Tuberculosis bovina: una zoonosis con repercusiones cruciales

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa crónica que afecta a muchas especies animales, incluida la humana. Esta zoonosis, causada por bacterias del género Mycobacterium, es un importante problema de salud pública y veterinaria. Comprender los mecanismos de infección, los modos de transmisión, los síntomas y los posibles tratamientos es crucial en la lucha contra esta enfermedad.

¿Cuál es el agente infeccioso responsable?

La tuberculosis bovina es una enfermedad infecciosa transmisible al ser humano, causada principalmente por la bacteria Mycobacterium bovis (M. bovis). Esta bacteria, que pertenece a la familia de las micobacterias, puede infectar a una gran variedad de especies domésticas y salvajes, como el ganado vacuno, los ciervos, los jabalíes, los tejones y los zorros. Otras micobacterias implicadas en la tuberculosis son M. tuberculosis, responsable de la tuberculosis humana, y la menos común M. africanum.

Mycobacterium bovis, principal causante de la tuberculosis de los rumiantes, está especialmente adaptada a los rumiantes domésticos y salvajes. Esta bacteria es estrictamente aeróbica, lo que significa que necesita oxígeno para sobrevivir y desarrollarse. Crece lentamente, con un ciclo de reproducción de 16 a 20 horas para producir una generación.

M. bovis tiene una pared celular de estructura compleja. Está compuesta de polímeros yácidos micólicos, lo que la hace resistente a muchos agentes químicos y físicos. En particular, es resistente a los colorantes ordinarios y a Gram. Para la tinción se utiliza el método de Ziehl-Neelsen. Este método distingue los bacilos acidorresistentes (BFA ) tiñéndolos de rosa sobre un fondo azul.

Mycobacterium tuberculosis comparte un 99,95% de similitud genética con M. bovis. Esta similitud hace que la diferenciación sea crucial para el diagnóstico y el tratamiento. Sin embargo, M . bovis tiene un genoma ligeramente más pequeño. Presenta diferencias en la expresión génica. Estas diferencias afectan en particular a los implicados en la construcción de la pared celular y el metabolismo.

La investigación genómica secuenció el genoma completo de M . bovis en 2003. Esto reveló amplias capacidades de codificación para los componentes de la pared celular y ciertas proteínas secretadas. Esta información sigue siendo crucial para comprender las interacciones entre el huésped y la bacteria. Explica los mecanismos de evasión inmunitaria que permiten a la bacteria eludir las defensas del huésped.

¿Cómo se manifiesta esta enfermedad en los animales?

La tuberculosis bo vina puede infectar a todas las especies animales, tanto domésticas como salvajes. Mycobacterium bovis infecta principalmente a los bovinos, mientras que M. tuberculosis infecta principalmente a los humanos. Aunque Francia está oficialmente libre de tuberculosis bovina desde 2001, la enfermedad persiste en algunas regiones en los cérvidos salvajes.

Los animales infectados, enfermos o no, pueden transmitir la bacteria por varias vías. Lainhalación de gotitas contaminadas, liberadas al toser, es una vía común de transmisión.Además, la ingestión de leche, agua potable o forraje contaminados también puede transmitir la enfermedad. Las heridas causadas por objetos contaminados, como utensilios o comederos, también son vectores potenciales.

Los síntomas de la tuberculosis en los animales no son muy específicos y varían según la localización de la infección. Los rumiantes domésticos más comúnmente infectados son los bovinos, caprinos y ovinos. En Francia, tras décadas de lucha contra la enfermedad, ésta se ha vuelto rara en estas especies domésticas, pero persiste en algunos focos residuales o reemergentes.

La tuberculosis es una enfermedad crónica, y los animales infectados rara vez presentan síntomas característicos. Sin embargo, su estado general puede deteriorarse, con signos como emaciación y reducción de la producción. Las lesiones sugestivas de infección a menudo sólo se descubren en la autopsia o durante la inspección sanitaria posterior al sacrificio.

