Encefalitis transmitida por garrapatas: una enfermedad potencialmente mortal

La encefalitis transmitida por garrapatas es una enfermedad vírica inflamatoria del cerebro, transmitida principalmente por la picadura de garrapatas infectadas. Esta enfermedad, que suele asociarse a regiones geográficas concretas donde hay garrapatas, presenta síntomas que varían en gravedad, desde leves dolores de cabeza a graves complicaciones neurológicas.

¿Cuál es el agente patógeno?

Laencefalitis centroeuropea transmitida por garrapatas, causada por el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas (TBE), es una afección neurológica grave. Se propaga principalmente por la picadura de garrapatas, en particular las especies Ixodes persulcatus e Ixodes ricinus, que proliferan en los bosques que se extienden desde Alsacia hasta la costa pacífica de la Rusia asiática, y tan al norte como China. Existen dos variantes del virus, una en el este (virus ruso de la encefalitis vernal de verano o fiebre de Taiga) que presenta formas más graves de la enfermedad que la del oeste, y tiene fama de ser menos sensible a las vacunas preventivas.

Este flavivirus de la familia Flaviviridae tiene un ciclo natural en el que intervienen garrapatas del género Ixodes y micromamíferos forestales como los topillos y los ratones de campo. La encefalitis transmitida por garrapatas, también conocida como meningoencefalitis transmitida por gar rapatas o meningoencefalitis vernal transmitida por garrapatas (TBE), afecta a los seres humanos y a la mayoría de los mamíferos.

El virus de la encefalitis transmitida por garrapatas pertenece al género Flavivirus, que también incluye virus como el del dengue, la fiebre amarilla y la encefalitis japonesa. Su estructura consta de una envoltura externa con dos proteínas, M y E, que intervienen en su identificación e inmunogenicidad. El virus es sensible al calor y puede destruirse por pasteurización. Sin embargo, puede sobrevivir en determinados ambientes, lo que hace que su transmisión sea potencialmente peligrosa.

Con cerca de diez mil casos estimados cada año en todo el mundo, la vigilancia sigue siendo esencial frente a esta amenaza vírica. Con un genoma que codifica una poliproteína estructural y siete proteínas no estructurales, la replicación viral es un proceso complejo que permanece en gran medida inexplorado. La producción de viriones inmaduros y parcialmente maduros se interpreta como una estrategia de escape inmunitario. Esto subraya la necesidad de seguir investigando para comprender mejor y combatir esta enfermedad.

Las garrapatas en el punto de mira

Las garrapatas duras del género Ixodes desempeñan un papel central en la propagación del virus de la TBE, actuando como vectores y reservorios de la infección. En Eurasia se han identificado más de 8 especies capaces de transmitir el virus, entre ellas Ixodes ricinus e Ixodes hexagonus en Europa, Ixodes persulcatus en Siberia y Haemaphysalis concinna en Asia.

El ciclo biológico de la garrapata se desarrolla en tres fases (larva, ninfa, adulto) a lo largo de un periodo medio de un año, aunque puede variar en función de las condiciones climáticas. Las garrapatas prefieren hibernar en la maleza húmeda, donde las hembras ponen cientos de huevos potencialmente infectados.

Una vez eclosionados, las larvas se activan en cuanto la temperatura supera los 5 °C y esperan a su huésped potencial, a menudo un animal pequeño como un ratón o una ardilla. Durante su ingesta de sangre, pueden transmitir el virus a su hospedador o infectarse a sí mismas si éste es portador del virus. También puede producirse un fenómeno de “co-alimentación”, en el que larvas o ninfas infectadas transmiten el virus a otras larvas o ninfas no infectadas.

Tras alimentarse, las larvas se metamorfosean en ninfas, y luego en adultos tras otra ingesta de sangre, de 1 a 2 años más tarde. Las garrapatas adultas, de unos pocos milímetros de longitud, pueden trepar hasta 80 cm para alcanzar a un animal más grande. Tras otra ingesta de sangre, la garrapata se aparea, pone huevos y el ciclo vuelve a empezar.

El virus se multiplica y disemina por todo el cuerpo de la garrapata, incluso en las glándulas salivales, facilitando la transmisión por picadura, y en los ovarios, permitiendo la transmisión transovárica de la hembra a su descendencia. Aunque las garrapatas infectadas no desarrollan la enfermedad, siguen siendo portadoras del virus durante toda su vida.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad en los animales?

