratamiento más sencillo consiste en dejar descansar al caballo en un suelo blando hasta que se cure. Sin embargo, es vital consultar a un herrador con regularidad, aproximadamente cada 5 o 6 semanas para los pies sensibles y cada 8 semanas para los demás caballos.

También pueden utilizarse productos veterinarios para prevenir el desarrollo de la infección y acelerar la curación. Si se siente cómodo utilizando herramientas de herrador, puede limpiar la suela para resaltar la hemorragia. Si no, lo mejor es llamar a un herrador que podrá localizar y tratar la hemorragia.

Las hemorragias que se han convertido en abscesos requieren un tratamiento más intensivo. El herrador debe drenar el pus y tratar la infección bacteriana. Es esencial proteger la zona tratada para evitar nuevas infecciones. En caso de hemorragias múltiples, puede utilizarse una plancha de esponja ancha o una plancha de tablas.

En todos los casos, el caballo debe guardar reposo hasta que el hematoma se haya curado por completo. Un seguimiento regular y unos cuidados adecuados son esenciales para prevenir complicaciones y mantener los pies de su caballo en buen estado de salud.

¿Cuáles son las alternativas naturales?

Los tratamientos naturales pueden ser una alternativa eficaz para tratar los hematomas en los caballos. En homeopatía, el árnica se utiliza a menudo internamente para reducir la inflamación y acelerar la curación. Los baños de tinturas madre de hipérico y caléndula diluidas 1:3 también pueden ser beneficiosos.

La fitoterapia ofrece opciones como la pomada o cataplasma de consuelda. El alquitrán vegetal también es un producto excelente para el mantenimiento del cuerno, especialmente en invierno cuando el suelo está embarrado. Protege el casco de la humedad y evita que se pudra.

Aceites esenciales como el eucalipto yel helicriso italiano pueden aplicarse en forma de cataplasma con arcilla verde. Estos aceites tienen propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, que pueden ayudar a curar los hematomas.

Incorpore estas alternativas naturales a la rutina de cuidados de su caballo para mantener la salud de sus patas y prevenir complicaciones. No obstante, consulte a un veterinario antes de iniciar cualquier tratamiento para comprobar que es adecuado para el estado de salud de su animal.

¿Cuáles son los medios de prevención?

La prevención de los hematomas es esencial para garantizar la buena salud y el rendimiento de su caballo. Una rutina de cuidados regular es crucial. La aplicación diaria de una pomada negra puede ayudar a mantener la fortaleza de los pies y prevenir lesiones. Esta pomada desinfecta los pies y evita que se pudran, especialmente recomendada para caballos estabulados o en periodos húmedos.

Revise los cascos y la planta del pie de su caballo con regularidad y detenimiento para detectar cualquier signo de conmoción o lesión. Una intervención rápida puede evitar sufrimientos graves y la formación de un absceso.

Unos pies sanos aportan comodidad y rendimiento. Por lo tanto, es esencial comprobar regularmente su estado y mantener unos pies sanos. Siguiendo estos consejos preventivos, puede minimizar el riesgo de magulladuras y garantizar el bienestar de su caballo.

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