La tiña es una enfermedad dermatológica común causada por hongos microscópicos llamados dermatofitos. Estos patógenos pueden afectar tanto a animales como a seres humanos, creando una infección contagiosa que merece nuestra atención. En este artículo exploraremos los aspectos científicos de la tiña, desde su agente infeccioso hasta los medios de prevención, los síntomas y el tratamiento. También le proporcionaremos datos epidemiológicos que le ayudarán a comprender mejor el alcance de esta zoonosis.
¿Cuál es el agente infeccioso responsable?
La tiña está causada por hongos microscópicos pertenecientes a los géneros Microsporum y Trichophyton. Estos hongos forman filamentos que colonizan la piel y los folículos pilosos. A continuación, producen esporas de algunos micrómetros de diámetro. Éstas son los elementos contagiosos y son especialmente resistentes en el medio ambiente. Los dermatofitos pueden sobrevivir durante meses, incluso años, en forma de esporas, lo que facilita su propagación.
Los hongos responsables de la tiña se alimentan de queratina, una proteína que se encuentra en el pelo, las uñas y la piel. La tiña se manifiesta en forma de manchas redondeadas que crecen desde el centro hacia fuera, acompañadas de cambios en la textura y el color de la piel, así como de pérdida de pelo en las zonas afectadas. Los géneros Epidermophyton, Trichophyton y Microsporum son los principales patógenos de la tiña.
Las infecciones por Trichophyton tonsurans son frecuentes en Estados Unidos, mientras que los gatos y los perros suelen albergar Microsporum canis. En Asia y África, Trichophyton violaceum es endémico y a veces aparece en inmigrantes a Europa. Estos hongos tienen la capacidad única de invadir y proliferar en tejidos queratinizados como el pelo, la capa córnea de la epidermis, las uñas y las garras.
Los animales jóvenes, especialmente los gatos, son especialmente susceptibles a la tiña, que puede propagarse rápidamente en entornos como tiendas de animales, refugios y granjas de cría. La tiña de los animales es una causa frecuente de zoonosis, es decir, una enfermedad que puede transmitirse de los animales a las personas, siendo Microsporum canis el responsable de la mayoría de los casos.
¿Cómo se manifiesta esta enfermedad en los animales?
La tiña puede infectar a todas las especies de mamíferos y, más excepcionalmente, a algunas aves. Se encuentra en todo el mundo y aparece con frecuencia en animales jóvenes. La tiña se transmite principalmente por contacto directo con un animal infectado o con objetos contaminados con esporas.
Los síntomas de la tiña en los animales varían en función de la especie de hongo y del animal infectado. En general, la tiña provoca laaparición de zonas sin pelo, a menudo circulares y bien delimitadas. En gatos y roedores, la infección puede ser a menudo asintomática, lo que dificulta la detección de la enfermedad. Los caballos también se ven afectados con frecuencia por esta micosis, con una transmisión rápida en grupos confinados.
Los caballos jóvenes, sobre todo los menores de dos años, corren mayor riesgo de desarrollar signos clínicos de tiña. Las lesiones típicas comienzan como pequeñas elevaciones de la piel o del pelo parado en una zona circular. Estas lesiones evolucionan hacia zonas sin pelo con escamas grises. Los signos clínicos pueden incluir erupciones cutáneas generalizadas parecidas a la urticaria.
Los gatos infectados con tiña pueden presentar lesiones en la cabeza, la cara y las extremidades. Estas lesiones suelen ser sutiles o leves, o incluso estar completamente ausentes en algunos animales, pero esto no impide que sean contagiosas. En los perros, los síntomas incluyen lesiones alopécicas con diversos grados de inflamación y descamación.
La transmisión de la tiña se ve facilitada por lesiones cutáneas preexistentes, como la presencia de piojos o traumatismos asociados al uso de arneses. Las esporas de dermatofitos son muy resistentes en el medio ambiente, lo que facilita su propagación. La contaminación también puede producirse por contacto con objetos o tierra contaminados.
¿Cómo se transmite?
La tiña se transmite principalmente por contacto directo con un animal infectado o por contacto con objetos contaminados con esporas de dermatofitos. Estas esporas pueden sobrevivir mucho tiempo en el ambiente, lo que hace que la enfermedad sea fácilmente transmisible. Los lugares públicos como escuelas, guarderías y vestuarios son especialmente propensos a la propagación de la tiña.
Las personas que trabajan en estrecho contacto con animales infectados o su entorno contaminado corren un mayor riesgo de contraer la tiña. Esto incluye a criadores y vendedores de perros, gatos, roedores y conejos, así como a veterinarios y personal de laboratorios veterinarios. El personal de mataderos, servicios de recogida de grasas y centros ecuestres también corre peligro.
