Comprender el comportamiento de su gato

El comportamiento de los gatos es cautivador. Misteriosos, intrigan por igual a etólogos y amantes de los gatos. Estos pequeños carnívoros expresan una rica gama de señales corporales y sonoras. Navegan por su mundo de forma compleja y sutil.

Descifrar la comunicación felina

La comunicación de los gatos se basa en los cuatro canales sensoriales habituales: acústico, visual, olfativo y táctil. Con una gama de frecuencias audibles de 20 a 100.000 hercios, los gatos perciben un amplio espectro de sonidos. Sin embargo, el repertorio vocal del gatito es inicialmente limitado, y tarda entre seis y ocho meses en dominar todas las vocalizaciones propias de su especie.

Los tipos de vocalizaciones incluyen el ronroneo, el maullido (asociado a la reproducción), la llamada (expresión de un estado emocional intenso), el gruñido, el siseo (emisión continua de aire con la boca abierta) y el castañeteo de dientes. Aunque los gatos utilizan estas vocalizaciones para interactuar entre sí, su significado suele seguir siendo misterioso, especialmente en el caso del ronroneo. Los gatos pueden ronronear en momentos agradables, como cuando se les acaricia o se les amamanta. Sin embargo, también pueden ronronear en situaciones de estrés o dolor.

Imitaciones y posturas

Como cazadores, los gatos tienen un sentido visual muy desarrollado, sensible a los contrastes y a los movimientos. Su percepción visual sigue siendo eficaz incluso con poca luz, lo que le permite ver tan claramente como un humano con hasta seis veces menos luz. En ausencia de luz, los gatos se guían principalmente por el tacto, utilizando en particular sus vibrisas.

Los gatos disponen de un rico repertorio de gestos, que incluye mímicas faciales y posturas corporales. Los movimientos de las orejas y las variaciones del diámetro de las pupilas son indicadores importantes del estado emocional de un gato. Reconocer estos signos sutiles es esencial para comprender sus emociones y anticiparse a un comportamiento agresivo.

Los juegos, esenciales durante el periodo de socialización, ayudan a los gatos a aprender posturas y rituales de comunicación. Estos juegos sociales comienzan en torno a la tercera o quinta semana y se prolongan hasta la duodécima o decimocuarta semana, e incluyen diversas posturas, como ponerse panza arriba, levantarse, dar un paso lateral, acechar, encabritarse y enfrentarse. Los juegos individuales, por su parte, comienzan alrededor de la séptima semana y persisten hasta la edad adulta, estando dominados por el comportamiento depredador.

En situaciones de ataque y defensa, las posturas del gato varían. En la posición ofensiva, el gato arquea el lomo, tensa las extremidades, endurece la cola y puede emitir vocalizaciones como el “feulement”. En la posición defensiva, el gato está agachado o tumbado, con las orejas pegadas a los lados y los ojos mióticos o midriáticos. Algunas posturas también pueden ser mixtas, combinando elementos ofensivos y defensivos. Estas posturas agresivas sirven de base para describir el comportamiento agresivo del gato en diferentes situaciones.

Feromonas y marcas

Los gatos tienen 67 millones de células olfativas que cubren 20 cm². Su capacidad olfativa supera a la de los humanos, aunque sigue siendo inferior a la de los perros. Utilizan el olfato para comunicarse, sobre todo a través de las feromonas. El órgano vomeronasal desempeña un papel central en este proceso. Situado en la cavidad nasal, contiene células nerviosas y ciliadas. Está conectado con el bulbo olfatorio accesorio y el sistema límbico, pero no con el córtex. Por ello, su percepción es menos precisa que la del sistema olfativo principal.

Las feromonas, sustancias volátiles emitidas por un individuo y percibidas por otro de la misma especie, inducen reacciones específicas. Sólo son detectadas por el órgano vomeronasal, gracias al comportamiento flehmen que transporta el aire hasta este órgano. Las feromonas son transportadas a través de una capa de mucosidad para llegar a los receptores, gracias a proteínas de unión.

