La infertilidad es una realidad que afecta cada vez a más parejas. Según las últimas estimaciones, una de cada cuatro parejas tiene dificultades para concebir, una cifra que ha ido en aumento en las últimas décadas. ¿La causa? Una combinación de factores médicos, ambientales y sociales que influyen en la fertilidad tanto de hombres como de mujeres. En este artículo exploramos las principales causas de infertilidad. Luego trataremos de entender cómo nuestro entorno y estilo de vida también pueden influir.
La infertilidad en cifras: un problema creciente
La edad media de las mujeres en el momento de su primer embarazo sigue descendiendo. En 1975 era de 24 años, frente a los 28,8 de 2019. La fertilidad femenina disminuye de forma natural con la edad, sobre todo a partir de los 30 años y de forma más acusada a partir de los 35. Pero la edad no lo explica todo.
Muchos otros factores médicos y ambientales influyen en la fertilidad de las parejas. Además, actualmente se atribuyen causas de infertilidad a determinadas patologías, desequilibrios hormonales e incluso a la contaminación y la dieta moderna.
Causas médicas de la infertilidad
La infertilidad se define como la incapacidad de una pareja para concebir tras un año de relaciones sexuales regulares sin protección. Puede ser de origen femenino, masculino o mixto.
En la mujer: causas hormonales y mecánicas de infertilidad
La infertilidad femenina puede estar relacionada con diversos problemas de salud, como trastornos hormonales que alteran la ovulación. También existen causas mecánicas que afectan al aparato reproductor. Estas disfunciones dificultan la concepción y a menudo requieren un tratamiento adecuado.
Causas hormonales: una alteración del ciclo menstrual perturba la fertilidad
La ovulación, esencial para la concepción, está regulada por un complejo equilibrio hormonal. Un desequilibrio hormonal puede impedir la maduración de los óvulos o hacer que el útero sea menos receptivo a la implantación.
- Síndrome de ovario poliquístico (SOP ): es una de las principales causas de infertilidad en las mujeres. Afecta a 1 de cada 10 mujeres y se caracteriza por una producción excesiva de andrógenos (hormonas masculinas), lo que altera la ovulación. El resultado son ciclos menstruales irregulares, o incluso la ausencia total de ovulación. También hay una producción excesiva de folículos ováricos, sin liberación del óvulo. Así como un mayor riesgo de resistencia a la insulina, que puede empeorar la infertilidad.
Soluciones: Un seguimiento médico adecuado (dieta, ejercicio físico, tratamientos hormonales) puede ayudar a regular el ciclo y mejorar la fertilidad.
- Un tiroides demasiado activo(hipertiroidismo) o demasiado lento(hipotiroidismo) puede desequilibrar el ciclo menstrual y afectar a la ovulación. El tiroides influye en la producción de hormonas sexuales como la progesterona y los estrógenos.
Soluciones: Un análisis de sangre de TSH puede detectar un trastorno tiroideo y, si es necesario, iniciar un tratamiento.
- Hiperprolactinemia: la prolactina es una hormona que desempeña un papel clave en la producción de leche después del parto. Pero cuando se segrega en exceso fuera del embarazo o la lactancia, puede interferir en la ovulación.
Soluciones: identificar la causa (estrés, tumor benigno de la hipófisis, toma de determinados medicamentos) y adaptar el tratamiento.
Causas mecánicas: obstáculos físicos a la concepción
Aunque la ovulación se desarrolle con normalidad, las anomalías anatómicas pueden impedir que el óvulo y el espermatozoide se encuentren o dificultar la implantación del embrión en el útero.
- La endometriosis, una enfermedad poco conocida: la endometriosis afecta a alrededor del 10-15% de las mujeres en edad fértil. La enfermedad se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera del útero (ovarios, trompas de Falopio, intestinos, etc.). En respuesta, este tejido puede provocar una inflamación crónica. También puede formar quistes o adherencias que obstruyan las trompas de Falopio.
