El seime es una afección frecuente en los caballos que puede tener graves consecuencias para su bienestar y rendimiento. Comprender las causas, los síntomas, los métodos de diagnóstico y los tratamientos disponibles es esencial para cualquier propietario de caballos.
¿Cuáles son las causas de esta enfermedad?
La cal es una grieta longitudinal en el cuerno del casco. Suele deberse a la sequedad del cuerno, que lo hace quebradizo y de mala calidad. Este fenómeno se agrava si el caballo no está herrado, ya que la herradura protege el pie. Los traumatismos y el estrés mecánico también pueden influir en la aparición de los seimes.
Por lo general, los seimes comienzan en la parte inferior del pie y van subiendo hacia la cresta perióstica, la zona donde crece el cuerno. La mala calidad del cuerno, debida a la falta de cuidados y de visitas regulares del herrador, también contribuye a su formación. El casco crece alrededor de 1 cm al mes. Esto prolonga los cuidados, sobre todo en los casos graves, en los que al partir el casco de arriba abajo se fractura la almohadilla perióstica y se produce un dolor intenso.
Una fina línea en la pared del casco permite detectar visualmente la aparición de una grieta. Esta grieta puede ser ascendente, comenzando en la corona, o descendente, comenzando en la pinza. Cuando el caballo se mueve, la grieta se abre y se cierra. Pellizca la carne del casco, causando un dolor importante. Las grietas descendentes suelen ser más graves, ya que afectan al crecimiento del cuerno y prolongan la curación.
¿Cuáles son los síntomas del seime?
El principal síntoma del seime en los caballos es la aparición de una grieta clara en la pared del casco. Esta grieta puede ser ascendente, comenzando en la corona, o descendente, comenzando en la punta. Cuando el caballo se mueve, la grieta se abre y se cierra, causando un dolor importante.
Un síntoma que se asocia con frecuencia al seime es la cojera. Esta alteración de la marcha, en la que el caballo intenta aliviar el dolor reduciendo la presión sobre el casco afectado, puede ser más pronunciada en superficies duras o irregulares. El calor en los cascos también es un indicador común, perceptible a la palpación. Esto indica una respuesta inflamatoria local.
Otro signo revelador es elaumento del pulso digital. Esta afección se caracteriza por un latido más pronunciado de la arteria digital del pie, detectable a la palpación debido a la inflamación. Además, el caballo puede adoptar una posición anormal de la pata delantera para aliviar la presión sobre el casco afectado, alterando así su postura habitual.
Una posible complicación cuando no se trata el seime es el oso hormiguero. Este deterioro de la zona del casco, causado por una infección bacteriana o fúngica, puede provocar daños mayores. Asimismo, puede producirse la destrucción del tejido laminar, esencial para la estabilidad del casco. Esto agrava el dolor y el deterioro de la calidad del casco.
Por último, la cojera no tratada puede provocar complicaciones como la rotación o inclinación del pie, alterando la posición normal del mismo y agravando la cojera. Las afecciones sistémicas, derivadas del dolor crónico, también pueden afectar al bienestar general del caballo.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
El diagnóstico del seime en caballos comienza con un examen cuidadoso del casco, que incluye el sondeo de la pared del casco con pinzas de sondeo y la percusión alrededor del seime. Puede introducirse un tubo flexible para evaluar la profundidad de la grieta. También puede ser útil una radiografía para examinar la extensión del daño interno.
Los focos se dividen en varios tipos: focos ascendentes, que no suelen ser graves y son fáciles de tratar, y focos descendentes, que pueden ser más complicados, sobre todo cuando afectan a los talones o son secundarios a lesiones antiguas. En ocasiones, los barros ascendentes pueden complicarse por la presencia de un hormiguero, lo que requiere un tratamiento más intensivo.
El examen clínico ayuda a diferenciar entre los fuegos ascendentes y descendentes y a evaluar la gravedad de la situación. Los fuegos secundarios a heridas antiguas, que a menudo afectan a la almohadilla periocular, son especialmente difíciles de tratar, ya que no se pueden reparar, sólo tratar.
¿Qué tratamientos existen?
El tratamiento del seime en los caballos requiere un enfoque multidimensional. Un recorte regular y bien realizado es esencial para mantener el equilibrio natural del casco. En el caso de los seimes sencillos, uno o varios golpes de escofina bien colocados pueden bloquear el seime y evitar que la hendidura progrese hacia arriba.
¿Cuáles son las alternativas naturales?
Se pueden utilizar algunas alternativas naturales para tratar el seime en los caballos. Los ungüentos de hierbas y los baños de pies a base de soluciones naturales pueden favorecer la curación y proteger el casco de infecciones. Elaceite de laurel, por ejemplo, es beneficioso para la hidratación y el crecimiento del cuerno.
La lanolina, extraída de la grasa de la lana de oveja, es rica en grasas y nutre el cuerno en profundidad. Forma una película protectora contra las agresiones externas. El aceiteesencial de pino silvestre, conocido por sus propiedades depurativas, purifica eficazmente el casco.
Para mantener el cuerno flexible y evitar la aparición de nuevas grietas, aplique regularmente una crema hidratante adecuada. Las cataplasmas a base de alquitrán de pino, con sus propiedades antisépticas, impermeabilizantes y cicatrizantes, protegen el casco de la suciedad y las bacterias.
¿Qué se puede hacer para prevenir los daños en los cascos?
La prevención de la sequía en los caballos es crucial para mantener la salud de los cascos. El control regular y las visitas periódicas al herrador son esenciales para prevenir esta afección. El cuidado de los pies incluye el recorte regular y la limpieza diaria para eliminar el barro y los residuos.
Mantener una dieta sana y equilibrada también es importante para prevenir el seime. Un control eficaz del peso reduce la sobrecarga de los cascos, minimizando el riesgo de grietas. También es esencial vigilar las condiciones de pastoreo, evitando las zonas embarradas o excesivamente húmedas que reblandecen el cuerno del casco.
Aplicando estas prácticas preventivas, puede reducir el riesgo de seime y garantizar la salud y el bienestar de su caballo.