Sarna animal: una zoonosis común

La sarna animal, también conocida como escabiosis, es una enfermedad parasitaria de la piel causada por ácaros microscópicos del género Sarcoptes. Aunque esta afección se observa principalmente en animales domésticos como perros, gatos, conejos y roedores, presenta un riesgo zoonótico importante, ya que puede transmitirse al ser humano. Los ácaros responsables de la sarna excavan bajo la piel, provocando picor intenso, enrojecimiento y lesiones cutáneas.

La sarna animal no se considera una enfermedad contagiosa ni de declaración obligatoria. En términos de salud pública, no es una enfermedad humana de declaración obligatoria. Las autoridades no reconocen la sarna animal como enfermedad profesional, a diferencia de la sarna humana, que figura en el cuadro RG 76 de enfermedades profesionales. El artículo R 231-61 del Código del Trabajo francés no clasifica los agentes de la sarna como agentes biológicos.

¿Cuál es el agente patógeno?

La sarna animal, también conocida como escabiosis, es una enfermedad infecciosa de la piel causada por parásitos de la familia Sarcoptidae, que incluye los géneros Sarcoptes, Notoedres y Trixacarus. Esta afección cutánea está causada por un ácaro microscópico, el sarcoptes (Sarcoptes scabiei), que puede dividirse en varias subespecies específicas de distintas especies animales: hominis para los humanos, canis para los perros, ovis para las ovejas, equi para los caballos, cati para los gatos y cameli para los camellos.

La sarna es una enfermedad contagiosa benigna cuyo principal síntoma en el ser humano es el picor. El parásito, que mide entre 200 y 350 μm, se aparea en su huésped. Tras la fecundación, la hembra excava en el estrato córneo de la epidermis, donde pone de tres a cinco huevos al día. Los huevos eclosionan en tres o cuatro días, produciendo larvas que se convierten en ninfas y luego en adultos en unas dos semanas. El ciclo completo del parásito dura unos veinte días.

Sarcoptes scabiei var. hominis es un parásito obligado del ser humano y no sobrevive más de unos días en el medio ambiente. Las hembras apareadas son esencialmente el principal vector de transmisión de la sarna, mientras que las formas larvarias rara vez desempeñan este papel. El 95% de los casos de sarna se transmiten por contacto directo con la piel, y rara vez a través de la ropa o la ropa de cama.

En los animales, la transmisión suele producirse por contacto directo con un animal infestado o a través del entorno contaminado. La sarna animal requiere tratamiento con antiparasitarios y una gestión estricta de la higiene ambiental para prevenir la propagación de esta zoonosis. Por tanto, los propietarios de animales de compañía deben estar alerta y adoptar medidas preventivas para proteger su salud y la de sus mascotas.

¿Qué aspecto tiene la enfermedad en los animales?

Entre las especies infectadas por la sarna transmisible al ser humano figuran principalmente los roedores de granja y los animales de compañía, como perros, gatos y roedores. La sarna tiene una distribución mundial y es muy contagiosa dentro de la misma especie animal. La transmisión se produce principalmente por contacto directo con un animal infestado y, en algunos casos, por contacto con equipos o instalaciones ganaderas contaminados. Los síntomas incluyen picor, costras y zonas sin pelo en la piel de los animales afectados. Para prevenir y tratar la sarna, es esencial aplicar medidas higiénicas rigurosas y tratamientos antiparasitarios.

Sarna canina

La sarna sarcóptica can ina está causada por el ácaro Sarcoptes scabiei var. canis. Actualmente, los zorros rojos son una fuente importante de infección, sobre todo en las zonas urbanas. Los perros pueden infectarse por contacto directo o a través de un entorno contaminado.

Los signos de la sarna en perros incluyen picor intenso, costras, caspa y pérdida de pelo, especialmente alrededor de las orejas, codos y corvejones. Las formas graves pueden provocar una generalización por todo el cuerpo, acompañada depérdida de peso y letargo. El diagnóstico suele requerir el examen microscópico de los ácaros, aunque los resultados pueden ser negativos. Un análisis de sangre puede detectar anticuerpos contra el parásito, pero no es infalible.