Las lesiones macroscópicas de la tuberculosis suelen aparecer en los ganglios linfáticos torácicos del ganado. También pueden afectar a los tejidos retrofaríngeos, parotídeos, traqueobronquiales, mediastínicos y pulmonares. En los carnívoros domésticos, como perros y gatos, el diagnóstico es difícil. Hay que tener especial cuidado para evitar que se conviertan en repetidores epidemiológicos.

¿Cómo se transmite?

La tuberculosis puede transmitirse de varias formas, afectando tanto al hombre como a los animales. M. bovis se transmite principalmente por vía respiratoria, al inhalar aerosoles contaminados emitidos por animales infectados. Los animales infectados, sintomáticos o no, pueden excretar la bacteria al medio ambiente a través de sus secreciones, como esputo,orina y heces.

El contacto directo con animales infectados o sus cadáveres también es una vía de transmisión. Los profesionales en contacto frecuente con animales, como veterinarios, trabajadores de mataderos y ganaderos, corren especial riesgo. La contaminación puede producirse por inhalación de aerosoles infectados, ingestión de productos contaminados o heridas con objetos contaminados.

Por lo que respecta al ser humano, la tuberculosis por Mycobacterium bovis de origen animal es relativamente rara, pero puede producirse tras la ingestión de leche cruda o productos lácteos no pasteurizados procedentes de animales infectados. En Francia, los casos humanos de tuberculosis se deben principalmente a M. tuberculosis, pero se han notificado casos de tuberculosis zoonótica.

Las actividades ocupacionales con un alto riesgo de transmisión incluyen el trabajo en explotaciones ganaderas, mataderos y plantas de transformación. Una estancia prolongada en un entorno contaminado o la manipulación de cadáveres infectados pueden bastar para infectar a una persona. Las personas inmunodeprimidas, como las que viven con el VIH, son especialmente vulnerables a la tuberculosis.

La supervivencia de M. bovis en el medio ambiente, unida a sus múltiples vías de transmisión, hace que la prevención de esta zoonosis sea compleja. La lucha contra la tuberculosis bovina pasa por estrictas medidas de control sanitario, la pasteurización de los productos lácteos y rigurosas prácticas de gestión de las explotaciones.

¿Cuáles son los síntomas de esta infección en el ser humano?

La tuberculosis por M. bovis en humanos se manifiesta principalmente como infecciones extrapulmonares, que afectan sobre todo a los riñones. Al principio, la enfermedad suele ser asintomática, pero progresa con síntomas como fiebre moderada, fatiga general y pérdida de peso. Los síntomas específicos dependen de la localización de la infección.

Las formas localizadas de tuberculosis pueden producirse como resultado de una inoculación accidental, sobre todo en trabajadores expuestos, y manifestarse como afectación de los ganglios linfáticos o las articulaciones. La tuberculosis pulmonar, causada principalmente por M. tuberculosis, se caracteriza por una tos persistente, dolores torácicos y a veces esputo sanguinolento.

Las personas inmunodeprimidas, en particular las infectadas por el VIH, corren un mayor riesgo de desarrollar tuberculosis activa. La asociación entre tuberculosis y VIH es especialmente peligrosa, ya que cada infección acelera la progresión de la otra. Las personas con tuberculosis no tratada y VIH corren el riesgo de sufrir una elevada tasa de mortalidad.

Los síntomas habituales de la tuberculosis son tos prolongada, dolor torácico, fatiga intensa y sudores nocturnos. La enfermedad también puede afectar a otros órganos, como los riñones, el cerebro, la columna vertebral y la piel, causando síntomas específicos de cada lugar. Por ejemplo, la tuberculosis ganglionar provoca inflamación de los ganglios linfáticos, mientras que la tuberculosis ósea causa dolor articular y de espalda.

