Criptosporidiosis: buceo al corazón de una infección emergente

La criptosporidiosis, una enfermedad parasitaria causada por el protozoo Cryptosporidium, atrae cada vez más atención médica debido a su creciente prevalencia y a sus consecuencias para la salud pública. Este microorganismo, presente en el medio ambiente y transmitido a menudo a través del agua contaminada, puede infectar a personas y animales, provocando una serie de síntomas gastrointestinales que van de leves a graves.

¿Cuál es el agente infeccioso?

La criptosporidiosis está causada por Cryptosporidium, un protozoo monoxeno que se desarrolla en el intestino de diversos vertebrados, incluido el ser humano. Su ciclo vital implica la multiplicación asexual y sexual, que da lugar a la formación deooquistes . Éstos se excretan al medio ambiente. Son infecciosos desde el momento en que se liberan.

Cryptosporidium parvum, un parásito perteneciente al grupo Coccidia, es responsable de la criptosporidiosis, una enfermedad parasitaria que afecta al ser humano y a muchas especies animales. La transmisión de animales a humanos se atribuye principalmente al genotipo 2 de este parásito protozoario.

Los huevos de pared gruesa de Cryptosporidium, que se encuentran en piscinas, jacuzzis, parques acuáticos, lagos y ríos, son excepcionalmente resistentes. Son resistentes a la congelación y a los niveles habituales de cloro utilizados en la purificación del agua.

Descubierto a principios del siglo XX, el Cryptosporidium se convirtió en un importante foco de interés en la patología humana en la década de 1980. Esto se debe a su relación con el VIH/SIDA y las epidemias relacionadas con el agua. Los desinfectantes utilizados habitualmente en la industria del agua no son eficaces contra los ooquistes infecciosos de Cryptosporidium. Esto favorece su propagación en el medio ambiente.

Se han identificado más de 150 especies de mamíferos, así como diversas aves, reptiles, peces y anfibios, como hospedadores de Cryptosporidium. Sin embargo, la clasificación precisa de las especies sigue siendo objeto de debate debido a la falta de criterios morfológicos distintivos y al concepto previo de estrecha especificidad entre especies.

La caracterización molecular y el genotipado de las cepas son esenciales para comprender la diversidad genética de Cryptosporidium y su transmisión en el medio ambiente. Esto también nos permitirá rastrear mejor las fuentes de infección y desarrollar estrategias de prevención eficaces contra esta infección parasitaria emergente.

¿Cómo se manifiesta la enfermedad en los animales?

Los mamíferos domés ticos y salvajes pueden ser huéspedes potenciales de Cryptosporidium parvum, un parásito protozoario. Entre los mamíferos domésticos, los bovinos, ovinos y caprinos son los más frecuentemente afectados. Entre los mamíferos salvajes, los ciervos suelen estar infectados. La distribución geográfica de esta infección es mundial, pero su frecuencia varía según la región y la población animal.

Los terneros jóvenes y los cabritos de menos de tres semanas son especialmente susceptibles. Los animales adultos son generalmente asintomáticos, mientras que los jóvenes suelen presentar síntomas, principalmente diarrea. Esta diarrea puede ser grave, especialmente cuando se asocia a otros patógenos como bacterias o virus.

Los síntomas observados en los animales jóvenes varían según la especie:

  • Los lechones de menos de 15 días pueden presentar diarrea líquida amarillenta abundante, pérdida de peso y vómitos. Estos síntomas pueden conducir a una deshidratación grave.
  • Los terneros pueden sufrir diarreas graves acompañadas de una intensa debilidad, lo que puede comprometer su crecimiento y desarrollo.
  • Los pavitos y pollitos infectados pueden mostrar signos deinfección respiratoria, como estornudos o sibilancias.
  • En los reptiles, la presencia de Cryptosporidium parvum puede provocar problemas gastrointestinales, como regurgitaciones después de las comidas.

