La microbiota intestinal, el fascinante ecosistema que puebla nuestro tracto digestivo, desempeña un papel crucial en nuestra salud general. Estudios científicos recientes sugieren que podría ser un factor clave en la prevención y el desarrollo del cáncer de mama. En concreto, se cree que la disbiosis intest inal -un desequilibrio en la microbiota- favorece la inflamación crónica, un factor reconocido en la progresión tumoral.
Además, la microbiota influye en la regulación de los estrógenos, hormonas directamente implicadas en el desarrollo de ciertos cánceres de mama. Una mejor comprensión de esta relación podría allanar el camino hacia nuevas estrategias de prevención y mejoras de los tratamientos existentes. Profundicemos en esta fascinante conexión entre el intestino y el cáncer de mama.
Microbiota intestinal e inflamación: un factor clave en el cáncer de mama
Debido a su composición única, la microbiota intestinal desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de una salud óptima. Las alteraciones en la composición de la flora intestinal provocan estados patológicos como trastornos metabólicos, enfermedades inflamatorias, cirrosis hepática y diversos carcinomas.
¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos) que viven en simbiosis en nuestro intestino. Desempeña un papel esencial en la digestión, la síntesis de vitaminas y la regulación del sistema inmunitario. El intestino humano es especialmente rico en poblaciones microbianas. La microbiota intest inal abarca un repertorio de billones de microbios que residen en el intestino humano, incluidas bacterias, virus, hongos y protozoos. El microbioma intestinal representa el genoma colectivo de los habitantes microbianos del intestino. El microbioma intestinal codifica un enorme número de genes: más de tres millones. En última instancia, éstos producen un gran número de metabolitos que participan activamente en numerosas funciones fisiológicas, como el mantenimiento de la salud intestinal.
Una microbiota equilibrada, en estado de “eubiosis”, favorece la buena salud. En cambio, una alteración de este equilibrio, conocida como disbiosis, puede ser la causa de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer de mama.
Disbiosis e inflamación crónica: un caldo de cultivo para el cáncer
Cuando la diversidad y el equilibrio de la microbiota se alteran, ciertos microorganismos patógenos toman el control. Esta disbiosis conduce a una respuesta inmunitaria excesiva, generando una inflamación crónica.
La inflamación es un factor clave en el desarrollo de tumores. Favorece :
- La proliferación de células cancerosas
- La angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos que permiten la alimentación de los tumores)
- Reducción de la respuesta inmunitaria antitumoral
Por tanto, la disbiosis intestinal persistente podría aumentar el riesgo de cáncer de mama al mantener un estado inflamatorio propicio a la carcinogénesis.
Microbiota intestinal y estrógenos: un equilibrio hormonal crucial
En los últimos años, los investigadores han caracterizado el vínculo entre la microbiota intestinal y la hormona estrógeno como el “eje estrógeno-microbioma intestinal “. Esta vía entre una población de bacterias y las hormonas estrogénicas parece ser una vía reguladora clave de los niveles circulantes de estrógenos.
Metabolismo de los estrógenos y papel del hígado
Antes de la menopausia, los estrógenos son producidos principalmente por los ovarios. Una vez pasada la menopausia, otros tejidos como el tejido adiposo, el cerebro y el hipotálamo toman el relevo.
El hígado es un órgano clave para nuestra salud; descompone las sustancias tóxicas para el organismo en productos no tóxicos. A continuación, los productos liposolubles se excretan por la bilis, luego por el intestino y se eliminan por las heces. Los productos hidrosolubles vuelven al torrente sanguíneo, que los transporta a los riñones, donde se eliminan por la orina. Por tanto, el hígado desempeña un papel central en la desintoxicación de los estrógenos. Algunos de los estrógenos se transforman en metabolitos antes de ser excretados en la bilis y enviados al intestino.
Influencia de la microbiota en la recirculación de estrógenos
Los niveles elevados de estrógenos circulantes son un factor de riesgo importante para el desarrollo de cáncer de mama con receptores de estrógenos positivos en mujeres posmenopáusicas. En función de la composición de la microbiota, estos estrógenos pueden reabsorberse y volver a circular por el organismo. Una enzima específica, la β-glucuronidasa, desempeña un papel clave en este proceso.
Investigadores estadounidenses han demostrado que el bloqueo de la actividad de esta enzima podría reducir la recirculación de estrógenos activos y reducir así el riesgo de cáncer de mama.
Cabe señalar que una microbiota desequilibrada podría alterar este proceso, aumentando los niveles de estrógenos y, potencialmente, el riesgo de cáncer de mama hormonodependiente.
Una microbiota equilibrada para una mejor respuesta al tratamiento
La microbiota intestinal de las pacientes con cáncer de mama está considerablemente alterada en comparación con la de los individuos sanos, lo que indica la posible asociación entre determinados microbios y el desarrollo del cáncer de mama y las respuestas terapéuticas.
Impacto de la microbiota en la eficacia de los tratamientos contra el cáncer
La microbiota intestinal regula los efectos de los fármacos quimioterapéuticos y la radioterapia en el cáncer de mama. La microbiota intestinal desempeña un papel esencial en la modulación del metabolismo, la translocación y la modulación enzimática. También interviene en la inmunomodulación de varios fármacos quimioterapéuticos, lo que provoca su activación o inactivación. Así pues, la microbiota intestinal influye directamente en la eficacia de los tratamientos contra el cáncer de mama, en particular :
- La quimioterapia, al modular la respuesta inmunitaria y la absorción de los fármacos.
- La inmunoterapia, que depende en parte de una microbiota equilibrada para ser plenamente eficaz.
Preservar la microbiota durante el tratamiento
Algunas terapias, como la quimioterapia, pueden alterar la diversidad bacteriana de la microbiota. Esto puede provocar efectos secundarios y reducir la eficacia terapéutica. Por lo tanto, es vital preservar la microbiota en la medida de lo posible durante la fase de tratamiento del cáncer. En la actualidad se están investigando las aplicaciones terapéuticas de metabolitos, probióticos y prebióticos en el tratamiento del cáncer de mama. Estos enfoques pretenden modular la microbiota intestinal para ralentizar la progresión de la enfermedad. Además, también se están estudiando estrategias de intervención basadas en la modulación de la dieta y el uso de suplementos para reducir los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
Nuevas vías para preservar o restablecer el equilibrio de la microbiota
Actualmente se están explorando varias vías en el contexto de una microbiota sana. Las 2 principales son :
- Probióticos: mantenimiento de la flora intestinal beneficiosa.
- Prebióticos: dieta rica en fibra para nutrir las bacterias buenas.
Por tanto, una microbiota sana podría mejorar la tolerancia y la eficacia de los tratamientos contra el cáncer.
Aunque todavía quedan muchos interrogantes sobre los vínculos entre la microbiota intestinal y el cáncer de mama, actualmente se reconoce que la disbiosis intestinal es un factor clave en el inicio, el desarrollo, la progresión y la metástasis del carcinoma de mama. Una prometedora vía de investigación consiste en explorar si el restablecimiento de un equilibrio microbiano intestinal podría atenuar la tumorigénesis mamaria. Todos estos avances abren nuevas perspectivas para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
Fuente:
- https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9856390/
- https://iedm.asso.fr/
- https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/19490976.2023.2221452#abstract