Laencefalitis centroeuropea transmitida por garrapatas afecta a diversas especies animales, tanto salvajes como domésticas. Entre ellas se incluyen mamíferos como roedores, ciervos, jabalíes y liebres, así como animales domésticos como perros, vacas, ovejas, cabras y caballos. Las aves domésticas o salvajes e incluso los reptiles no se libran. Las garrapatas desempeñan un papel importante como vectores y reservorios del virus.

La distribución geográfica de los casos de infección sigue siendo en gran parte desconocida, pero el virus se transmite principalmente por la picadura de una garrapata del género Ixodes. Estos parásitos conservan la infección durante toda su vida, y las hembras pueden transmitirla a su descendencia.

En los animales, los síntomas suelen estar ausentes o ser leves, aunque algunos, como los perros y los caballos, pueden mostrar signos nerviosos. Los pequeños roedores, como el ratón de campo de collar y el topillo campesino, son los principales reservorios del virus, ya que muestran una viremia prolongada a niveles elevados. Los grandes mamíferos y las aves también desempeñan un papel en la propagación del virus, aunque su viremia es más débil y de corta duración.

A diferencia de otros flavivirus transmitidos por mosquitos, los humanos no participan activamente en la transmisión del virus de la TBE en su ciclo natural. En cambio, se les considera huéspedes ocasionales, aunque su papel es crucial en la ecología de las garrapatas y la propagación del virus.

¿Cómo se transmite?

La transmisión del virus de la encefalitis centroeuropea transmitida por garrapatas se produce principalmente por la picadura de una garrapata infectada, generalmente de la especie Ixodes ricinus, en todas las fases de su desarrollo. Los animales infectados o portadores de garrapatas no suelen transmitir la enfermedad al ser humano, salvo en casos excepcionales, sobre todo a través del consumo de leche o queso crudos de cabra u oveja.

Las profesiones expuestas al riesgo de picadura de garrapata, como leñadores, silvicultores y guardas de caza, están especialmente expuestas. Los periodos de máxima transmisión del virus suelen ser a finales de primavera y finales de verano, y las garrapatas son menos activas durante los veranos calurosos y secos.

En los humanos, las garrapatas suelen elegir zonas de piel fina y húmeda para adherirse, como el ombligo, la axila o el nacimiento del pelo en la nuca. El virus se transmite principalmente por la inyección de saliva durante la picadura, que suele ser indolora gracias al efecto anestésico de la saliva de la garrapata.

Además de la transmisión por picadura, también es posible la transmisión alimentaria a través del consumo de leche cruda o productos lácteos no pasteurizados procedentes de animales infectados. Aunque la transmisión de persona a persona es teóricamente posible, sigue siendo poco frecuente.

La prevalencia del virus en las garrapatas varía de una región a otra, con un aumento de la incidencia de la encefalitis transmitida por garrapatas probablemente relacionado con el calentamiento global. A pesar de la existencia de una vacuna eficaz, su infrautilización entre los grupos de riesgo sigue siendo un reto. En Francia, la vacunación no se recomienda en general a los residentes debido a la rareza de la enfermedad, pero puede recomendarse a los viajeros a zonas boscosas de Europa Central y Oriental durante la primavera y el verano.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad en humanos?

Laencefalitis transmitida por gar rapatas se caracteriza por síntomas similares a los de la gripe estival, que aparecen una o dos semanas después de la picadura de la garrapata. Las posibles complicaciones incluyen alteraciones delequilibrio, la consciencia, la capacidad intelectual o psicológica, o incluso meningitis. Pueden producirse secuelas neurológicas graves, comodiscapacidad, trastornos nerviosos como parálisis, e incluso complicaciones mortales en el 1 al 2% de los casos.

No existe un tratamiento específico para la EET. Las manifestaciones clínicas, observadas en el 20-40% de los casos, incluyen síntomas gripales inespecíficos como fiebre, fatiga, cefaleas, dolores y molestias, a veces acompañados de problemas digestivos. En un tercio de los casos, estos síntomas pueden evolucionar a una forma más grave, que requiere hospitalización. La gravedad de la enfermedad varía según el subtipo vírico y laedad del paciente. Laincubación suele durar de 7 a 14 días (extremos 2 y 28 días) tras la picadura de la garrapata.