Soluciones: Aunque la endometriosis no conduce sistemáticamente a la infertilidad, es necesario un seguimiento médico y a veces una intervención quirúrgica para restablecer la fertilidad.
- Obstrucción de las trompas de Falopio: las trompas de Falopio permiten el paso del óvulo hasta el útero. Si están obstruidas, la fecundación resulta imposible. Esta obstrucción puede deberse a infecciones ginecológicas no tratadas (como la clamidia o las infecciones gonocócicas). También puede deberse a antecedentes de cirugía pélvica o endometriosis.
Soluciones: La intervención quirúrgica (laparoscopia) puede a veces restablecer la permeabilidad tubárica, pero en casos de obstrucción grave suele ser necesaria la fecundación in vitro (FIV).
- Malformaciones uterinas: algunas mujeres nacen con anomalías uterinas (útero tabicado, útero bicorne, etc.). Estas anomalías dificultan la implantación o aumentan el riesgo de aborto.
Soluciones: algunas malformaciones pueden corregirse mediante cirugía.
En los hombres: anomalías espermáticas frecuentes que provocan infertilidad
Contrariamente a la creencia popular, la infertilidad no es sólo un problema femenino. En casi la mitad de los casos, los hombres se ven afectados, solos o en combinación con un factor femenino. La fertilidad masculina depende fundamentalmente de la buena calidad del esperma, es decir, de la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides. Cuando un desequilibrio o anomalía afecta a estos parámetros, la concepción puede ser más difícil o incluso imposible.
El varicocele, principal causa de infertilidad masculina
Se trata de una dilatación anormal de las venas del cordón espermático, situado alrededor de los testículos. Es frecuente y afecta a alrededor del 15% de los hombres en general, y hasta al 40% de los hombres infértiles. Esta afección interrumpe el flujo sanguíneo a los testículos, lo que provoca un aumento de la temperatura testicular, perjudicial para la producción de esperma. También provoca un aumento del estrés oxidativo (daños celulares en los espermatozoides) y un deterioro de la movilidad de los espermatozoides (lo que reduce su capacidad para fecundar el óvulo).
Soluciones: En los casos en los que el varicocele afecta significativamente a la fertilidad, puede considerarse la cirugía(varicocelectomía) para mejorar la producción y la calidad de los espermatozoides.
Trastornos hormonales y genéticos que afectan directamente a la espermatogénesis
La espermatogénesis está controlada por un equilibrio hormonal preciso. Cualquier desequilibrio en las hormonas sexuales puede alterar la espermatogénesis y provocar infertilidad. Por ejemplo:
- Déficit de testosterona: La testosterona es la hormona clave de la fertilidad masculina. Una producción insuficiente puede reducir la cantidad de espermatozoides y perjudicar su calidad. Esta carencia puede estar relacionada con trastornos hipofisarios, anomalías testiculares o envejecimiento prematuro.
- Hiperprolactinemia: La secreción excesiva de prolactina (una hormona que normalmente interviene en la lactancia femenina) puede bloquear la producción de testosterona y provocar problemas de fertilidad.
- Anomalías genéticas: Algunos hombres presentan mutaciones o anomalías cromosómicas que afectan a su fertilidad. El síndrome de Klinefelter (presencia de un cromosoma X de más) provoca una reducción o ausencia de producción de esperma.
- Microdeleciones del cromosoma Y, que afectan a determinados genes esenciales para la espermatogénesis.
Soluciones: Dependiendo del origen del problema, el médico sugerirá un tratamiento hormonal. En algunos casos de infertilidad genética, sólo la procreación médicamente asistida (PMA), como la fecundación in vitro(FIV) con inyección intracitoplasmática de espermatozoides(ICSI), puede permitir la concepción.