Los niños suelen ser víctimas de la tiña, sobre todo en el cuero cabelludo, donde la transmisión se produce por contacto directo con un animal u objetos contaminados como peines, cepillos o sombreros. La tiña también puede transmitirse en el seno de las familias y las escuelas, siendo especialmente contagiosas las lesiones no tratadas.
Los factores de riesgo de contagio incluyen un sistema inmunitario debilitado, una higiene deficiente y un exceso de humedad. Los dermatofitos son relativamente resistentes y pueden sobrevivir en el medio ambiente, lo que aumenta el riesgo de transmisión. La tiña es más o menos contagiosa según las especies y cepas, lo que puede dar lugar a epidemias localizadas.
En resumen, la tiña se transmite por contacto directo con animales u objetos contaminados. Las personas que trabajan con animales o en entornos contaminados corren un mayor riesgo. Los niños y las personas con sistemas inmunitarios debilitados son especialmente vulnerables a esta zoonosis.
¿Cuáles son los síntomas de esta infección en los seres humanos?
En el ser humano, la tiña se manifiesta con síntomas distintos según las zonas afectadas. Tras un periodo de incubación de aproximadamente una semana, aparecen lesiones en las zonas en contacto con los animales, como el cuello, la cara y los antebrazos. Estas lesiones, denominadas “herpes circinado”, adoptan la forma de un enrojecimiento anular, bien delimitado, acompañado de picor.
Cuando la tiña afecta al cuero cabelludo o la barba, las lesiones suelen ser muy inflamatorias y pueden producir pus, una afección conocida como “querion”. Si no se tratan, estas manchas se extienden gradualmente, los bordes se vuelven escamosos y la piel del centro parece normal. Los niños son más susceptibles que los adultos a estas infecciones.
Los síntomas de la tiña también incluyen pequeños granos y caspa, a veces con lesiones eritematosas finas y escamosas. El pelo puede volverse quebradizo y el cuero cabelludo puede mostrar pérdida local de cabello. La tiña del cuerpo se manifiesta como manchas anulares de color rosa a rojo con bordes escamosos elevados que se extienden a la periferia y tienden a desvanecerse en el centro.
Existen varios tipos de tiña, cada uno con síntomas específicos:
- Tiña: La forma más común, que provoca la caída del cabello en grandes manchas o en zonas pequeñas.
- Tiñasupurativa: se caracteriza por lesiones redondeadas (queriones) en el cuero cabelludo, resultado de una reacción inflamatoria importante.
- Tiñafávica: Forma poco frecuente causada por Trichophyton schoenleinii, que se manifiesta por costras blandas y amarillentas alrededor del cabello.
Los síntomas de la tiña pueden incluir picor, caída irregular del cabello, piel escamosa y uñas quebradizas o descoloridas. Cada síntoma refleja la reacción del organismo a la infección fúngica, y requiere intervención médica para un tratamiento eficaz.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la tiña suele comenzar con una consulta con un médico generalista o un dermatólogo. El examen clínico es el primer paso para identificar los síntomas característicos de la infección. Estos síntomas incluyen manchas redondeadas y rojas, a menudo acompañadas de picor, y caída del cabello en las zonas afectadas.
Para confirmar el diagnóstico, pueden realizarse varias pruebas adicionales. Una de las pruebas más utilizadas es la prueba de Wood, que consiste en exponer las zonas afectadas de la piel o el cuero cabelludo a la luz ultravioleta. Ciertos tipos de hongos de la tiña producen una fluorescencia característica bajo esta luz, lo que facilita su identificación.
También es habitual tomar una muestra de la zona afectada para examinarla al microscopio. Para este tipo de examen pueden utilizarse varias técnicas, como la microscopía directa, el cultivo de hongos o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Puede utilizarse una combinación de estas técnicas para confirmar la infección fúngica y determinar el tratamiento más adecuado.
El diagnóstico diferencial es esencial, ya que algunos síntomas de la tiña pueden parecerse a los de otras afecciones dermatológicas, como la pitiriasis rosada, la erupción medicamentosa, la dermatitis numular, el eritema multiforme, la pitiriasis versicolor, el eritrasma, la psoriasis o la sífilis secundaria. Una evaluación cuidadosa y el uso de pruebas específicas ayudan a distinguir la tiña de estas otras afecciones.
En el caso de los animales, sobre todo perros y gatos, el veterinario puede realizar un cultivo fúngico tras tomar muestras del pelaje y la piel del animal con un cepillo de dientes. Así se determina si el animal es portador de dermatofitos y requiere tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento adecuado?
El tratamiento de la tiña varía según la localización y la gravedad de la infección. Las formas leves pueden tratarse con cremas o lociones antifúngicas, mientras que los casos más graves requieren medicación oral.
