Las vacaciones en la montaña son una forma ideal de alejarse de la ciudad y volver a conectar con la naturaleza. Sin embargo, la montaña puede ser un entorno inhóspito si no se prepara adecuadamente. Es importante protegerse del frío, hidratarse para evitar la sequedad de la piel, protegerse de los rayos UV y elegir calzado y ropa adecuados. En este artículo, le daremos algunos consejos para disfrutar de unas vacaciones seguras y sin preocupaciones en la montaña.
Elegir el lugar y el alojamiento
Antes de salir, hay que saber dónde ir. ¿No tiene ideas? Conéctese a Internet. Diversas plataformas especializadas le mostrarán los mejores lugares para alojarse en la montaña. Muchas de ellas ofrecen atractivas ofertas y disponen de estaciones de esquí y alojamientos de calidad. A la hora de elegir, opte por el que más le convenga. Alojamiento seguro, cómodo y no demasiado caro, con servicio de comidas incluido… Elige un lugar en el que te sientas cómodo en todos los sentidos. Además, elige una marca que ofrezca una amplia gama de actividades, sobre todo si vas en familia. Así, sea cual sea la duración de sus vacaciones, tendrá mucho que hacer. En este sentido, no olvide reservar con un profesional que le ofrezca un paquete “todo incluido”: alojamiento y comidas, visitas, etc. Así, ni usted ni sus hijos se aburrirán nunca.
Prepare la ropa y el equipo
¿Ya ha decidido dónde va a pasar sus próximas vacaciones en la montaña? Ahora es el momento de hacer las maletas. Para una estancia en la montaña, es aconsejable meter en la maleta ropa que cubra bien el cuerpo. Así que opta por camisetas de manga larga, jerseys, chaquetas de plumas, gorros, manoplas, polainas, etc. En cuanto al equipo para tus actividades (esquí, snowboard, senderismo, etc.), lo mejor es que te dejes aconsejar por un especialista. Podrá recomendarte los mejores productos: esquís, trajes de neopreno, botas de nieve, tablas de snowboard, gafas de sol, etc. Y si ya tienes tu propio equipo, es muy recomendable que lo revise un profesional. Así no se encontrará con sorpresas desagradables. También es importante llevar el calzado adecuado para unas vacaciones en la montaña. Los calcetines Airplus disponibles en nuestra farmacia ecológica online están diseñados para mantener los pies calientes y secos, incluso en condiciones de frío extremo. También son transpirables para evitar la sudoración excesiva y las ampollas.
No olvides tu botiquín de primeros auxilios y supervivencia
Las actividades de montaña no son sólo para divertirse, también pueden ser fuente de pequeñas lesiones e incidentes. Por eso es muy recomendable llevar un botiquín completo cuando salgas. Estos son los artículos esenciales que debes incluir:
- betadine: para desinfectar heridas y prevenir infecciones.
- analgésicos: para aliviar el dolor y las jaquecas.
- tiritas y compresas: esenciales para cubrir y proteger cortes o rozaduras.
- aceites esenciales: algunos aceites, como el de lavanda, tienen propiedades antisépticas y calmantes.
- alcohol de 90°: para desinfectar el material y las heridas.
Asegúrate de llevar también tu medicación si padeces enfermedades crónicas. Es fundamental que incluyas en tu botiquín crema y barra solar para prevenir las quemaduras solares y la deshidratación de los labios.
Composición de un kit de supervivencia
Además del botiquín, un kit de supervivencia es esencial para las actividades al aire libre. Este botiquín debe incluir al menos :
- navaja suiza: herramienta multiusos útil en diversas situaciones, como cortar leña o preparar comida.
- brújula: esencial para orientarse en terrenos desconocidos.
- encendedor: necesario para encender fuego, ya sea para calentarse, cocinar o mantener alejados a los animales.
La importancia de un botiquín de primeros auxilios en la montaña
La montaña es un entorno en el que la ayuda puede estar lejos y las condiciones meteorológicas cambian. Un botiquín bien equipado puede proporcionar primeros auxilios mientras se espera la llegada de los profesionales. Las actividades al aire libre, como el senderismo y la acampada, pueden exponer a las personas a diversos riesgos, por lo que es importante estar preparado.
Precauciones adicionales
Además de los elementos mencionados, puede ser conveniente añadir elementos adicionales en función de las necesidades específicas y la duración de la estancia. Por ejemplo:
- vendas elásticas: para esguinces y torceduras.
- suero fisiológico: para limpiar heridas y ojos.
- apósitos hidrocoloides: para ampollas y heridas más profundas.
La preparación es la clave de unas salidas seguras a la montaña. Un botiquín bien surtido y un kit de supervivencia adecuado pueden marcar la diferencia en caso de problema. No olvide comprobar periódicamente el contenido de su botiquín y sustituir los artículos caducados o usados. Tomando estas precauciones, podrás disfrutar al máximo de tus actividades al aire libre estando preparado para lo inesperado.
