Laminitis: ¿cómo reconocer los signos?

La laminitis es una afección grave de los cascos equinos, a menudo relacionada con otras enfermedades. Esta afección, que puede ser mortal, requiere atención inmediata y cuidados adecuados.

¿Cuáles son sus causas?

Los problemas podales son la principal causa de cojera en los caballos de edad avanzada. La laminitis sigue siendo la afección diagnosticada con mayor frecuencia. Se ha demostrado una asociación estadísticamente significativa entre el envejecimiento y el riesgo de desarrollar laminitis. Los caballos mayores son especialmente vulnerables debido a una serie de factores:

  • menor síntesis de queratina
  • ingesta nutricional inadecuada
  • factores medioambientales,
  • falta de mantenimiento de los pies,
  • y la presencia de una enfermedad sistémica concomitante.

Las endocrinopatías como la disfunción de la pars intermedia pituitaria y el síndrome metabólico equino son causas frecuentes de laminitis crónica en caballos de edad avanzada.

La laminitis es la congestión e inflamación del pie equino. Se trata de una urgencia médica. Un tratamiento rápido es esencial para limitar las complicaciones y las secuelas incapacitantes. El pie está formado por la falange distal rodeada por dos capas entrelazadas: el querafilo (capa externa) y el podofilo (capa interna). Estas dos capas, unidas entre sí, garantizan la adherencia entre las estructuras internas del pie y la pared del casco.

Durante la laminitis, la inflamación y la interrupción del riego sanguíneo del pie provocan la rotura de estas láminas. Esto provoca una pérdida de cohesión entre la falange distal y la pared dorsal del pie.

¿Cuáles son los síntomas de la laminitis?

La laminitis se manifiesta a través de diversos síntomas, a menudo localizados en las dos patas delanteras, pero también puede afectar a las cuatro patas o a una sola.

Signos de laminitis aguda: Los signos clínicos incluyen inflamación y dolor intenso en los pies, especialmente al pellizcar. Los caballos adoptan una postura analgésica característica. Acampanan las patas delanteras por delante de la vertical y colocan las traseras debajo de ellas. Esto alivia el dolor al desplazar el peso a los talones. Otros síntomas son la dificultad para moverse, los andares acalambrados, la reticencia a dar pie y un caballo que se queda quieto. Este último síntoma puede dar lugar a complicaciones como miositis o cólicos.

Signos de laminitis crónica: Esta forma prolonga la fase aguda. El casco puede estar deformado, con la formación de estrías horizontales características, una depresión en el talón coronario y cojera de leve a moderada. Los caballos afectados también pueden mostrar protuberancias en la parte delantera de los pies afectados.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

El diagnóstico de la laminitis se basa principalmente en la observación de los síntomas clínicos y en pruebas adicionales. La palpación del pie con pinzas puede revelar sensibilidad en las pinzas.

Un examen radiográfico (vistas frontal y lateral) es crucial para confirmar la sospecha de laminitis. Muestra la posición relativa de la falange distal en relación con la pared del casco. También puede detectar zonas de desprendimiento entre el queráfilo y el podofilo. La radiografía también ayuda a afinar el pronóstico observando el colapso de la falange, que tiene mal pronóstico, y a controlar la evolución de la enfermedad en caso de laminitis crónica.

El flebograma, aunque poco utilizado en este campo, permite visualizar la red vascular del pie mediante una radiografía tomada tras la inyección de un medio de contraste. Esta técnica es útil para detectar lesiones vasculares en laminitis con compresión de la tercera falange. Sin embargo, es menos frecuente debido a la facilidad del diagnóstico clínico.

¿Qué tratamientos existen?

El tratamiento de la laminitis tiene como objetivo controlar el dolor, reducir el daño tisular, mejorar la vascularización del pie y prevenir o limitar la rotación de la falange distal. Es fundamental tratar la causa subyacente de la laminitis.

  • Control del dolor: el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) oaspirina es esencial para aliviar el dolor del caballo. La crioterapia continua prolongada consiste en aplicar frío en los pies para combatir la inflamación. Esta técnica debe iniciarse en cuanto aparecen los síntomas y continuarse 24 horas después de que hayan desaparecido.
  • Gestión de la laminitis aguda: En la fase aguda, no es aconsejable herrar ni calzar al caballo para evitar cualquier estrés mecánico. El apoyo del talón, mediante el uso de taloneras, ayuda a reducir la tensión en el tendón flexor profundo del dedo.
  • Cuidados deherraje: Una vez estabilizada la laminitis, los cuidados de herraje son esenciales para mejorar el confort del caballo. El recorte curativo, el uso de herraduras adecuadas (herraduras en forma de M o de corazón) y las placas protectoras de poliuretano pueden ayudar a sujetar la falange distal y reducir el dolor.

¿Cuáles son las alternativas naturales?

La fitoterapia es un tratamiento complementario eficaz para la laminitis, especialmente en caballos de edad avanzada que sufren laminitis crónica. Su objetivo es controlar el dolor, restablecer la perfusión vascular podal, tratar la causa subyacente y prevenir el vuelco de la falange distal.

  • Plantasantiinflamatorias: la corteza de sauce, las sumidades floridas de ulmaria, las raíces secundarias de garra del diablo, los rizomas de cúrcuma y las partes aéreas de ortiga son conocidas por sus propiedades antiinflamatorias.
  • Plantas estimulantes de la circulación: la vid roja, el ginkgo biloba y el crisantemo son útiles para estimular la microcirculación periférica, ayudando a tratar la laminitis.
  • Apoyo endocrino: el sauzgatillo se utiliza para tratar endocrinopatías como el síndrome metabólico equino y la disfunción de la pars intermedia pituitaria, a menudo asociada a la laminitis crónica.
  • Otras plantas: La ortiga y el diente de león por sus propiedades depurativas, la alcachofa y el cardo mariano por su efecto estimulante sobre el hígado, y la ulmaria por sus propiedades drenantes y analgésicas.
  • Gemoterapia : el nogal y el romero pueden ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre.

Masajear los músculos flexores y extensores, utilizar vasodilatadores y tomar suplementos de biotina para favorecer el crecimiento de los cuernos también son opciones de tratamiento.

¿Qué se puede hacer para prevenirla?

Para prevenir la laminitis, es esencial controlar los trastornos endocrinos con la ayuda de un veterinario. Los caballos con predisposición a la obesidad deben ser alimentados con una dieta hipocalórica adecuada.

Medidas preventivas:

  • Aislar el almacén de grano para evitar accidentes.
  • Restringir el acceso a los pastos durante los periodos críticos (primavera y otoño).
  • Limitar el aporte energético favoreciendo los forrajes poco energéticos.
  • Comprobar regularmente el grosor de las plantas de los pies y estar atento a los signos de alerta (pies calientes y pulsos digestivos).

En caso de ingestión excesiva de grano, debe realizarse un lavado gástrico lo antes posible. También es crucial controlar el sobrepeso del caballo y evitar el pastoreo repentino. Si se sospecha una enfermedad hormonal, la detección precoz y el tratamiento adecuado pueden prevenir la laminitis.

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