Incubación

La primera fase clínica de la FSME (encefalitis centroeuropea transmitida por garrapatas) se caracteriza por una fase virémica, que marca la propagación del virus en el torrente sanguíneo. En alrededor del 10-30% de los individuos infectados, esta fase inicial se manifiesta con síntomas inespecíficos similares a los de una enfermedad gripal, como fatiga, cefaleas, dolores y molestias, malestar general y fiebre igual o superior a 38°C, acompañada de problemas digestivos. Esta fase suele durar de 1 a 10 días.

Es el único momento en que la presencia del virus es detectable en la sangre. En aproximadamente dos tercios de los casos, el sistema inmunitario consigue controlar la infección en esta fase, deteniendo la progresión de la enfermedad. Los primeros síntomas de la EEMF no suelen asociarse inmediatamente con la picadura de una garrapata. Al principio, la EMEF puede confundirse con la gripe, ya que los síntomas son muy similares: fatiga, dolor de cabeza, dolores corporales y fiebre.

Al cabo de unos días, estos síntomas remiten de forma natural. Para la mayoría de los pacientes, esto significa que la EMEF se ha superado, e incluso es probable que se haya desarrollado inmunidad de por vida. Sin embargo, en alrededor del 5-15% de los pacientes, la enfermedad entra en una segunda fase tras un periodo sin síntomas.

Intervalo libre

En casi el 35% de los casos, el paciente no se recupera espontáneamente, lo que marca el inicio de una fase crítica de la infección. Tras alcanzar diferentes tejidos y órganos, el virus inicia una nueva fase de duplicación, que conduce a la multiplicación viral en el organismo. Este periodo, que suele durar una semana, se caracteriza por una remisión asintomática, cuando las manifestaciones clínicas de la enfermedad ya no son aparentes. Sin embargo, a pesar de la aparente ausencia de síntomas, el virus sigue activo, reproduciéndose activamente en las células infectadas y continuando su propagación por el organismo.

Fase neurológica

La fase neu rológica de la encefalitis transmitida por garrapatas (ETG) se caracteriza por la invasión del virus en el sistema nervioso central (SNC), lo que provoca un aumento de la fiebre en comparación con la fase virémica. La mayoría de los casos (50%) se presentan como meningitis vírica de líquido claro, principalmente en niños. Alrededor del 40% de los casos desarrollan meningoencefalitis, con síntomas que incluyen síndrome piramidal, síndrome cerebeloso y lesiones de los nervios craneales. La mitad de los pacientes adultos desarrollan encefalitis. Alrededor del 10% de los casos en la fase neurológica también se manifiestan como mielitis, con parálisis flácida del miembro superior. La duración de la enfermedad varía de unos días a varias semanas.

En la mayoría de los casos (90%), la recuperación es completa sin secuelas. Sin embargo, alrededor del 1-2% de los pacientes fallecen en esta fase, mientras que el 10-20% sufren secuelas neurológicas permanentes. Un tercio de los pacientes puede presentar trastornos residuales varios años después de la enfermedad, como cefaleas, trastornos sensoriales o neurovegetativos, constituyendo un síndrome posencefalítico.

Las muertes debidas a complicaciones neurológicas se producen principalmente en pacientes mayores de 60 años. En la siguiente fase de la enfermedad, el virus de la FSME ataca el SNC, con síntomas como cefaleas, dolor de cuello, dificultad de concentración, alteraciones de la conciencia, convulsiones y parálisis. Las secuelas duraderas, presentes en aproximadamente uno de cada cinco pacientes que padecen meningitis con encefalitis, pueden incluir problemas de memoria, concentración y control del movimiento. Alrededor del 1% de los pacientes con síntomas neurológicos mueren de meningoencefalitis transmitida por garrapatas.

¿Cómo se trata la encefalitis transmitida por garrapatas?

