Emulsionantes alimentarios = ¿Peligro para la salud?

Los cambios socioeconómicos y culturales de las últimas décadas han provocado un aumento significativo del consumo de alimentos procesados, a menudo ricos en aditivos alimentarios como los emulsionantes. Estos compuestos, presentes en productos como la mantequilla, la leche, la mayonesa y la bollería, desempeñan un papel crucial en la mezcla de ingredientes inmiscibles como el aceite y el agua. Sin embargo, cada vez preocupa más su impacto en la salud, sobre todo en relación con la microbiota intestinal y el síndrome metabólico.

¿Para qué se utilizan los emulgentes alimentarios?

Los emulgentes son sustancias que permiten mezclar homogéneamente dos líquidos normalmente inmiscibles, como el aceite y el agua. Desempeñan un papel crucial en la textura, la estabilidad y la vida útil de los productos alimenticios procesados.

Los emulsionantes pueden ser naturales o sintéticos. Entre los más comunes se encuentran :

  • Lecitina: Presente de forma natural en los huevos y la soja, se utiliza en el chocolate y los productos de panadería.
  • Mono- y diglicéridos de ácidos grasos: Se utilizan en productos de panadería para mejorar la textura.
  • Polisorbatos: Utilizados en helados para crear una textura cremosa.
  • Carboximetilcelulosa (CMC): Se utiliza como estabilizante y espesante en muchos productos alimenticios.

Uso de emulgentes en la industria alimentaria

Los emulgentes son aditivos muy utilizados en la industria alimentaria. Se utilizan mucho para mejorar la textura de los alimentos y prolongar su vida útil. Están presentes en una amplia gama de productos procesados:

  • Productos de panadería: Para mejorar la textura y prolongar su vida útil.
  • Helados: Para evitar la formación de cristales de hielo y mantener una consistencia suave.
  • Salsas y aderezos: Para evitar que los ingredientes se separen.
  • Bebidas: Para estabilizar mezclas de zumos y bebidas lácteas.

Pero lo más preocupante es que también se encuentran en productos considerados “saludables”, como las bebidas vegetales a base de avena o almendras, incluidas las que llevan la etiqueta de “ecológicas”. También están presentes en muchos alimentos “bajos en grasa”, donde sustituyen a la grasa eliminada para mantener una textura agradable.

Sin embargo, estos emulgentes no están exentos de riesgos para la salud.

Posibles efectos de los emulgentes alimentarios sobre la salud

Investigaciones recientes han puesto de relieve los efectos nocivos de algunos emulgentes, como la carboximetilcelulosa (CMC), sobre la salud intestinal. Un estudio controlado reveló que el consumo de CMC altera la composición de la microbiota intestinal y reduce la diversidad de metabolitos beneficiosos producidos por estas bacterias. Estos resultados sugieren que los emulsionantes pueden tener efectos nocivos no sólo en el intestino, sino también en la salud metabólica general.

Alteración de la microbiota intestinal

Una de las principales conclusiones de estos estudios es el importante impacto de los emulgentes en la microbiota intest inal, el conjunto de microorganismos presentes en el sistema digestivo humano. La CMC y otros emulgentes pueden alterar la composición bacteriana, favoreciendo el crecimiento de bacterias patógenas y reduciendo al mismo tiempo las poblaciones de bacterias beneficiosas como las bifidobacterias y los lactobacilos. Esta disbiosis puede conducir a una inflamación crónica y a la alteración de la barrera intestinal, aumentando la permeabilidad intestinal y facilitando el paso de toxinas y agentes patógenos al torrente sanguíneo.

Inflamación y enfermedades crónicas

Un estudio realizado por el Inserm (Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale) reveló efectos preocupantes de los emulsionantes en la microbiota intestinal. En agosto de 2018, un artículo publicado en la revista Physiology and Behavior puso de relieve los peligros de la carboximetilcelulosa (CMC), un emulsionante de uso común.

Los investigadores han demostrado que los emulsionantes dietéticos alteran la microbiota intestinal al aumentar su capacidad para penetrar en la capa mucosa normalmente estéril, promoviendo así la inflamación intestinal y el síndrome metabólico.

Los estudios también han demostrado que los emulgentes pueden causar inflamación intestinal al alterar la capa de moco que protege la pared intestinal. Esta inflamación puede desempeñar un papel crucial en el desarrollo de enfermedades crónicas como la enfermedad de Crohn, el síndrome del intestino irritable (SII) e incluso ciertos tipos de cáncer. La inflamación intestinal suele ir acompañada de una mayor producción de citoquinas proinflamatorias, moléculas que señalan y exacerban la inflamación en el organismo.