Las formas leves de tiña pueden tratarse con antifúngicos tópicos, como :
- Terbinafina
- Ciclopirox
- Naftifina
- Imidazoles (clotrimazol, miconazol)
Estos medicamentos deben aplicarse dos veces al día durante al menos 7 a 10 días tras la desaparición de las lesiones, generalmente al cabo de 2 a 3 semanas. Su uso elimina eficazmente lainfección fúngica en las pequeñas zonas afectadas.
En el caso de infecciones más extensas o resistentes, puede ser necesaria la administración de medicamentos antimicóticos por vía oral. Las opciones incluyen:
- Terbinafina: Preferida para adultos y niños mayores de 5 años.
- Griseofulvina: Se utiliza para niños menores de 5 años y en algunos casos para adultos.
- Itraconazol: Prescrito para infecciones graves o resistentes.
El seguimiento regular es crucial para garantizar la eficacia del tratamiento y evitar recidivas. Los médicos desaconsejan el tratamiento sistémico en niños menores de 1 año y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. A diferencia de otros medicamentos , la terbinafina no requiere un seguimiento biológico. Estos últimos requieren un seguimiento de acuerdo con recomendaciones específicas.
Es esencial continuar el tratamiento hasta que los síntomas hayan desaparecido por completo y se haya confirmado la erradicación del hongo mediante pruebas de seguimiento. Se recomienda un control clínico y una segunda muestra micológica tomada 4 semanas después del inicio del tratamiento para garantizar la recuperación.
¿Qué medidas preventivas existen?
La prevención de la tiña se basa en medidas higiénicas rigurosas, tanto individuales como colectivas. Es fundamental limpiar y desinfectar regularmente los locales y el material en contacto con los animales para limitar la propagación de las esporas fúngicas.
Las medidas preventivas incluyen :
- Limpiezay desinfección: Utilización de desinfectantes adecuados para limpiar los locales, las jaulas, las camas y el equipo.
- Formación e información del personal
- Higiene personal: Lavarse las manos con jabón y agua potable después de cada contacto con animales u objetos potencialmente contaminados. Utilizar toallas de mano de un solo uso.
En caso de infección animal, deben reforzarse las medidas de higiene:
- Tratamiento de los animales infectados: Administración de antifúngicos locales y/o sistémicos.
- Desinfección de locales y equipos: Limpieza periódica de superficies y objetos en contacto con animales infectados.
- Aislamiento de los animales infectados: Limitar el contacto entre animales sanos e infectados para evitar la propagación de la tiña.
Es importante disponer de ropa de trabajo adecuada y mantenerla correctamente:
- Ropa de trabajo limpia y en buen estado: Utilizar vestuarios separados para la ropa de calle y la ropa de trabajo.
- Equipo de protección: Utilizar guantes y botas cuando se manipulen animales infectados o se limpien las instalaciones.
La prevención de la tiña requiere una buena higiene individual y colectiva, la desinfección periódica de los locales y equipos, y la formación e información de las personas que trabajan con animales. En caso de infección de los animales, deben adoptarse medidas específicas para limitar la propagación de la enfermedad.
Algunos datos epidemiológicos…
La tiña es una zoonosis común de distribución mundial. En Europa, las infecciones por dermatofitos representan alrededor del 1% de todas las infecciones fúngicas. La prevalencia de la tiña ha aumentado en los últimos años, lo que hace necesarias nuevas estrategias de tratamiento y prevención.
En 2018, una epidemia de tiña afectó a 35 alumnos y 3 adultos en una escuela infantil en Francia. Las lesiones afectaban principalmente a la parte superior del cuerpo. En tres cuartas partes de los casos, las lesiones tomaron la forma deepidermofitos circinados. Los análisis identificaron al dermatofito Trichophyton tonsurans como agente causal.
Los dermatofitos responsables de la tiña están presentes en todo el mundo, con variaciones regionales en cuanto a prevalencia y tipos de hongos. La globalización del transporte y el comercio internacional de animales de compañía aumentan el riesgo de propagación de cepas resistentes al tratamiento.
Los niños, los criadores, los veterinarios y las personas en contacto habitual con animales corren especial riesgo de contraer la tiña. Los lugares públicos, como escuelas y guarderías, también favorecen la propagación de la enfermedad.
Recientemente se han descrito varias especies de dermatofitos, como los del género Malassezia. Es probable que aún queden otras por descubrir. La vigilancia epidemiológica es esencial para detectar y controlar las nuevas infecciones.
La tiña es una infección fúngica común y contagiosa que puede afectar tanto a animales como a seres humanos. Conocer su agente infeccioso, modos de transmisión, síntomas y tratamientos disponibles es esencial para prevenir y gestionar esta zoonosis. Unas medidas higiénicas rigurosas y una vigilancia epidemiológica eficaz son cruciales para limitar la propagación de la tiña.