Mantener el calor corporal
En primer lugar, es importante protegerse del frío. Las bolsas de agua caliente y las almohadillas eléctricas son herramientas prácticas para mantener el calor cuando estás fuera de casa, o al final del día en el sofá o a los pies de la cama. También puedes preparar infusiones con hierbas calientes como la canela, el jengibre o el tomillo, que te ayudarán a entrar en calor desde dentro. El ginseng, el guaraná y la maca también son eficaces para elevar la temperatura corporal.
Por último, no olvide hidratarse regularmente, aunque no tenga sed. El aire seco de la montaña puede deshidratarte más rápidamente de lo habitual. Llévese una botella de agua y beba regularmente a lo largo del día.
Prevención y tratamiento del mal de altura
El mal de montaña, también conocido como mal agudo de montaña(MAM), es una afección que debe tomarse en serio cuando se escala a gran altitud. Puede producirse a altitudes de 2.400 metros o más y se manifiesta con síntomas como dolores de cabeza, náuseas, fatiga, mareos y trastornos del sueño. La prevención es esencial, y comienza con una aclimatación gradual. Es aconsejable ascender lentamente para que el cuerpo se acostumbre a los cambios de presión atmosférica y concentración de oxígeno.
La hidratación es crucial para prevenir el MAM. Beber mucha agua ayuda a reducir el riesgo. Evite el alcohol, los somníferos y otros sedantes, que pueden agravar los síntomas del mal de altura. Si aparecen síntomas, puede ser necesario descender a una altitud menor y descansar.
Controlar la fatiga y los dolores
La fatiga de montaña puede verse exacerbada por el esfuerzo físico, el frío y la altitud. Para controlar la fatiga eficazmente, es esencial dormir bien. Asegúrese de que dispone del equipo adecuado para dormir cómodamente, como un colchón aislante y un saco de dormir adaptado a las condiciones climáticas.
Las agujetas suelen ser inevitables tras largas jornadas de marcha, sobre todo cuesta abajo, que resulta especialmente dura para los músculos. Para minimizarlas, haz estiramientos antes y después de las caminatas. Utilizar bastones de trekking ayuda a repartir el esfuerzo y puede reducir la carga sobre las piernas y las rodillas.
En caso de dolor persistente, pueden considerarse tratamientos como la aplicación de cremas antiinflamatorias o la toma deantiinflamatorios no esteroideos (AINE). Sin embargo, es importante utilizarlos con precaución y bajo consejo médico, sobre todo en zonas de montaña, donde su uso puede enmascarar síntomas más graves.
Protegerse de los dañinos rayos UV
Es fundamental no subestimar la importancia de la protección solar durante una estancia en la montaña. Aunque la nieve pueda dar la impresión de que el sol no es tan fuerte, el reflejo de los rayos UV en la nieve puede aumentar considerablemente su intensidad. Los rayos UV pueden provocar quemaduras solares y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Por eso es esencial protegerse la piel utilizando una crema solar de factor elevado, sobre todo si se van a realizar actividades en altitud o al aire libre.
También es importante acordarse de reaplicar la crema solar cada dos horas, aunque esté nublado o lleves protector solar. Y no olvides protegerte los labios con un bálsamo labial solar. Utilizando la protección solar adecuada, podrás disfrutar de tu estancia en la montaña al tiempo que proteges tu salud.
¿Cómo te proteges de los rayos del sol cuando esquías?
Para una protección solar óptima en la montaña, te recomendamos que sigas los siguientes consejos:
- elige una crema solar de amplio espectro: opta por una crema que proteja tanto de los rayos UVB como de los UVA.
- utiliza un factor de protección solar elevado (SPF 50 ): esto es especialmente importante en altitud, donde los rayos UV son más intensos.
- aplique generosamente crema solar en todas las zonas expuestas**: no olvide las orejas, el cuello y la cara.
- vuelva a aplicársela cada dos horas y después de cada baño o transpiración intensa.
- lleve ropa protectora: un sombrero de ala ancha, gafas de sol con protección UV y ropa larga de tejido resistente a los rayos UV.
- protege tus labios: utiliza un bálsamo labial con factor de protección solar.
Comprenda la importancia de aplicarse crema solar cada dos horas
La reaplicación regular de la crema solar es crucial para mantener una protección eficaz. Las actividades al aire libre, la transpiración y el contacto con la nieve pueden reducir la eficacia de la protección solar. Por tanto, es esencial volver a aplicarla cada dos horas y después de cada baño o sudoración intensa para evitar quemaduras solares y minimizar el riesgo de daños cutáneos a largo plazo.
¿Me bronceo cuando esquío?
La nieve tiene un potente efecto reflectante que aumenta la exposición a los rayos UV. De hecho, la nieve fresca puede reflejar hasta el 80% de los rayos UV, lo que significa que su piel está expuesta a niveles de radiación significativamente más altos que a nivel del mar. Este reflejo puede provocar quemaduras graves si no se utiliza la protección adecuada.
Protección de ojos y labios
Los ojos y los labios suelen pasarse por alto, pero son igual de vulnerables a los daños causados por los rayos UV. Las gafas de sol deben tener una protección UV del 100% para evitar daños oculares como la fotoqueratitis, también conocida como “ceguera de las nieves”. Además, el uso de un bálsamo labial que contenga protector solar puede evitar que los labios se agrieten y se quemen.