La variabilidad de los síntomas observados y su gravedad suelen depender de varios factores, como la edad del animal, su estado general de salud, así como la carga parasitaria y la posible presencia de otras infecciones. Una gestión ambiental y unas prácticas de higiene adecuadas pueden contribuir a reducir la prevalencia de la infección por Cryptosporidium parvum en las especies animales.

¿Cuál es el modo de transmisión?

Cryptosporidium parvum se transmite a los animales por ingestión deooquistes. Se trata de elementos microscópicos presentes en los excrementos de los animales infectados, principalmente cuando sufren diarrea. La transmisión puede continuar durante varios meses a partir de equipos, tierra, plantas y agua contaminados. Esto se debe a que el parásito es extremadamente resistente. Los animales domésticos como terneros, corderos, cabritos, lechones, potros y reptiles suelen ser portadores de Cryptosporidium parvum.

En el ser humano, Cryptosporidium parvum se transmite principalmente por vía digestiva. Esto puede ocurrir por laingestión de agua contaminada, ya sea para beber o bañarse, así como por el consumo de alimentos crudos contaminados, como verduras y frutas. El contacto directo con las manos manchadas de materiales infectados también es un riesgo de transmisión. El contagio también puede producirse de persona a persona por vía fecal-oral, por ejemplo por no lavarse las manos después de cambiar el pañal a un niño infectado.

La criptosporidiosis es una enfermedad de transmisión fecal-oral, en la que laingestión de una cantidad relativamente pequeña de ooquistes puede causar la infección. Los ooquistes son directamente infecciosos en cuanto se liberan y permanecen en el medio ambiente durante más de un año. En consecuencia, esta parasitosis puede propagarse no sólo por contacto directo con individuos o animales infectados, sino también indirectamente a través del agua y los alimentos contaminados con ooquistes de origen animal o humano.

La transmisión de Cryptosporidium parvum puede ser esporádica o epidémica, y representa un riesgo importante para la salud pública, sobre todo en regiones donde el acceso a agua limpia y a prácticas de higiene adecuadas es limitado.

¿Qué aspecto tiene la enfermedad en el ser humano?

La incidencia de la criptosporidiosis es mundial, aunque se sabe poco de la situación fuera de las epidemias relacionadas con el agua. Las actividades profesionales que implican contacto con animales, sus heces o su entorno contaminado presentan un mayor riesgo de infección.

Los síntomas de la criptosporidiosis pueden adoptar tres formas. Algunas personas pueden ser asintomáticas. Otras pueden presentar diarrea, calambres abdominales, fiebre y fatiga durante una o dos semanas, con posibilidad de recaídas. En personas gravemente inmunodeprimidas, las formas graves pueden provocar deshidratación.

Los síntomas de la criptosporidiosis suelen aparecer bruscamente unos 7 días después de la infección, con calambres abdominales y diarrea acuosa. Otros síntomas son náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fiebre y debilidad general. En pacientes inmunodeprimidos, los síntomas pueden desarrollarse gradualmente. La diarrea puede alcanzar de 11 a 15 litros de heces líquidas al día en pacientes con SIDA.

La criptosporidiosis también está asociada a la desnutrición en niños que viven en condiciones sanitarias precarias, lo que provoca una alteración de la función intestinal y una mala absorción de nutrientes. En individuos inmunocompetentes, los síntomas incluyen:

  • diarrea profusa
  • dolor abdominal
  • náuseas
  • fiebre baja.

La enfermedad dura de tres a catorce días. En ancianos y niños, la diarrea puede prolongarse.

En pacientes inmunodeprimidos, la diarrea puede volverse crónica y persistente. Es potencialmente mortal, sobre todo si no se corrige la inmunodepresión. Sin embargo, el uso de terapias antirretrovirales ha permitido reducir considerablemente el número de casos de criptosporidiosis en pacientes infectados por el VIH en los países que se benefician de estos tratamientos.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la criptosporidiosis se basa en el análisis de las heces. Se utilizan varios métodos para detectar la presencia del parásito Cryptosporidium en una muestra de heces.