La sarna sarcóptica es muy contagiosa. Los tratamientos incluyen fármacos antiparasitarios eficaces y fáciles de usar. Es crucial tratar a todas las mascotas de la casa para evitar la reinfección.

El contagio a los humanos es posible, ya que alrededor del 30% de los casos presentan lesiones cutáneas rojas y pruriginosas, sobre todo en los antebrazos y el abdomen. Los sarcoptes caninos no se reproducen en la piel humana y mueren al cabo de unas semanas. Las erupciones en humanos se curan solas una vez tratado el perro.

El diagnóstico se basa en los antecedentes, los signos clínicos, el examen microscópico y la respuesta al tratamiento. En un ambiente interior, el sarcopte sólo sobrevive unos días sin su huésped. El tratamiento simultáneo de todos los perros es esencial para erradicar la infestación.

Sarna felina

Sarcoptes scabiei puede infectar a veces a los gatos, pero es poco frecuente. El principal agente de la sarna felina es Notoedres cati, que sigue presente en algunos departamentos de ultramar y países vecinos como Italia. La sarna totoédrica afecta sobre todo a la cabeza, con pérdida de pelo y costras gruesas alrededor de las orejas, la cara y el cuello, acompañadas de fuertes picores.

El diagnóstico de la sarna notoédrica debe descartar otras enfermedades cutáneas como las alergias y la tiña. Para ello se observan los parásitos al microscopio, que suelen ser numerosos y fáciles de identificar. A continuación, el veterinario prescribe un tratamiento adecuado.

Los humanos pueden contraer la sarna por contacto directo con un gato infestado, desarrollando lesiones cutáneas y picores, pero esta infestación es temporal. La sarna del gato es una enfermedad contagiosa causada por ácaros, benigna pero que puede dar lugar a complicaciones si no se trata.

La forma más común de sarna en los gatos es la sarna de las orejas, causada por Otodectes cynotis. Este parásito vive en el conducto auditivo y puede provocar infecciones de oído y perforación del tímpano. Los gatos también pueden sufrir sarna notoédrica, poco frecuente en Francia pero común en otros lugares, y que puede transmitirse a los humanos. Comienza alrededor de las orejas y se extiende a la cabeza y luego al resto del cuerpo. En el caso de la sarna de las orejas, el gato se rasca con frecuencia las orejas y sacude la cabeza, con presencia de cerumen oscuro y un olor inusual. El tratamiento antiparasitario mensual es esencial para prevenir estas enfermedades.

La sarna sarcóptica, causada por Sarcoptes scabiei, es más frecuente en los perros. Todas las formas de sarna provocan picores intensos (prurito), lo que hace que el gato esté inquieto y se produzcan lesiones cutáneas, costras, granos y caída del pelo (alopecia). La piel puede engrosarse (liquenificación).

Sarna equina

La sarna equina, una infección parasitaria muy contagiosa, debe tomarse en serio. Tres tipos de ácaros excavan bajo la piel del caballo, causando fuertes picores. Existen tres tipos de sarna, según las zonas infectadas: sarna sarcóptica, sarna psoróptica y sarna corióptica. La sarna es una zoonosis que puede transmitirse a los humanos, por lo que deben tomarse estrictas precauciones sanitarias al tratar a un caballo infectado.

La sarna sarcóptica afecta a la cabeza, la cruz, el cuello y los hombros. Causada por los ácaros sarcoptes, produce costras y lesiones que provocan un intenso picor. Si no se trata, los ácaros se multiplican y la sarna puede extenderse por todo el cuerpo del animal.

La sarna psoróptica es menos grave, causada por ácaros psorópticos. Suele aparecer en invierno y afecta a la crin, la base de la cola y, a veces, las orejas. El pelo se vuelve quebradizo y el caballo experimenta un intenso prurito.

