Dermatitis alérgica a la picadura de pulga en perros y gatos (DAPP)

La dermatitis alérgica a la picadura de pulga (DAP) es una de las enfermedades dermatológicas más comunes y molestas en perros y gatos. Es el resultado de la hipersensibilidad a la saliva de las pulgas. Provoca picores intensos y lesiones cutáneas que pueden afectar considerablemente al bienestar de su mascota. Esta afección cutánea requiere una vigilancia especial. Su potencial para empeorar rápidamente amplifica los riesgos si no se trata adecuadamente.

¿Cuáles son las causas?

La DAPP es una respuesta alérgica exagerada a la saliva de las pulgas. Estos parásitos, abundantes en el medio ambiente, infestan principalmente a perros y gatos en busca de alimento. Cuando una pulga pica, inyecta una pequeña cantidad de saliva que contiene alérgenos, lo que desencadena una fuerte reacción en ciertos animales sensibles.

Las pulgas adultas viven en su huésped, se alimentan y ponen huevos que caen al medio ambiente. Estos huevos se convierten en larvas, luego en ninfas, antes de convertirse en pulgas adultas listas para infestar a nuevos huéspedes. Este rápido ciclo vital, unido a la capacidad de las larvas para sobrevivir en lugares ocultos como alfombras, debajo de los muebles o en grietas del suelo, hace que eliminarlas sea una tarea compleja. Por tanto, un perro o un gato pueden volver a infestarse constantemente.

Otro factor agravante es la presencia de gatos portadores de pulgas en el hogar. Aunque estos gatos muestran pocos síntomas, pueden diseminar huevos en el ambiente, aumentando el riesgo de infestación para otros animales. La DAPP se asocia con frecuencia a otros trastornos alérgicos, en particular la dermatitis atópica, lo que requiere una vigilancia adicional. La exposición repetida a las picaduras de pulga y su proliferación en el entorno desencadenan esta enfermedad, por lo que la prevención es la clave de su manejo.

¿Cuáles son los síntomas de la DAPP?

Los síntomas de la dermatitis alérgica a la picadura de pulga varían en función de la especie y de la sensibilidad individual del animal. En los gatos, la enfermedad se manifiesta principalmente como una dermatitis miliar, con pequeñas costras dispersas por el lomo y el cuello. En los casos más graves, puede haber una pérdida importante de pelo (alopecia felina extensa) o úlceras abiertas causadas por un lamido excesivo.

En los perros, las lesiones suelen localizarse en el triángulo dorsolumbar, es decir, entre la base de la cola y la parte baja de la espalda, así como en la parte posterior de los muslos. Los perros de pelaje denso, como los pastores alemanes, desarrollan con frecuencia dermatitis piotraumática, caracterizada por llagas dolorosas y costras.

El síntoma más común es el prurito intenso, que hace que los animales se rasquen, se laman e incluso se muerdan, agravando las lesiones cutáneas. Estos comportamientos repetitivos debilitan la piel, haciendo que las zonas afectadas sean propensas a infecciones secundarias. Los perros también pueden desarrollar una coloración amarillenta del pelaje debido al lamido excesivo, mientras que los gatos, con su lengua abrasiva, arrancan el pelo y acentúan la inflamación.

Estos signos clínicos, aunque variados, suelen converger hacia un diagnóstico de DAPP. Es esencial consultar rápidamente a un veterinario para limitar las complicaciones.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El diagnóstico de la DAPP se basa en una observación cuidadosa de los síntomas y el historial del animal. El veterinario buscará lesiones cutáneas específicas, como las localizadas en el triángulo dorsolumbar, así como la intensidad del picor. Sin embargo, la presencia de pulgas no siempre es evidente, ya que los animales afectados suelen lamerse y masticarse, eliminando la mayoría de los parásitos visibles.

Un método sencillo de confirmar una infestación es buscar excrementos de pulga. Los granos negros, humedecidos en papel absorbente, producen un color anaranjado, lo que confirma que las pulgas han digerido la sangre.

En algunos casos, los veterinarios utilizan pruebas alergológicas para identificar la hipersensibilidad, a pesar de su ocasional falta de especificidad. El diagnóstico diferencial puede incluir otras dermatosis, como la cheyletiellosis o la adenitis sebácea, que requieren más investigaciones para descartarlas.

Por último, una respuesta positiva al tratamiento antiparasitario específico suele considerarse una confirmación indirecta de la DAPP. Este proceso, aunque exigente, permite establecer un plan de tratamiento adaptado a cada animal.

¿Qué tratamientos existen?

El tratamiento de la DAPP consta de tres pasos:

Aliviar el picor y la inflamación

Dado que el picor suele ser intenso, con frecuencia se prescriben corticosteroides de acción corta. Estos fármacos proporcionan un alivio rápido. Los tratamientos tópicos, como champús o sprays calmantes, suelen complementar este tratamiento para calmar la irritación local.

Eliminar las pulgas

El uso de pipetas antiparasitarias de alta calidad es esencial. Estos productos actúan eficazmente contra las pulgas adultas y, en algunos casos, interrumpen el ciclo larvario. Es vital tratar a todos los animales domésticos de la casa, incluso a los que no presentan síntomas, así como el entorno doméstico.

Prevenir las reinfestaciones

Las mascotas alérgicas deben tratarse mensualmente de por vida. Además, es necesaria una limpieza meticulosa del hogar: lavar los textiles, aspirar las alfombras y utilizar nebulizadores o sprays específicos para eliminar huevos y larvas.

¿Cuáles son las alternativas naturales?

Los propietarios que prefieran soluciones naturales tienen varias opciones para controlar las pulgas. Los aceites esenciales, como los de lavanda o citronela, pueden diluirse y usarse en spray para repeler las pulgas. Algunos aceites son potencialmente tóxicos para los gatos, y deben utilizarse con cuidado para evitar cualquier riesgo.

El vinagre de sidra, aplicado diluido sobre el pelaje, es otra alternativa popular. Este producto actúa como repelente natural a la vez que ayuda a calmar el picor. Las infusiones de plantas como la manzanilla también pueden utilizarse como enjuague para calmar la piel irritada.

Por último, mantener una higiene ambiental impecable sigue siendo esencial. Aspirar con regularidad y lavar los textiles a altas temperaturas puede reducir significativamente las poblaciones de pulgas sin necesidad de utilizar productos químicos.

¿Cuáles son los medios de prevención?

La principal forma de prevenir la DAPP es utilizar tratamientos antiparasitarios regulares. Las pipetas antipulgas son una alternativa eficaz a los collares, ya que son mejor toleradas por los animales. Aplicar estos tratamientos mensualmente, aunque no haya síntomas visibles, detiene cualquier infestación.

Además, es esencial un mantenimiento riguroso del entorno. Esto incluye la limpieza frecuente de las zonas de descanso, las alfombras y los muebles. En el exterior, se recomienda eliminar las zonas donde puedan desarrollarse las pulgas, como nichos o montones de hojas.

Es necesario extremar la vigilancia en los hogares donde conviven varios animales. Las pulgas pueden pasar fácilmente de un huésped a otro. Por último, las revisiones veterinarias periódicas ayudarán a vigilar la aparición de cualquier signo precoz de DAPP.

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