Crono-salud en la era de los ritmos biológicos

Como Chronos (el dios del tiempo en la mitología griega), nada es constante en nuestro entorno. No operamos de una manera simple o lineal, sino que operamos de manera rítmica. Además, ciertas perturbaciones ambientales modulan nuestros ritmos biológicos. El estudio de los ritmos biológicos o crono-salud es una disciplina científica que nació hace unos 30 años. La conducta alimentaria ha sido objeto de numerosos estudios encaminados a definir su organización rítmica. Las consecuencias de los ritmos del consumo de alimentos sobre la fisiología corporal son, en última instancia, numerosas.

¿Por qué los ritmos biológicos influyen en la elección de los alimentos?

Las variaciones rítmicas en las preferencias de nutrientes satisfacen las necesidades fisiológicas; los carbohidratos satisfacen las necesidades energéticas inmediatas al inicio del período de vigilia, mientras que el consumo de proteínas y grasas hacia el final de este período es una ingesta anticipada dirigida al almacenamiento de nutrientes para su uso durante el período de sueño. Además de nuestras necesidades fisiológicas, la hora del día también influye en nuestras preferencias sensoriales, especialmente en la textura de los alimentos.

La periodicidad de la conducta alimentaria:

No comemos de forma continua o aleatoria en la escala de 24 horas. Nuestro comportamiento alimentario varía de forma periódica o rítmica. De hecho, comemos y bebemos según horarios estructurados en el tiempo. Es durante nuestro período de vigilia que ingerimos alimentos y bebidas, mientras que durante nuestro período de sueño no comemos ni bebemos.

Combinamos alimentos y bebidas en comidas de diferentes tamaños y consumos a diferentes intervalos. La secuencia y composición de las comidas varía de forma predecible y periódica. Aunque nuestra dieta depende de muchos estímulos físicos, sociales y culturales, existen ritmos temporales en nuestras preferencias nutricionales.

¿Qué es un ritmo biológico?

Un ritmo biológico es la variación periódica de una función fisiológica en un organismo vivo. A nivel celular, esta noción se traduce en una distribución rítmica de la energía, asegurando una síntesis tras otra y distribuyendo así las funciones bioquímicas a lo largo del tiempo. En la escala orgánica, esta sucesión rítmica da como resultado un funcionamiento variable del órgano.

Los ritmos se basan en un componente genético y ambiental. En efecto, el hombre tiene un ritmo endógeno propio, con un período estable, bien conocido por las experiencias de aislamiento. El período de este ritmo, llamado “flujo libre”, codificado en el cromosoma 4 donde se ha identificado el locus que contiene el gen del reloj, se estima en 24 horas y 11 minutos. Es sobre esta base genética que el medio ambiente interviene a través de un reloj biológico interno. De hecho, esto se ajusta a sincronizadores externos como la alternancia día / noche o las variaciones climáticas y, al crear una interfaz con ritmos endógenos, asegura la fase del cuerpo con su biotopo. Este reloj, también conocido como “oscilador interno”, se encuentra en los humanos al nivel del hipotálamo.

Cronofisiología:

La crono-fisiología es el análisis de la fisiología humana a través de la lente del tiempo. Ayuda a identificar funciones metabólicas, neurológicas o endocrinas que se activan solo en ciertos momentos del día, para preparar al cuerpo para un evento predecible.

Este es el caso del sistema endocrino rico en funciones crono-moduladas:

  • Las glándulas suprarrenales, por ejemplo, secretan cortisol en una cantidad cinco veces mayor por la mañana entre las 6 y las 8 a.m. en comparación con la noche (por la hiperglucemia que provoca, esta hormona prepara la función muscular al despertar y evita las debilidades que ‘a’ noche sin ingesta de alimentos podría haber inducido)
  • La glándula tiroides secreta la cantidad máxima de tiroxina por la mañana alrededor de las 9 a.m. (preparando al cerebro para el estrés del día)
  • El páncreas secreta insulina de forma pulsátil fuera de la dieta (asegurando el almacenamiento de carbohidratos en línea con la actividad física)
  • La glándula pineal solo segrega melatonina por la noche (condicionando la somnolencia)
  • La glándula pituitaria secreta el doble de hormona del crecimiento durante la noche que durante el día (asegurando el crecimiento óseo del niño en reposo y participando en la estabilización glucémica nocturna)
  • Los ovarios tienen una periodicidad secretora mensual de estrógenos (regulando los periodos de fertilidad femenina)