La sarna corióptica afecta principalmente a las extremidades del caballo y está causada por los ácaros coriópticos, activos en primavera. Viven en la superficie de la piel y provocan intensos picores en las cuartillas y los menudillos. Los caballos pueden morderse y patalear para aliviar el dolor, lo que provoca lesiones y costras.

En caso de prurito, lesiones o pérdida de pelo, es vital consultar a un veterinario y aislar al animal. Dado que la sarna es tan contagiosa, debe notificarse a las autoridades. Todos los caballos que hayan estado en contacto con el animal infectado deben recibir tratamiento preventivo. El establo y todo el equipo asociado deben limpiarse a fondo. Las precauciones higiénicas son esenciales para prevenir la transmisión a los humanos: llevar guantes, lavarse las manos y evitar el contacto con los niños.

¿Cómo se transmite la enfermedad?

La sarna se transmite por contacto directo con un animal infectado, en particular en el caso de algunos tipos de sarna del conejillo de Indias, de la rata, del gato (departamentos y territorios franceses de ultramar), del hámster y del perro joven. Las personas infectadas con sarna animal no transmiten la enfermedad a sus contactos familiares o profesionales.

La sarna animal tiene una distribución mundial y se transmite a los humanos con menos frecuencia que la sarna humana. Entre las actividades profesionales de riesgo figuran todas las que implican un contacto estrecho con animales domésticos o de compañía infectados, como los cuidadores de animales, los criadores, los veterinarios y el personal de los desolladeros.

La sarna humana se transmite principalmente por contacto directo entre huéspedes, a menudo durante las relaciones sexuales, lo que la convierte en una infección de transmisión sexual (ITS). También puede transmitirse indirectamente a través del entorno contaminado (ropa blanca, prendas de vestir, ropa de cama, muebles). Los factores que favorecen la transmisión son el contacto estrecho, la vida en comunidad y la inseguridad social.

La variedad humana del sarcoptes no puede desarrollarse en los animales domésticos, pero éstos pueden ser vectores potenciales. Las otras subespecies animales del sarcoptes pueden iniciar su desarrollo en humanos, pero no pueden mantenerse allí. La sarna se transmite principalmente por contacto físico directo, con un riesgo mayor en presencia de calor y humedad.

Los objetos inertes pueden contaminar, pero esta contaminación sigue siendo limitada dado que el parásito sólo sobrevive unos días fuera de la piel y sucumbe a una temperatura de lavado superior a 55°C.

Las formas específicas de sarna que se encuentran en los animales pueden transmitir la infección a los humanos, pero el sistema inmunitario humano elimina rápidamente los parásitos animales, induciendo síntomas mínimos en los humanos.

¿Cuáles son los síntomas en los humanos?

La infestación por un sarcopte no específico del ser humano es responsable de la pseudo-manga, caracterizada por prurito localizado sin lesiones específicas. Los síntomas de la sarna incluyen un picor intenso que provoca lesiones por rascado en las zonas de contacto con el animal infestado (brazos, piernas), que desaparecen tras el tratamiento médico. También es crucial tratar o eliminar al animal. El periodo medio de incubación es de un mes, variando de dos a seis semanas, pero en caso de reinfestación se reduce a uno o cuatro días debido a la sensibilización previa.

La sarna se manifiesta por un prurito progresivo de intensidad variable, sobre todo al atardecer y por la noche, sin afectar a la cara. Este prurito se debe a una reacción inmunológica a los excrementos de los sarcoptes. Pueden presentarse varios signos físicos específicos de la sarna:

  • Surcos sarmentosos: lesiones rojas, sinuosas, filiformes, de algunos milímetros, a menudo terminadas por una eminencia acinar (elevación discreta), que corresponden al trayecto y a la posición de los sarcoptes, principalmente en las manos y las muñecas.
  • Vesículas en cuentas: elevaciones translúcidas sobre una base eritematosa, principalmente en manos y muñecas.
  • Nódulos escabiosos: pápulo-nódulos rojos o marrón cobrizo, infiltrados a la palpación.

