La diabetes mellitus es una de las enfermedades endocrinas más comunes en los gatos, y afecta principalmente a felinos de mediana y avanzada edad. Dado que su prevalencia ha aumentado en los últimos treinta años, es crucial que los propietarios de gatos conozcan esta enfermedad para poder prevenirla y tratarla mejor. Este artículo le guiará a través de los aspectos clave de la diabetes en gatos, incluyendo sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención.
¿Cuáles son las causas de la diabetes en los gatos?
La diabetes mellitus es uno de los dos trastornos endocrinos más frecuentes en los gatos. La prevalencia de esta enfermedad ha aumentado en los últimos treinta años. Las estimaciones actuales de la prevalencia de la diabetes mellitus felina varían entre el 0,25 y el 1%, dependiendo del estudio.
Se estima que entre el 80% y el 95% de los gatos diabéticos padecen una forma de diabetes similar a la diabetes mellitus de tipo 2 en humanos, en términos de fisiopatología, factores de riesgo y estrategias terapéuticas. La diabetes mellitus de tipo 1 en gatos parece ser extremadamente rara.
La diabetes de tipo 2 es una enfermedad heterogénea que resulta de la disfunción de las células β pancreáticas y de la resistencia a la insulina. Tanto los factores ambientales como los genéticos contribuyen al desarrollo de esta enfermedad. La investigación aún no ha identificado claramente los factores genéticos en los gatos. Sin embargo, los estudios muestran una mayor prevalencia de diabetes en los gatos birmanos en comparación con los gatos europeos.
Otros factores de riesgo identificados son la edad (más de siete años), el sexo masculino, la castración, la inactividad física, laadministración de corticoides o progestágenos y la obesidad. De hecho, el aumento de la prevalencia de diabetes en gatos podría estar directamente correlacionado con el aumento de la obesidad en esta especie.
Los gatos obesos tienen 3,9 veces más probabilidades de desarrollar diabetes que los de peso óptimo. Para que se desarrolle la diabetes mellitus debe existir una disfunción de las células β que provoque intolerancia a la glucosa.
¿Cuáles son los síntomas de la diabetes en los gatos?
La mayoría de los gatos diabéticos presentan los signos clínicos clásicos de la diabetes. Estos incluyen poliuro-polidipsia (77%), pérdida de peso (68%), polifagia (23%) y depresión (20%). Alrededor del 10% de los gatos muestran signos visibles de neuropatía diabética. Esto se manifiesta por debilidad de las patas traseras, incapacidad para saltar, plantigrados y atrofia muscular. En presencia de una enfermedad concomitante, pueden aparecer otros signos clínicos. Si la diabetes es cetoacidosis ácida, el animal está letárgico, anoréxico y vomita.
Los síntomas que deben llamar su atención son: aumento de la sed, aumento del hambre, aumento de la producción de orina y orina “pegajosa ” porque es rica en azúcar. Pueden aparecer síntomas graves: pérdida de apetito, deshidratación, respiración anormal y lenta, vómitos, coma. El gato se encuentra entonces en cetoacidosis diabética.
A medio y largo plazo, pueden aparecer otros síntomas, como infecciones urinarias repetidas(cistitis) y plantigradia. Sin embargo, no todos estos síntomas están necesariamente presentes y ninguno es específico de la diabetes mellitus. Por ello, el diagnóstico se basa en gran medida en pruebas complementarias.
Un gato diabético puede orinar mucho debido a la eliminación de glucosa en la orina, lo que provoca poliuria. También puede beber mucho para compensar la deshidratación, lo que se denomina polidipsia. Es posible que lo vea bebiendo del grifo, en el retrete o sorbiendo agua de una maceta. Un gato diabético también puede perder peso a pesar de una dieta normal o aumentada(polifagia). El pelaje puede volverse opaco y grasiento, y el gato puede mostrar debilidad muscular y problemas locomotores, como caminar “sobre los talones”.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
El diagnóstico de la diabetes en gatos se basa en la presencia de signos clínicos sugestivos y de hiperglucemia persistente asociada a glucosuria. La hiperglucemia de estrés debe descartarse antes de iniciar el tratamiento. El ensayo de fructosamina sérica refleja los niveles de glucosa en sangre de la semana anterior, sin la influencia de la hiperglucemia de estrés. Utilice esta prueba para confirmar el diagnóstico de diabetes mellitus, aunque puede mostrar valores normales en caso de diabetes reciente.
Es fundamental buscar afecciones y complicaciones intercurrentes, ya que pueden empeorar la resistencia a la insulina y comprometer la eficacia del tratamiento. En la primera consulta es necesario realizar un hemograma, una bioquímica, un análisis de orina y un urocultivo.