Implicaciones metabólicas

Además de los efectos intestinales, los emulsionantes tienen importantes implicaciones metabólicas. La alteración de la microbiota puede influir en el metabolismo de los lípidos y los hidratos de carbono, contribuyendo a afecciones como la obesidad y la diabetes de tipo 2. Un estudio demostró que los ratones alimentados con emulgentes presentaban un mayor aumento de peso y resistencia a la insulina, indicadores clave de la diabetes. Estos resultados ponen de relieve que el consumo habitual de emulgentes podría ser un factor agravante en el desarrollo de enfermedades digestivas y metabólicas.

¿Por qué algunas personas son más sensibles que otras?

La investigación también ha revelado que no todos somos iguales cuando se trata de los efectos nocivos de los emulgentes. Un estudio clínico realizado en voluntarios identificó dos tipos de reacción:

  • Los individuos sensibles, cuya microbiota es muy reactiva a los emulgentes y que presentan un mayor riesgo de inflamación intestinal.
  • Individuos resistentes, cuya microbiota parece capaz de tolerar estos aditivos sin efectos negativos aparentes.

Este hallazgo es crucial, ya que explica por qué algunos consumidores desarrollan problemas digestivos tras ingerir emulgentes, mientras que otros parecen tolerar perfectamente estos aditivos.

¿Una prueba para predecir la sensibilidad a los emulgentes?

Los científicos prosiguen sus investigaciones para desarrollar un modelo predictivo capaz de determinar la sensibilidad de un individuo a los emulgentes alimentarios.

En un estudio reciente publicado en la revista Gut, los investigadores probaron el efecto del emulgente E466 en diferentes muestras de microbiota in vitro. A continuación transfirieron esta microbiota a ratones, y los resultados confirmaron que sólo la microbiota sensible provocaba colitis grave en los animales expuestos a este aditivo.

Analizando el ADN bacteriano contenido en las muestras fecales, los investigadores pudieron identificar una firma específica que predecía la sensibilidad individual a los emulgentes.

¿Hacia una dieta más personalizada?

Estos descubrimientos abren la vía a una alimentación más personalizada. Si la sensibilidad a los emulgentes pudiera detectarse de antemano, sería posible adaptar las dietas al perfil de cada individuo. En el futuro, un simple análisis de la microbiota intestinal podría permitir :

  • Identificar a las personas de riesgo y recomendarles que eviten los emulsionantes.
  • Elaborar dietas adaptadas a las necesidades individuales.
  • Comprender mejor las interacciones entre la dieta y la microbiota intestinal.

Normativa y seguridad de los emulgentes

La normativa sobre emulgentes varía de un país a otro. En general, los organismos reguladores como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos evalúan la seguridad de los emulgentes antes de autorizar su uso en los alimentos. Estas evaluaciones incluyen pruebas toxicológicas para determinar los niveles sin efectos adversos observados (NOAEL). Sin embargo, el seguimiento y la investigación continuos de los efectos a largo plazo siguen siendo esenciales para garantizar la seguridad de estos aditivos.

¿Deben evitarse los emulgentes?

Si padece problemas digestivos, hinchazón o inflamación intestinal, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y emulgentes podría ser beneficioso. Elija una dieta natural y equilibrada y evite los productos que contengan aditivos controvertidos.

Algunos consejos prácticos:

  • Lee atentamente las etiquetas: evita los alimentos que contengan E466, CMC, lecitina modificada u otros emulgentes artificiales.
  • Apueste por alimentos crudos y caseros: cocine con ingredientes naturales y sin procesar.
  • Opte por alternativas ecológicas y sin aditivos: aunque algunos productos ecológicos contienen emulgentes, suelen estar en cantidades reducidas.
  • Escuche a su cuerpo: si siente malestar después de comer ciertos alimentos, pruebe una dieta sin emulgentes y observe los resultados.

Conclusión

Los emulgentes alimentarios, aunque muy utilizados para mejorar la textura y la conservación de los productos, no están exentos de riesgos para la salud intestinal. Recientes investigaciones del Inserm ponen de manifiesto su impacto negativo en la microbiota, sobre todo en las personas sensibles. Gracias a los avances científicos, pronto será posible identificar a las personas de riesgo y adoptar una dieta personalizada para preservar la salud intestinal. Mientras tanto, limitar el consumo de alimentos ultraprocesados y favorecer una alimentación natural sigue siendo la mejor estrategia para proteger su microbiota y su bienestar general.

Fuente:

  1. De Siena, M., et al (2022). “Emulsionantes alimentarios y síndrome metabólico: el papel de la microbiota intestinal”. Alimentos, 11(15), 2205.
  2. Autor et al (2021). “Gastroenterology Article”. Revista de Gastroenterología.
  3. Autor et al (2023). “Clinical Gastroenterology and Hepatology” Artículo. Revista de Gastroenterología Clínica y Hepatología.

Deja un comentario