A menudo acompañan a estas manifestaciones signos inespecíficos: urticaria, lesiones por rascado, eczematización, excoriaciones, prurigo, incluso impetiginización. Estas lesiones tienen una topografía sugestiva: espacios interdigitales de las manos, superficie anterior de las muñecas, codos, raíces de los brazos, ombligo, nalgas, superficies internas de los muslos, genitales externos en los hombres, pezones y areolas en las mujeres. La espalda, el cuello y la cara no suelen afectarse.

Formas atípicas de sarna

Existen varias formas menos comunes de sarna:

  • La sarna infantil presenta una sintomatología engañosa, con irritabilidad, inquietud y anorexia, a menudo sin prurito ni lesiones específicas. Las lesiones pueden extenderse a la cara. Los signos evocadores incluyen vesículas o pústulas en las palmas de las manos y las plantas de los pies, y lesiones pápulo-pustulosas o nodulares en las axilas.
  • La sarna pauci-sintomática (o invisible, o de la “gente limpia”) se manifiesta como prurito sin lesiones cutáneas, y se observa en personas con una higiene meticulosa.
  • La sarna profusa (o diseminada) provoca numerosas lesiones difusas, incluso en la espalda. Puede estar asociada a una enfermedad crónica o a un tratamiento con dermocorticoides.
  • La sarna hiperqueratósica (o “noruega”), descrita en Noruega en 1848, se caracteriza por un prurito discreto o ausente y una hiperqueratosis, posiblemente con eritrodermia, que afecta a toda la superficie corporal. Se desarrolla principalmente en ancianos y pacientes inmunodeprimidos.

Estas formas de sarna requieren una atención especial para su diagnóstico y tratamiento. La sarna infantil puede ser difícil de diagnosticar debido a la ausencia de signos clásicos, y la sarna pauci-sintomática puede pasar desapercibida sin lesiones visibles. La sarna profusa requiere un manejo riguroso debido a la diseminación generalizada de las lesiones, y la sarna hiperqueratósica requiere un tratamiento intensivo debido a su impacto generalizado y a su predilección por los individuos vulnerables.

Una buena higiene personal, la observación cuidadosa de los síntomas y la consulta rápida con un profesional sanitario son esenciales para el tratamiento eficaz de estas formas de sarna.

¿Cómo se diagnostica la sarna?

Para diagnosticar la sarna pueden utilizarse varias técnicas de exploración específicas:

  • Prueba de la tinta: Esta técnica ayuda a identificar los surcos de la sarna. Se aplica tinta a una zona de piel sospechosa y, a continuación, alcohol. Sólo los surcos permanecen coloreados, lo que puede orientar una muestra de piel.
  • Dermatoscopia: Se utiliza para confirmar rápidamente el diagnóstico. Se utiliza un sistema de lupa aplicado a la piel para visualizar el extremo anterior del parásito, conocido como el “signo del ala delta “.
  • Análisis de sangre: Puede detectarse eosinofilia, sobre todo en las formas profusas.

Puede realizarse un examen microscópico parasitológico directo a partir de una muestra tomada de un surco escabial o de una descamación. Tras raspar la zona con un vaccinóstilo, la muestra se coloca en un portaobjetos con una gota de aceite de inmersión para su observación al microscopio a bajo aumento. Esta técnica permite identificar el parásito adulto, una forma larvaria, huevos o incluso excrementos. Éste es difícil de detectar salvo en las formas profusas o hiperqueratósicas.

También pueden utilizarse otras técnicas de muestreo menos rentables para identificar los sarcoptes al microscopio, como la prueba de la escocia o la biopsia cutánea. También es posible analizar el ADN de los sarcoptes mediante PCR. La biopsia cutánea suele mostrar una reacción de hipersensibilidad retardada inespecífica con un infiltrado de células mononucleares (macrófagos, linfocitos) y células polinucleares eosinófilas con espongiosis (edema intercelular).

El diagnóstico diferencial incluye otras dermatosis pruriginosas generalizadas: dermatitis atópica, liquen plano, eczema generalizado, prurigo, prurito senil, linfoma, pediculosis corporis, penfigoide bulloso, psoriasis (en el caso de formas hiperqueratósicas), prurito de origen metabólico (colestasis, insuficiencia renal), inducido por fármacos o de origen psicógeno.