El diagnóstico de la encefalitis transmitida por garrapatas se basa principalmente en métodos biológicos de laboratorio, ya que los signos clínicos no son específicos. Durante la fase virémica inicial de la enfermedad, los clínicos pueden detectar el virus en hemocultivos. En la fase neurológica, pueden aislar el virus del líquido cefalorraquídeo (LCR). Los laboratorios especializados cultivan el virus, un procedimiento complejo que tiende a ser sustituido por la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Los clínicos pueden buscar anticuerpos anti-TBEV, detectables al inicio de la fase neurológica, en suero y LCR mediante el método ELISA. Esto permite diferenciar entre una infección en curso y otra que ha pasado desapercibida.

En cuanto al tratamiento, no existe un tratamiento antivírico específico para la encefalitis transmitida por garrapatas. El tratamiento se centra en el control de los síntomas, y en general se recomienda la hospitalización de los pacientes afectados, aunque no es necesario el aislamiento debido a la ausencia de transmisión de persona a persona. Los médicos adaptan los cuidados de reanimación en función de la gravedad de los síntomas, aplicando medidas como la administración de analgésicos, antipiréticos, vitaminas, hidratación y electrolitos. En casos graves con complicaciones como parálisis respiratoria, aplican el tratamiento adecuado, como intubación y ventilación asistida.

Algunas regiones, como la Federación Rusa, siguen practicando el tratamiento postexposición con inmunoglobulinas específicas a pesar de sus efectos secundarios, que han llevado a su abandono en otros lugares. Además, el uso de corticosteroides a dosis altas está muy extendido en algunas regiones endémicas, aunque su eficacia en comparación con el tratamiento sintomático sigue siendo discutible según estudios retrospectivos.

¿Cómo prevenir la infección?

La prevención de la encefalitis transmitida por garrapatas en los animales pasa por la rápida eliminación de las garrapatas. En el caso de los perros, se recomienda llevar un collar antigarrapatas o seguir un tratamiento acaricida preventivo.

En el caso de los humanos, es esencial concienciar y formar a los trabajadores sobre los riesgos asociados a la encefalitis transmitida por garrapatas. Esto incluye medidas adecuadas de higiene y prevención, como el suministro de agua potable, jabón, material de limpieza de un solo uso (como toallitas de papel) y un botiquín de primeros auxilios que incluya pinzas para astillas o removedor de garrapatas y desinfectante. Además, debe proporcionarse ropa de trabajo y equipos de protección individual en buen estado, limpios y bien mantenidos.

Las autoridades médicas recomiendan vacunar a las personas expuestas en zonas endémicas. También es aconsejable llevar ropa que cubra los brazos y las piernas cuando se esté en el bosque, así como aplicar regularmente un repelente cutáneo e inspeccionar el cuerpo cuidadosamente tras una jornada de trabajo al aire libre para detectar y eliminar rápidamente las garrapatas.

No hay vacuna disponible para los animales. Sin embargo, el uso de tratamientos antiparasitarios eficaces contra las garrapatas puede limitar el riesgo de infección. También es aconsejable limitar el contacto de los animales con zonas boscosas donde haya garrapatas y el virus.

En cuanto a la vacunación contra la meningoencefalitis transmitida por garrapatas en humanos, existen varias vacunas que ofrecen una protección eficaz en la mayoría de los casos. Los calendarios de vacunación varían según la vacuna utilizada, pero todas requieren varias dosis para garantizar una protección óptima. Los efectos secundarios de las vacunas suelen ser leves, pero a veces pueden producirse reacciones locales o generales.

Algunos datos epidemiológicos…

El virus de la TBE se encuentra exclusivamente en Eurasia, en zonas forestales no tropicales que se extienden desde Alsacia-Lorena hasta la isla deHokkaidō en Japón. Su distribución es irregular y se presenta en focos dispersos que corresponden a las condiciones óptimas para las garrapatas y sus huéspedes, principalmente en los bosques y sus alrededores.

Laincidencia de laencefalitis transmitida por garrapatas es significativa en Europa, con unos 10.000 casos notificados anualmente en Rusia y Europa, con las incidencias más elevadas en la antigua URSS y los países bálticos. Europa Central,Alemania,Austria y Suiza también notifican un número significativo de casos. En Francia, aunque los casos son menos frecuentes, su número va en aumento, sobre todo en los departamentos deAlsacia-Lorena.