La tuberculosis genitourinaria, que suele ser de transmisión sexual, se manifiesta con úlceras genitales y síntomas urinarios. La tuberculosis gastrointestinal y cutánea son más raras pero pueden aparecer, causando diversos síntomas según la localización de la infección.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la tuberculosis se basa en una combinación de métodos clínicos, radiológicos y microbiológicos. La primera fase del diagnóstico suele consistir en una evaluación clínica de los síntomas y la historia clínica del paciente.

Uno de los principales métodos de diagnóstico es la prueba cutánea de la tuberculina (TST), también conocida como prueba de Mantoux. Esta prueba consiste en inyectar una pequeña cantidad de tuberculina bajo la piel del antebrazo. Una reacción cutánea indurada al cabo de 48 a 72 horas indica una exposición previa a Mycobacterium tuberculosis. Sin embargo, esta prueba no distingue entre infección latente y enfermedad activa, y puede dar resultados falsos positivos en personas vacunadas con BCG.

Los profesionales sanitarios utilizan análisis de sangre, como las pruebas de liberación de interferón gamma (IGRA), para detectar la infección tuberculosa. Estas pruebas miden la respuesta inmunitaria a la presencia de M. tuberculosis en la sangre. Son especialmente útiles para las personas que han recibido la vacuna BCG, ya que no producen falsos positivos. A menudo se prefieren los IGRA por su precisión y rapidez.

Para confirmar el diagnóstico, se realizan pruebas microbiológicas como el cultivo de esputo y la tinción de Ziehl-Neelsen. El cultivo de esputo detecta la presencia de bacterias vivas, pero puede tardar varias semanas debido a la lenta tasa de crecimiento de M. tuberculosis. La tinción de Ziehl-Neelsen revela los bacilos acidorresistentes típicos de M. tuberculosis. Las radiografías de tórax se utilizan con frecuencia para identificar las lesiones pulmonares características de la tuberculosis, como cavidades e infiltrados.

Los métodos más avanzados, como la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), detectan rápidamenteel ADN de M. tuberculosis. Ofrecen un diagnóstico más rápido y preciso. El análisis de fluidos corporales como el líquido cefalorraquídeo, laorina o las biopsias de tejido puede ser necesario para las formas extrapulmonares de tuberculosis.

¿Cuál es el tratamiento adecuado?

La tuberculosis se trata con una combinación deantibióticos específicos. Estos fármacos se administran durante un periodo prolongado para eliminar las bacterias. El régimen de tratamiento estándar para la tuberculosis activa comienza con una fase inicial de dos meses. Esta fase incluye cuatro antibióticos: isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol. Le sigue una fase de continuación de cuatro a siete meses con isoniazida y rifampicina.

La isoniazida es un agente bacteriostático que inhibe la síntesis de ácidos micólicos, esenciales para la pared celular de las micobacterias. La rifampicina actúa inhibiendo la ARN polimerasa bacteriana, bloqueando así la transcripción del ADN en ARN. La pirazinamida es especialmente eficaz en los entornos ácidos de los macrófagos infectados, donde altera el metabolismo energético de las bacterias. Por último, el etambutol inhibe la síntesis de arabinogalactano, un componente clave de la pared celular bacteriana.

En los casos de tuberculosis multirresistente (MDR-TB), se utilizan fármacos de segunda línea como la kanamicina, la capreomicina y las fluoroquinolonas. El tratamiento de la TB-MDR lleva más tiempo y tiene más efectos secundarios, por lo que requiere una estrecha supervisión médica. Los pacientes suelen necesitar tratamiento durante 18 a 24 meses, y las tasas de curación suelen ser inferiores a las de la TB sensible a los medicamentos.

