Los virus transmitidos por mosquitos representan una importante amenaza para la salud pública mundial. Estos patógenos, transportados principalmente por especies de mosquitos como el Aedes aegypti y el Culex pipiens, son responsables de enfermedades graves como el dengue, el chikungunya, el zika y la encefalitis japonesa. La transmisión de estos virus se ve facilitada por los viajes internacionales, el cambio climático y la rápida urbanización, lo que aumenta la vulnerabilidad de las poblaciones humanas. Comprender los mecanismos de transmisión y desarrollar estrategias de prevención y control son esenciales para reducir el impacto de estas enfermedades transmitidas por vectores.
Chikungunya: origen, transmisión y síntomas
Dengue: un reto mundial para la salud pública
Eldengue es una enfermedad vírica transmitida por hembras infectadas de mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, que pican principalmente durante el día. Presente en regiones tropicales y subtropicales, se ha extendido rápidamente, sobre todo en Europa y Francia.
En 2023, se registraron 2.019 casos importados de dengue y 45 casos autóctonos en Francia continental. Entre enero y abril de 2024, se registraron 1.361 casos importados, principalmente de Martinica, Guadalupe y Guayana Francesa.
Los primeros síntomas aparecen entre 4 y 10 días después de la picadura: fiebre alta (40°C), cefaleas, dolores musculares y oculares, náuseas, vómitos, linfadenopatías y erupciones cutáneas. Los síntomas suelen durar de 2 a 7 días. Pueden producirse complicaciones graves, como dengue grave o hemorrágico, que requieren atención médica inmediata.
El diagnóstico se basa en análisis de sangre para detectar el virus o anticuerpos (IgG, IgM). El tratamiento es sintomático, y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y la aspirina están contraindicados por el riesgo de hemorragia.
La prevención es esencial, incluida la protección personal contra las picaduras y el control de los criaderos. Se recomienda la vacunación a las personas que viven en zonas endémicas con antecedentes probados de infección. El dengue, también conocido como “gripe tropical”, es una prioridad de salud pública mundial.
Virus del Zika: implicaciones para la salud reproductiva
El virus del Z ika se transmite a los seres humanos a través de las picaduras de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, así como por contacto sexual. En 2023, hubo 9 casos importados de Zika en Francia continental. Los síntomas aparecen entre 3 y 12 días después de la picadura e incluyen fiebre, dolores de cabeza, dolores y molestias, conjuntivitis, edema de manos y pies y erupciones cutáneas. La mayoría de los casos son leves y curan en un plazo de 2 a 7 días.
El diagnóstico se realiza mediante RT-PCR para detectar ARN viral y serología para anticuerpos IgM e IgG. El tratamiento es sintomático, principalmente con paracetamol, y es esencial una buena hidratación. Los antiinflamatorios no esteroideos y laaspirina están contraindicados.
Se han observado complicaciones neurológicas, como el síndrome de Guillain-Barré, y malformaciones congénitas en recién nacidos. La prevención se basa en la protección contra las picaduras de mosquitos y en evitar la transmisión sexual, especialmente en el caso de las mujeres embarazadas.
La lucha contra el Zika requiere la destrucción de los criaderos y el uso de protección individual, como ropa larga y repelentes. Las embarazadas deben adoptar medidas de protección reforzadas y evitar las relaciones sexuales sin protección en zonas de alto riesgo.
Encefalitis japonesa: una enfermedad neuroinvasiva
Laencefalitis japonesa está causada por un virus transmitido por mosquitos Culex, que pican principalmente de noche. Presente en el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental, afecta sobre todo a los niños. La mayoría de los adultos de los países endémicos son inmunes por naturaleza tras la infección infantil. La mayoría de las infecciones son leves, pero alrededor de 1 de cada 250 casos es grave, con síntomas como :
- Rigidez de cuello
- Desorientación
- Convulsiones
- Parálisis, que puede llevar a la muerte.
También pueden producirse secuelas neurológicas o psiquiátricas. El diagnóstico se confirma mediante análisis biológicos del líquido cefalorraquídeo o del suero sanguíneo. No existe un tratamiento antiviral específico; el tratamiento está dirigido a aliviar los síntomas.
La prevención se basa en la protección contra los mosquitos y la vacunación. El virus de la encefalitis japonesa es un flavivirus, similar a los del dengue, la fiebre amarilla y el Nilo Occidental. La incidencia anual varía, pero se calcula que hay unos 68.000 casos clínicos al año, con entre 13.600 y 20.400 muertes. Se recomienda la vacunación a los viajeros a zonas endémicas y a las poblaciones locales de riesgo.