Cronopatología:

Si existen ritmos fisiológicos endógenos, su disrupción puede generar cronopatologías, terminología que denota la decodificación temporal de los síntomas. Por supuesto, no todas las patologías humanas pueden estudiarse desde este ángulo, pero este enfoque puede enriquecer nuestra percepción y nuestra comprensión de las enfermedades. Algunos ejemplos ilustran los principios:

  • Las oscilaciones de azúcar en sangre del diabético:

Por tanto, se expresan según un ritmo común a todos los pacientes. Su traducción, independientemente de cualquier dieta, dibuja una acrofase constante entre las 8 y las 10 de la mañana y entre las 8 y las 11 de la noche, mientras que el nadir glucémico se sitúa entre las 4 y las 6 de la tarde y las 2 y 4 de la madrugada. Esta tasa es una consecuencia directa de la de las secreciones de cortisol, adrenalina, tiroxina, hormona del crecimiento y la tasa de sensibilidad a la insulina de los tejidos.

  •  Depresión estacional:

Otro ejemplo de arritmia es la depresión estacional, caracterizada por alteraciones del estado de ánimo que comienzan en el otoño y desaparecen en la primavera. Considerada como una disfunción pineal que da como resultado una reacción inapropiada a la disminución de la luminosidad que se produce durante el período invernal, conduce a niveles de melatonina diurnos demasiado elevados. El resultado es un cambio de fase, hipersomnia y un estado depresivo crónico. Por lo tanto, la fototerapia restablece el equilibrio endocrino al inhibir esta secreción inapropiada de melatonina, que ayuda a mejorar el estado de ánimo.

  • Ataques de asma paroxística:

Pueden ser un ejemplo final de cronopatología, por su ocurrencia preferencial entre las 9 p.m. y las 5 a.m. De hecho, es durante este período cuando la sensibilidad bronquial a los factores irritantes es máxima debido a la disminución fisiológica del diámetro bronquial causada por la batifase secretora de adrenalina, noradrenalina y cortisol, combinada con el aumento tanto del tono vagal como de la sensibilidad bronquial a la histamina.

Crononutrición:

La crono-nutrición es una forma de comer respetando las secreciones hormonales y enzimáticas del organismo.

Esta dieta se basa en las secreciones hormonales y enzimáticas del organismo, que varían según la hora del día:

  • Por la mañana, se recomienda ingerir grasas y proteínas ya que la secreción de lipasas y proteasas es importante al comienzo del día.
  • Además, al mediodía se recomienda una comida rica en proteínas y carbohidratos lentos ya que las proteasas y amilasas se secretan de manera significativa en este preciso momento.
  • Durante la tarde, el pico de cortisol en sangre generará hipoglucemia, que será limitada si tomas frutas o productos dulces en ese momento.
  • Finalmente, por la noche, las secreciones digestivas son débiles, lo que implica una cena más ligera y a base de verduras y proteínas magras.

La crono-nutrición es más una forma de vida que una dieta. Se trata de comer respetando las necesidades fisiobiológicas del organismo. Por tanto, no hay límite de tiempo. Los buenos hábitos alimenticios deben mantenerse de por vida, incluso después de alcanzar el peso deseado.

Fuentes:

  •  Thibault, L, Booth DA : Macronutrient-specific dietary selection in rodents and its neural bases. Neurosci Biobehav Rev 23:457, 1999.
  • Expertise collective Inserm, Rythmes de l’enfant : de l’horloge biologique aux rythmes scolaires, 2001.
  • Osseni R.A., « Circadian rhythms of glutathione and mitochondrial activity in human hepatic cell line. Influence of melatonin », in : Biological Clocks, Mechanisms and Applications, Elsevier Science, 1998.

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