El primer método consiste en buscar una proteína liberada por los parásitos (antígeno del parásito) o su material genético (ADN) en la muestra de heces. Otro método consiste en el examen microscópico directo de las heces para identificar los huevos de Cryptosporidium. Sin embargo, este método es menos sensible y puede requerir la recogida de varias muestras de heces para detectar el parásito.

En los casos en que los exámenes de diagnóstico de las heces no logran identificar la causa de la diarrea persistente, los médicos pueden utilizar un tubo de observación flexible (endoscopio ) para examinar la parte superior del tubo digestivo, en particular el duodeno. Este procedimiento puede dar lugar a una muestra de tejido para su análisis (biopsia), en la que puede observarse la presencia de Cryptosporidium.

El diagnóstico por PCR (reacción en cadena de la polimerasa ) se considera el método de referencia para el diagnóstico de la criptosporidiosis. Esta técnica amplifica el ADN parasitario en heces o biopsias intestinales, ofreciendo una sensibilidad y especificidad excelentes. También puede utilizarse para identificar las diferentes especies patógenas y genotipos del parásito tras secuenciar los amplicones.

Otros métodos de diagnóstico son :

  • examen microscópico de las heces en busca de ooquistes de Cryptosporidium,
  • detección de coproantígenos parasitarios mediante el método Elisa
  • pruebas inmunocromatográficas de diagnóstico rápido (RDT),
  • técnicas deinmunofluorescencia para identificar ooquistes mediante anticuerpos específicos.

Además, puede utilizarse la PCR dúplex cuantitativa para buscar ADN de Cryptosporidium. Esto permite detectar, cuantificar la carga parasitaria e identificar molecularmente la especie. Estas técnicas moleculares se realizan principalmente en laboratorios especializados o de referencia.

¿Cómo se trata esta infección protozoaria?

El tratamiento de la criptosporidiosis varía en función del estado inmunitario del paciente y de la gravedad de los síntomas. Para las personas inmunocompetentes con diarrea grave o persistente, se suele prescribir nitazoxanida. En los pacientes con SIDA, se da prioridad al tratamiento de la infección por VIH. A veces se añade nitazoxanida para aliviar los síntomas.

En caso de diarrea grave, pueden recomendarse soluciones de rehidratación y fármacos antidiarreicos. La mayoría de las personas inmunocompetentes se recuperan espontáneamente. La nitazoxanida puede acelerar el proceso de curación en casos de diarrea persistente o grave.

Es importante señalar que la nitazoxanida no cura la criptosporidiosis en las personas con SIDA. Sin embargo, puede ayudar a reducir los síntomas. En algunos casos, los médicos también pueden considerar el uso de paromomicina o una combinación de paromomicina y azitromicina para reducir los síntomas en estos pacientes.

No está claro si la nitazoxanida es eficaz en personas con inmunodeficiencia debida a otros factores, pero puede ser útil en algunos casos. El tratamiento de la diarrea grave puede requerir rehidratación oral o intravenosa y agentes antidiarreicos como la loperamida. Sin embargo, la loperamida no se recomienda en pacientes con SIDA.

Actualmente no existe ningún tratamiento curativo para la criptosporidiosis. Sin embargo, ciertos antibióticos de la clase de la rifamicina pueden ayudar a reducir los síntomas.

La nitazoxanida es el principal fármaco utilizado para tratar a los pacientes inmunocompetentes, demostrando eficacia clínica en varios estudios. Sin embargo, en pacientes inmunodeprimidos, su eficacia sigue siendo limitada. La reconstitución de la inmunidad sigue siendo crucial para la eliminación completa del parásito. Otros fármacos como la paromomicina y la azitromicina también pueden considerarse en determinadas situaciones.

¿Cuáles son los medios de prevención?