El impacto de los factores medioambientales en la fertilidad: contaminación, dieta y estrés
Aunque las causas médicas de la infertilidad son bien conocidas, el medio ambiente y el estilo de vida también desempeñan un papel crucial en la reducción de la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres. En las últimas décadas, los científicos han observado un aumento preocupante de los trastornos reproductivos, coincidiendo con la creciente exposición a sustancias nocivas, dietas desequilibradas y estilos de vida estresantes. Los contaminantes, los disruptores endocrinos, el sedentarismo, el tabaquismo y el estrés crónico se han identificado como factores agravantes. Su impacto es tanto más preocupante cuanto que puede afectar a varias generaciones, alterando de forma permanente el equilibrio hormonal y la calidad de los gametos.
Entre las observaciones más alarmantes, destaca una tendencia en particular: la espectacular disminución del número de espermatozoides en los países industrializados.
Descenso alarmante del número de espermatozoides
Desde hace varias décadas, los investigadores observan un hundimiento de la concentración de esperma en los hombres. Entre 1973 y 2011, los estudios muestran un descenso de más del 50% en el número de espermatozoides por mililitro de semen. Y la tendencia no parece invertirse. Este fenómeno, que afecta sobre todo a los países desarrollados, plantea una pregunta importante: ¿qué tienen nuestro entorno y nuestro estilo de vida que están alterando hasta tal punto la fertilidad masculina?
El papel del estilo de vida
Nuestros hábitos también influyen en la fertilidad. Entre los factores agravantes se encuentran :
- El tabaco, el alcohol y el cannabis, que afectan a la calidad de los gametos. También reducen la movilidad de los espermatozoides y aumentan la fragmentación de su ADN, lo que complica la fecundación y aumenta el riesgo de aborto.
- Una alimentación desequilibrada, pobre en nutrientes esenciales (omega-3, zinc, vitaminas B y D).
- La obesidad, que afecta al equilibrio hormonal y puede provocar problemas de ovulación y una disminución de la producción de esperma.
- El estrés, un factor a menudo subestimado que puede alterar la ovulación y reducir la libido.
- Alteradores endocrinos: Estas sustancias químicas imitan o bloquean las hormonas naturales, alterando la espermatogénesis. Se encuentran en los plásticos (bisfenol A), ciertos cosméticos y productos domésticos y en los envases de los alimentos.
- Pesticidas y metales pesados: Presentes en el aire, el agua y los alimentos, pueden afectar a la fertilidad al reducir el recuento de espermatozoides y aumentar el estrés oxidativo en los testículos.
El impacto psicológico de la infertilidad: todavía un tema tabú
Además de los aspectos médicos y medioambientales, la infertilidad es también un calvario emocional. El estrés de los fracasos repetidos, la presión social y la incertidumbre del proceso médico pueden repercutir en la moral de las parejas afectadas. No dudes en abrir un diálogo, buscar el apoyo adecuado y consultar a un profesional. La fertilidad es un tema complejo, pero hay maneras de mejorar las posibilidades de concebir ¿Necesitas apoyo personalizado? Consulte a un profesional de la fertilidad o a un especialista en micronutrición para una evaluación adaptada a su situación.
Conclusión
Si una mujer tiene dificultades para concebir tras 12 meses de intentos (o 6 meses si tiene más de 35 años), es esencial que consulte a un ginecólogo o a un especialista en fertilidad. Un control hormonal y pruebas de imagen (ecografía, histerosalpingografía) ayudarán a identificar una posible causa y a orientarte hacia la solución más adecuada. Un estilo de vida más sano puede mejorar la fertilidad en pocos meses Como el ciclo de producción de espermatozoides dura unos 3 meses, las mejoras pueden notarse con relativa rapidez tras los cambios dietéticos y de comportamiento. Cada caso es único, pero existen soluciones
Fuente:
- https://www.inserm.fr/dossier/infertilite/
- https://www.urologyhealth.org/healthy-living/urologyhealth-extra/magazine-archives/spring-2018/did-you-know-varicocele
- https://academic.oup.com/humupd/article/23/6/646/4035689