Además de la medicación, el tratamiento de la tuberculosis requiere una supervisión rigurosa y un cumplimiento estricto del tratamiento. La interrupción del tratamiento o la toma irregular de la medicación pueden provocar resistencia a los fármacos, lo que hace que la enfermedad sea más difícil de tratar. Los programas DOT (Tratamiento Directamente Observado) se utilizan a menudo para garantizar que los pacientes tomen su medicación correctamente.

¿Qué medidas preventivas existen?

La prevención de la tuberculosis se basa en varias estrategias clave destinadas a reducir la transmisión de la enfermedad y proteger a las poblaciones de riesgo. La vacunación con BCG (Bacilo de Calmette-Guérin) es uno de los métodos de prevención más utilizados. Esta vacuna es especialmente eficaz para prevenir las formas graves de tuberculosis en niños.

Las medidas colectivas de prevención incluyen la mejora de las condiciones de vida en zonas con una alta incidencia de tuberculosis. La prevención de la tuberculosis incluye varias estrategias para reducir la transmisión. La ventilación adecuada de los espacios vitales sigue siendo esencial. También debe reducirse el hacinamiento en los hogares y los lugares de trabajo. La mejora de la higiene general también contribuye a la prevención.

Los programas de detección sistemática y el tratamiento precoz de los casos activos desempeñan un papel crucial. Reducen significativamente la propagación de la enfermedad. Además, las campañas de sensibilización y educación informan al público. Explican los modos de transmisión y las medidas de protección.

Las medidas individuales de prevención incluyen eluso de mascarillas. Los pacientes tuberculosos deben llevarlas para evitar la propagación de gotitas infecciosas. Es necesarioaislar temporalmente a los pacientes contagiosos hasta que dejen de serlo. Los contactos de las personas infectadas deben ser vigilados regularmente para detectar signos de enfermedad.

Los profesionales sanitarios deben seguir protocolos estrictos de control de infecciones. Esto incluye el uso deequipos de protección personal. También deben aplicar medidas de prevención y control de infecciones en los establecimientos sanitarios.

La profilaxis antibiótica es otra estrategia preventiva importante, sobre todo para las personas con tuberculosis latente que corren un alto riesgo de desarrollar tuberculosis activa.

Algunos datos epidemiológicos

La tuberculosis sigue siendo una amenaza mundial, sobre todo en los países de renta baja y media. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 10 millones de personas habrán desarrollado tuberculosis en 2022. Además, se producirán 1,5 millones de muertes por tuberculosis. Esto la convierte en una de las principales causas de muerte infecciosa en el mundo.

El Sudeste Asiático y el África Subsahariana son las regiones más afectadas, con una incidencia especialmente alta en India, Indonesia y Sudáfrica. Estos países representan casi el 60% de los casos de tuberculosis en todo el mundo. Además, la coinfección con el VIH aumenta significativamente el riesgo de desarrollar tuberculosis activa. Alrededor del 8% de los casos de tuberculosis en 2022 corresponderán a personas seropositivas. Esta interacción entre el VIH y la tuberculosis es especialmente preocupante en las regiones donde ambas infecciones son endémicas.

La tuberculosis multirresistente (MDR-TB) es una amenaza creciente para la salud pública mundial. Se calcula que en 2022 se producirán unos 500.000 nuevos casos de tuberculosis multirresistente. Las tasas de curación de la TB-MDR son significativamente más bajas que las de la TB sensible a los medicamentos. Esto subraya la importancia de reforzar las estrategias de tratamiento y prevención. Las regiones más afectadas por la TB-MDR son Europa del Este, Asia Central y partes de África.

Los esfuerzos mundiales para combatir la TB incluyen iniciativas como la estrategia de la OMS para acabar con la TB. Su objetivo es reducir las muertes por TB en un 90% y la incidencia en un 80% para 2030. Esta estrategia se centra en mejorar la detección precoz, el tratamiento eficaz y la prevención de la transmisión de la tuberculosis. Los avances en la investigación de nuevas vacunas, diagnósticos y tratamientos también son cruciales para alcanzar estos objetivos.

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