¿Cómo se trata?

Existen varios productos acaricidas, de uso general (oral) o local (cutáneo). Estos fármacos son neurotóxicos para el parásito, causándole parálisis y la muerte en todas las fases de desarrollo.

Utilizada en medicina veterinaria,la ivermectina es el único medicamento oral disponible para tratar la sarna humana. Comercializado con el nombre de Stromectol, actúa sobre los sarcoptes adultos. Se recomienda una dosis única de 0,2 mg por kg de peso corporal, con una posible segunda dosis al cabo de 8 a 15 días.

Un fármaco piretroide, la perm etrina, se aplica en el cuerpo (excepto en la cabeza) en forma de crema. En Francia, la permetrina se comercializa con el nombre de Topiscab, y se recomienda para niños a partir de 2 meses y mujeres embarazadas. La crema debe dejarse sobre la piel durante 12 horas antes de lavarla. El benzoato de bencilo, utilizado históricamente, se comercializa con el nombre deAscabiol. Como blanqueante, debe aplicarse de nuevo al cabo de 8 días si es necesario. Los aerosolesa base de esdepalletrina/butiróxido de piperonilo (Sprégal) se aplican en el cuerpo, evitando la cara. Este tratamiento está contraindicado para los asmáticos.

Los aceites esenciales ofrecen alternativas prometedoras. Entre ellos, elaceite de árbol de y el aceite deneem han demostrado su eficacia in vitro. Otros aceites, como los que contienen eugenol o citral (aceite de clavo, aceite de citronela), también se consideran eficaces. Algunos estudios han demostrado que los aceites esenciales de albahaca tulsi y canela de Ceilán son especialmente eficaces contra los sarcoptes. Sin embargo, la falta de investigación clínica en profundidad y los escasos incentivos comerciales limitan el uso de los aceites esenciales. Estas sustancias son de dominio público. Aunque estos tratamientos alternativos tienen potencial para ser útiles, aún no hay pruebas suficientes de su seguridad y eficacia.

¿Cómo se puede prevenir la contaminación?

Para lahigiene general, limpie y desinfecte los locales y el equipo de acuerdo con la “lista de desinfectantes autorizados” que figura en el sitio web del Ministerio de Agricultura. Se recomienda un tratamiento preventivo colectivo cuando los animales estén reunidos.

Es esencialformar e informar a los empleados sobre los riesgos de la sarna y las medidas de higiene y prevención. Asegúrate de que dispones de agua potable, jabón, toallas de papel y un botiquín de primeros auxilios. Es necesario disponer de taquillas separadas para la ropa de calle y la ropa de trabajo para evitar la contaminación. Los trabajadores deben utilizar ropa de trabajo y equipos de protección individual adecuados a su tarea. Estos últimos deben estar en buen estado y mantenerse adecuadamente.

En caso de enfermedad de los animales, mejorar la higiene de la explotación y aislar a los animales enfermos. Tratar a todos los animales de la misma especie. Lavar y desinfectar los lugares contaminados y el material reutilizable. Lavarse sistemáticamente las manos después de haber estado en contacto con animales, desechos o excrementos, y antes de las comidas, las pausas o el final de la jornada laboral. No beba, coma ni fume en el lugar de trabajo.

En caso de herida, lavar, enjabonar, aclarar, desinfectar y cubrir con un apósito impermeable. Limpiar regularmente la ropa de trabajo, los guantes y las botas. Cámbiese de ropa al final de la jornada.

Si detectas sarna en un animal, consulta a un veterinario para identificar el agente responsable y sigue las medidas colectivas de control. Limite el contacto con los animales afectados y su equipo, utilice guantes y lávese las manos después del contacto.

Se debe informar al servicio de recogida y eliminación de residuos animales de la presencia de sarna. Llevar equipo de protección individual y seguir las instrucciones de higiene.

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