Al principio, la enfermedad afectaba a grupos de riesgo específicos, como trabajadores agrícolas y forestales, cazadores y recolectores, pero con el aumento del turismo en zonas boscosas, la mayoría de las infecciones se producen ahora durante actividades de ocio al aire libre. Los continentes americano y australiano están a salvo del virus de la TBE, pero pueden producirse algunos casos durante los viajes. En Austria y Alemania, una proporción significativa de la población tiene anticuerpos específicos, lo que indica una exposición previa al virus.

Varios factores influyen en la propagación de la encefalitis transmitida por garrapatas, entre ellos el cambio climático, que favorece el desarrollo de las garrapatas, las prácticas de gestión de los bosques y la fauna silvestre, y la adaptación de las garrapatas a los biocidas. El reciente aumento de casos en Francia, sobre todo los asociados al consumo de queso de cabra de leche cruda, pone de relieve la necesidad de reforzar las medidas de vigilancia y prevención, entre ellas la sensibilización de la población y la búsqueda de soluciones eficaces de tratamiento y prevención.

Acciones de la ANSES

Para conocer mejor el riesgo de infección para el ser humano, ya sea por picadura de garrapata o por consumo de alimentos, los trabajos de laANSES se centran en varios ámbitos cruciales:

  • Epidemiología del virus dela encefalitis transmitida por garrapatas (VETG) en Francia: se trata de estudiar el ciclo de transmisión, el papel de los hospedadores, la distribución del virus y sus determinantes, así como de evaluar la exposición de los rumiantes al virus.
  • Detección del virus y persistencia del virus infeccioso en matrices de leche y queso: esta parte incluye el desarrollo metodológico de la detección del virus, el aislamiento y la cuantificación del virus infeccioso en diferentes matrices, la identificación de los productos lácteos de riesgo y las condiciones de almacenamiento que favorecen la persistencia de los virus infecciosos.
  • Competencia vectorial de la garrapata en relación con el TBEV: se trata de identificar los mecanismos moleculares que permiten a la garrapata infectarse, replicarse y transmitir el virus TBEV, así como de estudiar las coinfecciones de la garrapata con el TBEV y Borrelia.
  • Interacciones hospedador/patógeno para comprender mejor la transmisión y la patología inducida, así como la especificidad de hospedador del TBEV.
  • Desarrollo de moléculas antivirales contra el TBEV para contrarrestar la infección viral.

Además, los equipos de la Anses participan en lainvestigación de explotaciones sospechosas de ser el origen de casos humanos tras el consumo de productos contaminados no pasteurizados. Como laboratorio nacional de referencia (LNR), la Anses también lleva a cabo investigaciones para identificar los alimentos responsables de casos de Toxiinfección Alimentaria Colectiva (Toxiinfección Colectiva).

Recomendaciones de la OMS

Las recomendaciones dela OMS se basan en un conocimiento profundo de la enfermedad, que incluye la vigilancia, laevaluación de riesgos y la rentabilidad. En los países donde la enfermedad es muyendémica, con al menos 5 casos por 100.000 habitantes al año antes de la introducción de la vacuna, se recomienda la vacunación generalizada. En todas las zonas endémicas, es fundamental que la población disponga fácilmente de información sobre la enfermedad, sus vectores, modos de transmisión y medidas preventivas.

En Europa se han administrado casi 80 millones de dosis de vacunas desde 1980. Las vacunas europeas sólo se encuentran en Canadá, en América, donde se ofrecen como vacunas de viaje.Austria es el único país que ha introducido la vacunación sistemática contra la encefalitis transmitida por garrapatas desde 1981, con una cobertura de vacunación que alcanzó el 88% de la población general en 2005.

Las recomendaciones de vacunación varían en función de la situación epidemiológica y la evaluación de riesgos en otros países europeos, y pueden modificarse a medida que cambie la situación. En Suiza, se recomienda la vacunación en todos los cantones, a partir de los 6 años, excepto en Ginebra y el Tesino.

En Francia, debido a la relativa rareza de la enfermedad, no se recomienda la vacunación general. En su lugar, la vacuna se administra caso por caso, principalmente a las personas de alto riesgo, como los trabajadores agrícolas y forestales, los cazadores y los excursionistas. Para los viajeros, se recomienda la vacunación en zonas boscosas de Europa central y oriental, Escandinavia, norte de China, Corea del Sur, Japón, Kirguistán, Mongolia y Rusia oriental, durante la temporada de garrapatas, de febrero a noviembre.

Deja un comentario