En la producción de feromonas intervienen varias glándulas del cuerpo, como las glándulas yugales, periorales y podales y el complejo perianal. Cada glándula contribuye a la comunicación química. Los gatos marcan su territorio y situaciones utilizando métodos específicos: marcaje facial, marcaje urinario, arañazos y marcaje de alarma. Las feromonas faciales (F2, F3, F4) desempeñan un papel clave en el marcaje facial, afectando a las interacciones sociales y los estados emocionales de los gatos.

Noción de territorios

El gato, animal territorial, estructura su espacio en zonas específicas, marcadas por signos visuales (como manchas de orina y arañazos) y/o olfativos (feromonas), cada uno con una función específica.

  • Campos de actividad: Estas zonas abarcan todas las actividades del gato, incluidos el juego, la depredación y la interacción social, que pueden ser compartidas por varios gatos. En el exterior, estas zonas suelen estar delimitadas por el marcaje con orina, una práctica menos habitual para los gatos de interior.
  • Campo de aislamiento: zona dedicada al descanso y al refugio, generalmente situada en alto y fuera del camino, marcada con arañazos para indicar un espacio no compartido. Un gato puede tener varios de estos campos.
  • Campo de eliminación: campo personal para la eliminación, situado en una zona tranquila y marcado mediante arañazos, con un suelo blando para fomentar esta actividad.
  • Campo de agresión: Define el espacio que provoca la agresión del gato si es penetrado por un intruso, su tamaño varía según el estado emocional del gato. Este campo no está marcado específicamente, lo que refleja la naturaleza variable de las reacciones defensivas del gato.

La comprensión de estas zonas permite prevenir los comportamientos agresivos, respetando el espacio personal del gato y las zonas compartidas, evitando al mismo tiempo la superpoblación en espacios confinados para limitar las agresiones intraespecíficas.

Depredación

La depredación es un comportamiento normal en el repertorio del gato, distinto de las reacciones agresivas en términos de estímulos, posturas, mecanismos de integración y neurotransmisores implicados. Sin embargo, puede volverse problemático cuando se dirige a una presa inapropiada, como un niño u otro animal doméstico. Este comportamiento consta de tres fases principales.

  • Fase apetitiva: La mera visión o sonido de una presa puede activar el comportamiento depredador, independientemente del hambre. Dependiendo de la proximidad de la presa, el gato adopta una postura de aproximación -se mueve cautelosamente hacia su objetivo antes de detenerse- o de acecho, en la que permanece al acecho y listo para abalanzarse, manteniendo el cuerpo cerca del suelo.
  • Fase de consumo: el gato se abalanza, agarra a la presa con sus garras y muerde con un mordiscotranquilo y sin emoción, en contraste con los mordiscos cargados de emoción del comportamiento agresivo.
  • Fase de parada: Tras capturar a su presa, el gato puede comérsela o, más a menudo, dejarla muerta. Este comportamiento ilustra que el gato caza para cazar, no necesariamente para alimentarse.

Relación con la comida

Los gatos son mordedores naturales, comen de diez a veinte comidas pequeñas al día, consumiendo de diez a veinte gramos por comida. Dos comidas al día no bastan para satisfacer las necesidades naturales de un gato. Por ello, es preferible la alimentación en autoservicio. Sin embargo, este método es adecuado para un gato activo que no haya sido esterilizado, siempre que se controle regularmente su peso. Para un gato esterilizado o de interior, este método aumenta el riesgo de sobrepeso y no se recomienda.

Tras la esterilización, las necesidades energéticas de un gato disminuyen en torno a un 20%. Pueden perder la capacidad de regular su ingesta de alimentos de forma natural . Es crucial ofrecer una cantidad controlada de comida, ajustada a las necesidades energéticas del animal, pero dejando libre el acceso para respetar su ritmo natural de alimentación.

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