Las proteínas son elementos importantes en nuestro organismo y desempeñan un papel fundamental en diversos ámbitos. Ya se trate de una dieta proteica o de una suplementación oral, la función de los productos hiperproteicos es preservar la masa muscular. El objetivo de la dieta proteica o dieta ahorradora de proteínas es introducir un déficit energético reduciendo la ingesta de macronutrientes: hidratos de carbono y lípidos, al tiempo que se preserva la masa muscular manteniendo la ingesta de proteínas. Los resultados obtenidos son muy buenos. En etapas sucesivas, el objetivo es conseguir una dieta equilibrada.
¿Para qué sirven los suplementos hiperproteicos?
En Francia, las proteínas representan alrededor del 15% de las calorías, es decir, aproximadamente 1,2 g de proteínas por kg de peso corporal. En una dieta hiperproteica, las proteínas representan el 20-25% o incluso el 30% de las calorías.
Las dietas ahorradoras de proteínas son cada vez más populares en el tratamiento de la obesidad. El principio en el que se basan estas dietas es inducir un déficit calórico significativo mediante una dieta rica en proteínas, para evitar inducir un balance de nitrógeno excesivamente negativo. Estas dietas suelen provocar una pérdida de peso rápida y significativa (entre 18 y 22 kg en 12 a 15 semanas). Es indispensable un chequeo médico previo, así como un seguimiento regular durante la dieta. Los médicos reservan la prescripción de dietas ahorradoras de proteínas a las personas con obesidad demostrada.
Suplementos ricos en proteínas y saciedad
La obesidad es un problema de salud pública actual, vinculado en particular a un exceso de tejido adiposo. Su definición se basa en el índice de masa corporal (IMC). La prevalencia de la obesidad no deja de aumentar, especialmente entre los niños. El análisis etiológico de la obesidad identifica principalmente la obesidad esencial y, más raramente, la obesidad secundaria. En concreto, la obesidad es el resultado de un desequilibrio en el balance energético, que conduce a una inflación de las reservas de grasa, cuyas causas son múltiples. La obesidad puede tener consecuencias patológicas potencialmente mortales. El tratamiento dietético de la obesidad se basa en la comprensión de las necesidades energéticas humanas y en un enfoque global. Las dietas hiperproteicas permiten atacar la masa grasa sin sentir cansancio ni hambre.
El consumo de proteínas mejora la saciedad (secreción de colecistoquinina, que tiene un efecto anorexígeno) y, por tanto, ayuda a reducir la ingesta de alimentos.
Saciedad y termogénesis
Las proteínas actúan aumentando la termogénesis, es decir, el número de calorías quemadas por el organismo incluso sin ejercicio, y reduciendo el apetito, lo que significa que este tipo de dieta consume menos energía y elimina más.
Sentirse saciado y mantener el metabolismo basal (el gasto energético esencial del organismo) a pesar de un balance energético negativo puede ser una buena estrategia para perder peso.
Las proteínas son el macronutriente más saciante, porque inducen una mayor termogénesis, seguidas de los hidratos de carbono y después de las grasas.
En general, se ha observado un aumento de la saciedad tras comidas con un contenido en proteínas de entre el 25% y el 81%.
Mayor efecto térmico de la digestión:
Cuando se ingieren alimentos, éstos necesitan energía para ser digeridos, absorbidos, almacenados y utilizados. Sin embargo, el proceso metabólico no es el mismo para todos los macronutrientes. El efecto térmico de las proteínas es significativamente mayor que el de los hidratos de carbono y las grasas. Las proteínas necesitan entre un 25 y un 30% de la energía que aportan sólo para su digestión, absorción y asimilación, mientras que los hidratos de carbono sólo necesitan entre un 6 y un 8% y las grasas entre un 2 y un 3%. Esto significa que el consumo de proteínas tiene un efecto termogénico mayor que el de otros macronutrientes, y puede conducir a una mayor tasa metabólica y, por tanto, a una mayor pérdida de grasa durante una dieta de adelgazamiento, pero también a una menor pérdida de grasa durante dietas hipercalóricas.
Recomendaciones sobre las proteínas
Antes de saber cuánta proteína consumir al día, necesitamos saber cuánta proteína cataboliza un hombre cada día.
En un hombre sedentario con buena salud, el catabolismo (el ritmo al que se descomponen las proteínas corporales) alcanza los 300 g al día. Esta degradación se compensa con un anabolismo aproximadamente equivalente. De los 300 g de proteínas catabolizadas, el 80% se reciclará y reutilizará para el anabolismo. El 20% restante se destruye de forma irreversible y debe ser sustituido por alimentos.
Las necesidades son ligeramente superiores para los niños, las mujeres embarazadas y los deportistas.
En Francia, la ingesta nutricional mínima (ANC) de proteínas fue fijada en 0,83 g/kg/día por la AFSSA en 2007 (ahora ANSES).
El límite inferior debe fijarse en el 10% de la ingesta energética total para la población adulta en general y en el 12% para las personas con bajo gasto energético.
El límite superior debería fijarse en el 20%; según la ANSES, este límite puede ser satisfactorio para la mayoría de los adultos. Dado el estado actual de los conocimientos, una ingesta de proteínas de entre 0,83 y 2,2 g/kg/d puede considerarse satisfactoria para un adulto menor de 60 años”.
Según el sitio web LaNutrition.fr, la referencia francesa en materia de nutrición, debemos consumir entre el 15% y el 29% de nuestra ingesta calórica en forma de proteínas, la mitad procedentes de fuentes vegetales y la otra mitad de fuentes animales. Es decir, 50 g al día para una mujer media y 60 g para un hombre.
¿Cuáles son las consecuencias de una carencia de proteínas?
- Fatiga y caída del cabello
- Uñas quebradizas
- Deterioro de la vista
- Ligamentos frágiles
- Osteoporosis
- Deficiencias del sistema inmunitario (infecciones repetidas)
Sin embargo, esta dieta rica en proteínas sólo debe realizarse bajo supervisión médica, para evitar cualquier problema de salud. Los productos hiperproteicos también pueden utilizarse para tratar la desnutrición proteico-energética, que resulta de un desajuste entre el aporte proteico y/o energético y las necesidades. Estos productos, utilizados como suplementos orales, suelen ser ricos en calorías y pueden estar enriquecidos o exentos de diversos componentes, como la lactosa y el gluten, en función de las necesidades. En la actualidad, existen muchos productos hiperproteicos disponibles en una amplia gama de sabores, lo que facilita el cumplimiento tanto de las dietas proteicas como de los suplementos orales.
Literatura médica y ensayos clínicos:
- Agence Nationale de Sécurité Sanitaire de l’Alimentation, de l’Environnement et du Travail. Apport en protéines: consommation, qualité, besoins et recommandations. Resumen del informe de la AFSSA. 2007
- Lanutrition.fr. Proteínas. www.lanutrition.fr. marzo de 2006
- Agencia Nacional Francesa de Seguridad Alimentaria, Medioambiental y Profesional (ANSES). DICTAMENES e INFORMES de la ANSES relativos a la actualización de las referencias PNNS: elaboración de referencias nutricionales
- Berardi JM. Nutrición de precisión, estrategias para el éxito. 2006
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