Diversas pruebas, incluidos análisis de sangre y orina, confirman la sospecha de diabetes mellitus. La hiperglucemia por sí sola no basta para diagnosticar la diabetes, y puede recomendarse una ecografía abdominal para explorar el páncreas.
El diagnóstico de diabetes implica demostrar una hiperglucemia persistente y la presencia de azúcar en la orina, a menudo acompañada de un aumento de los niveles de lípidos en sangre. Los gatos pueden tener niveles elevados de azúcar en sangre en situaciones de estrés, por lo que una sola muestra de sangre no es suficiente para hacer un diagnóstico. A menudo, un análisis de fructosamina complementa el análisis de sangre para evaluar el control glucémico a corto plazo. También son necesarias pruebas para detectar la acromegalia, la enfermedad de Cushing o la lipasa pancreática inmunorreactiva (LPI), ya que estas enfermedades pueden inducir resistencia a la insulina y conducir a la diabetes.
¿Qué tratamientos existen?
Una vez diagnosticado un gato diabético, debe iniciarse un tratamiento rápido para maximizar las posibilidades de remisión. Eliminar los signos clínicos observados por los propietarios para mejorar elestado general del animal: normalizarel apetito, conservar la masa muscular, favorecer la recuperación de peso y eliminar la poliuro-polidipsia.
Los signos clínicos desaparecen cuando los niveles de glucosa en sangre descienden por debajo del umbral de reabsorción renal. Un gato diabético puede presentar hiperglucemia moderada sin signos clínicos. Por lo tanto, el objetivo es mantener los niveles de glucosa en sangre entre 4 y 10 mmol/L (0,72 a 1,8 g/l) durante todo el día.
El tratamiento también tiene por objeto evitar las complicaciones de la diabetes o del tratamiento, como lahipoglucemia inducida por las inyecciones de insulina. La hipoglucemia se caracteriza por un nivel de glucosa en sangre inferior a 3,0 – 3,5 mmol/L (0,54 – 0,63 g/l). Aunque es bien tolerada por el animal, la hipoglucemia grave puede ser mortal.
Un nuevo objetivo es lograr la remisión diabética, definida por la ausencia de síntomas y la normalización de los niveles de glucosa en sangre con la interrupción del tratamiento con insulina durante al menos 2 a 4 semanas.
El tratamiento se basa en una combinación de dieta y medicación. El objetivo de la dieta es limitar las fluctuaciones de los niveles de azúcar en sangre, mantener un peso normal y limitar las complicaciones. Hay que controlar la ingesta de hidratos de carbono y ajustar el aporte energético.
El tratamiento médico se basa principalmente en inyecciones de insulina. Pueden utilizarse varios tipos de insulina según el caso, siendo necesarios periodos de hospitalización para ajustar la terapia insulínica. La respuesta al tratamiento suele ser satisfactoria, pero es necesario un seguimiento regular. La detección y el tratamiento precoces pueden conducir a la remisión sin inyecciones de insulina. En gemoterapia, la nuez ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. Por lo tanto, resulta interesante como tratamiento de fondo.
¿Cuáles son los medios de prevención?
No existe un verdadero método de prevención de la diabetes felina. Es principalmente una cuestión de hábitos de vida:
- estimular a su gato para que juegue con regularidad
- dar a su gato una dieta de buena calidad con el menor contenido posible de carbohidratos (especialmente en gatos predispuestos a desarrollar diabetes tarde o temprano),
- evitar darle sobras de las comidas, o incluso comida humana en general,
- y por último, no le dé a su gato demasiadas golosinas.
La diabetes puede prevenirse comiendo bien,haciendo ejercicio con regularidad y manteniendo un peso normal desde una edad temprana. En el caso de los gatos diabéticos detectados a tiempo, puede observarse una remisión completa. Todos los gatos, independientemente de su edad o sexo, son susceptibles de padecer diabetes, aunque la enfermedad afecta especialmente a los machos a partir de los 6 años.
Sin embargo, ciertas precauciones pueden ayudar a limitar la aparición de la diabetes, empezando por un estilo de vida sano y una dieta adecuada. Es esencial respetar las raciones recomendadas para el nivel de actividad y la edad de su gato. También hay que asegurarse de que el gato sea físicamente activo. El sobrepeso es un factor que puede favorecer la diabetes, ya que limita la acción reguladora de la insulina en la sangre.
Los gatos deben tener acceso constante aagua fresca que se cambie con frecuencia, y debe evitarse toda la comida humana, ya que contiene demasiados azúcares, grasas y aditivos.