La prevención de la criptosporidiosis se basa en medidas sanitarias adecuadas y una higiene rigurosa, sobre todo en las explotaciones ganaderas y los lugares de trabajo expuestos. He aquí un resumen de las principales medidas recomendadas:

  • Higiene general de las explotaciones: incluye la limpieza y desinfección periódicas de los locales y equipos. También se requiere un almacenamiento adecuado de los residuos y cadáveres de animales.
  • Formación e información de los empleados: Los empleados deben ser conscientes de los riesgos asociados a la criptosporidiosis, así como de las medidas preventivas individuales y colectivas.
  • Suministro derecursos adecuados: Garantizar el acceso a agua potable, jabón, material de limpieza desechable y un botiquín de primeros auxilios definido en colaboración con el médico del trabajo.
  • Cumplimiento de las normas de higiene: Esto incluye el lavado frecuente de las manos con agua potable y jabón, en particular después de cualquier contacto con animales, desechos o excrementos, y antes de las comidas y los descansos.
  • Refuerzo de la higiene en caso de enfermedad animal: Deben tomarse medidas adicionales si se detectan enfermedades animales. Estas medidas incluyen el tratamiento curativo, la limitación del acceso a los profesionales esenciales y el lavado/desinfección de los lugares y equipos contaminados.
  • Reducir las fuentes de contaminación: Evitar el uso de chorros de agua a alta presión para limpiar los desechos animales, y utilizar guantes para manipular cadáveres o desechos animales. Se recomienda encarecidamente a las personas con sistemas inmunitarios debilitados que no entren en contacto con animales que padezcan diarrea.
  • Prevención individual y colectiva: además de cumplir las normas de higiene individuales, son esenciales acciones colectivas como el control de la contaminación ambiental y la protección de los recursos hídricos destinados al consumo humano.

La prevención de la criptosporidiosis se basa en un enfoque multidimensional que incluye medidas sanitarias estrictas, una sensibilización adecuada y un seguimiento continuo para reducir los riesgos de contaminación y transmisión de esta enfermedad.

Algunos datos epidemiológicos…

La criptosporidiosis es una infección parasitaria cosmopolita causada por parásitos del género Cryptosporidium. Aunque la criptosporidiosis no se considera una enfermedad animal contagiosa y no está sujeta a notificación obligatoria por parte de la sanidad pública (salvo en el caso de las intoxicaciones alimentarias colectivas), sigue siendo un importante problema de salud pública, sobre todo en los países en desarrollo con malas condiciones sanitarias.

En Estados Unidos, la criptosporidiosis ha sido responsable de varias epidemias de diarrea. Entre ellas se incluye el brote de Baker City, Oregón, donde casi 2.780 personas enfermaron en 2013 después de que Cryptosporidium contaminara el suministro de agua de la ciudad. Se han observado epidemias similares en otras ciudades y guarderías. En Francia, a pesar de no existir obligación de notificación, se han notificado varias epidemias. Estaban relacionadas principalmente con la contaminación fecal de los sistemas de agua potable.

La prevalencia de la enfermedad varía considerablemente entre los países industrializados y los países en desarrollo, con tasas de infección que oscilan entre el 0,6% y el 2% en los países industrializados, frente al 4% y el 32% en los países en desarrollo. Las personas seropositivas corren un mayor riesgo de infección, con tasas de prevalencia que oscilan entre el 3% y el 20% en Estados Unidos y entre el 50% y el 60% en África y Haití.

El género de Cryptosporidium más comúnmente asociado a la criptosporidiosis varía según la región geográfica. En Europa, Cryptosporidium parvum suele ser responsable de la mayoría de las infecciones. En Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, es más frecuente Cryptosporidium hominis.

También hay variaciones estacionales en la incidencia de la enfermedad. En muchos países se producen picos anuales en primavera y otoño. En Francia, desde 2001 se ha producido una reducción del número de casos en primavera a raíz de los cambios introducidos en la normativa que regula la distribución del agua.

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