La bolsa de agua caliente, un gesto natural

Monjes, vejigas, moisés, ladrillos calefactados… la bolsa de agua caliente es la digna heredera de estos objetos cuya función era mantener el calor. Y sí, ¡hubo un tiempo en que los calentadores eléctricos y el aire acondicionado reversible eran cosa de ciencia ficción!
Hoy en día, la bolsa de agua caliente ha evolucionado y, a pesar de que nuestras casas se calientan demasiado a menudo, sigue siendo muy útil.

Desde la vieja bolsa de agua caliente de goma hasta las fabricadas con huesos de cereza o semillas, ¡hay para todos los gustos! Y para los que piensan que están pasadas de moda o que “no tienen mucho glamour” al final de la cama, las bolsas de agua caliente vienen en todos los colores y con los revestimientos más originales.

Los beneficios de una bolsa de agua caliente en invierno:

En naturopatía, el uso de una bolsa de agua caliente es un gesto que hay que incorporar a la vida cotidiana, sobre todo en estas frías tardes de invierno, por sus múltiples beneficios.

Activación de la circulación y relajación

El agua caliente de la bolsa de agua caliente actúa sobre la circulación sanguínea a través de un mecanismo de vasodilatación, favoreciendo la distribución de los fluidos corporales hacia la piel. Esta activación de la circulación no sólo ayuda a descongestionar los órganos internos, sino que también tiene un efecto beneficioso sobre el sistema nervioso, favoreciendo la relajación y el bienestar.

Apoyo a las funciones corporales

Una bolsa de agua caliente aplicada sobre el hígado puede apoyar sus múltiples funciones de desintoxicación y proporcionar un alivio significativo. Sobre el estómago, ayuda a calmar las molestias digestivas, en particular cuando la menstruación es dolorosa, proporcionando una reconfortante sensación de calor. Colocado bajo el arco de la espalda, sirve de apoyo a los riñones y ayuda a aliviar la tensión muscular. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en caso de músculos inflamados, sería más adecuada una aplicación de frío.

Uso versátil para el confort y la salud

Las bolsas de agua caliente están especialmente recomendadas para las personas que sufren frío o estrés, ya que tienen un efecto calor que ayuda a relajarse. También es beneficiosa para las personas que sufren reumatismo, gracias a su capacidad para proporcionar calor y aliviar el dolor articular.

Es fundamental asegurarse de que la bolsa de agua caliente es hermética y protegerla con una toalla o paño para evitar cualquier riesgo de quemadura. Nunca debe colocarse directamente sobre la cabeza o el corazón. Además, la bolsa de agua caliente no debe aplicarse sobre el estómago en caso de dolor agudo, como sospecha de apendicitis, ni sobre el estómago en caso de úlcera péptica.

Calor, confort y relajación para todos

Sencillamente, la bolsa de agua caliente proporciona calor, confort y relajación, accesibles a todas las edades. Ya sea para relajarse después de un largo día o para aliviar dolores puntuales, una bolsa de agua caliente es el aliado ideal para mejorar su confort en invierno.

De hecho, en lo que respecta a nuestros amigos peludos, un estudio examinó el efecto de las bolsas de agua caliente sobre la temperatura corporal durante exámenes de resonancia magnética (RM) de perros bajo anestesia general. Se descubrió que el uso de bolsas de agua caliente podía ayudar a prevenir o aliviar la hipotermia. Sin embargo, el estudio concluyó que las bolsas de agua caliente no deben considerarse un método completo de prevención de la hipotermia y no se recomiendan necesariamente para la gestión de la temperatura corporal durante los exámenes de resonancia magnética en perros bajo anestesia general.

Comprender los mecanismos del calor terapéutico

El calor, como forma de terapia, se ha utilizado durante siglos para aliviar diversas dolencias. Cuando se aplica una bolsa de agua caliente a una parte del cuerpo, se promueve un aumento local de la temperatura, lo que provoca una serie de reacciones fisiológicas beneficiosas.

Vasodilatación y mejora de la circulación sanguínea

El calor dilata los vasos sanguíneos (vasodilatación), lo que mejora la circulación sanguínea en la zona tratada. Este aumento del flujo sanguíneo aporta más oxígeno y nutrientes a los tejidos, al tiempo que favorece la eliminación de los productos metabólicos de desecho. Este proceso es especialmente útil para acelerar la cicatrización de los tejidos dañados y reducir el dolor muscular.

Un estudio descubrió que los pacientes que sufrían linfocitopenia, una enfermedad en la que el número de linfocitos es bajo, tenían una temperatura corporal externa fría, sobre todo en el abdomen, las caderas y las extremidades. A estos pacientes se les recomendó utilizar una bolsa de agua caliente, sobre todo en las extremidades frías, para mejorar su sensación de “frío”. El estudio mostró un aumento significativo del número de linfocitos en los pacientes tras utilizar bolsas de agua caliente, lo que sugiere que este sencillo método podría mejorar la linfocitopenia.

Efectos sobre el sistema nervioso

El calor también tiene un efecto calmante sobre los nervios. Al reducir la transmisión de señales de dolor al cerebro, puede ayudar a reducir la percepción del dolor. Además, la agradable sensación de calor puede contribuir a un estado general de relajación, reduciendo el estrés y la ansiedad.

Uso naturopático

En naturopatía, la bolsa de agua caliente se considera no sólo un medio para mantener el calor, sino también una herramienta terapéutica en sí misma. A menudo se recomienda para :

  • Aliviar el dolor menstrual: Aplicada en el bajo vientre, puede ayudar a relajar los músculos uterinos y aliviar los calambres.
  • Favorecer la digestión: Aplicado sobre el abdomen, puede estimular la digestión y aliviar la hinchazón.
  • Reducir la tensión muscular: Colocado en zonas tensas, ayuda a relajar los músculos y reducir el dolor.

Uso óptimo de la bolsa de agua caliente para la salud

Para sacar el máximo partido a tu bolsa de agua caliente, sigue estos prácticos consejos:

  1. Eligela bolsa de agua caliente adecuada: opta por una bolsa de agua caliente de calidad que retenga bien el calor y sea segura de usar. Las bolsas de agua caliente de caucho son tradicionales, pero también hay opciones modernas como las bolsas de agua caliente de gel o de semillas.
  2. Temperatura ideal: Llena la bolsa de agua caliente con agua caliente, pero no hirviendo, para evitar el riesgo de quemaduras. La temperatura ideal oscila entre 40 y 45 grados centígrados.
  3. Tiempo de aplicación: Aplique la bolsa de agua caliente en la zona afectada durante unos 15 a 20 minutos. Evite utilizarla durante periodos prolongados para prevenir el riesgo de quemaduras cutáneas.
  4. Uso como medida preventiva: Además de aliviar el dolor, la bolsa de agua caliente puede utilizarse como medida preventiva, por ejemplo antes de hacer ejercicio, para preparar los músculos para el esfuerzo.

Referencias:

  1. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16543665/
  2. https://www.jstage.jst.go.jp/article/

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