La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por la contracción de los músculos esqueléticos. Esta contracción provoca un aumento del gasto energético por encima del nivel de reposo. El coste energético asociado al comportamiento físico se denomina gasto energético.
La reducción del comportamiento sedentario, junto con la promoción y el seguimiento de la actividad física regular, es uno de los elementos básicos en el tratamiento de la obesidad y sus complicaciones.
¿Cuáles son los beneficios de la actividad física?
Además de sus beneficios en términos de obesidad, la actividad física está relacionada con la reducción de la mortalidad y la morbilidad.
Ser físicamente activo también se asocia con la salud psicológica, incluido un mejor estado de ánimo y menos síndromes de ansiedad o depresión. Los beneficios aumentan a medida que se pasa de la inactividad a una actividad moderada. En cambio, cuando se pasa de una actividad moderada a una intensa, el beneficio es menos significativo.
En concreto, el ejercicio físico aumenta la demanda de ácidos grasos como sustrato energético muscular e induce un aumento del tono adrenérgico. Estos dos efectos también inducen la lipólisis en el tejido adiposo. La actividad física regular es un medio importante para reducir el exceso de adiposidad visceral y el riesgo de cardio-metabolismo.
La actividad física tiene efectos beneficiosos sobre el peso, sobre todo si se combina con medidas dietéticas.
Las intervenciones que incluyen tanto actividad física como dieta (rica en proteínas, por ejemplo) con estrategias conductuales son, de hecho, más eficaces que las intervenciones que incluyen actividad física o dieta por separado con estrategias conductuales. Las personas que sólo modifican su nivel de actividad física, sin cambiar su dieta, sólo pueden beneficiarse de una pérdida de peso muy limitada. Sin embargo, el deporte puede ser un factor de prevención del aumento de peso o de la recuperación de peso tras una pérdida de peso inicial.
Actividad física y contraindicaciones :
Por regla general, no existen contraindicaciones reales para la actividad física en los adultos obesos. Sin embargo, existen restricciones en función de la gravedad de la obesidad y de las patologías asociadas.
En función de la gravedad de la obesidad, el aumento de la masa corporal, ya sea un simple exceso de peso o una obesidad mórbida, reduce la capacidad de locomoción. Las actividades físicas se vuelven más difíciles de realizar a medida que aumenta el IMC. La obesidad aumenta la tensión mecánica en las dos articulaciones principales de la extremidad inferior, la cadera y la rodilla. Combinadas con los efectos del exceso de peso sobre las superficies articulares, estas tensiones favorecen la aparición de dolor articular y, posteriormente, de artrosis.
Una vez iniciada la reducción de peso, las actividades adecuadas son las que soportan peso o las que implican más a la parte superior del cuerpo(ciclismo o natación). Por lo que respecta al restablecimiento de la capacidad locomotriz, el fortalecimiento muscular reviste un gran interés. La reducción espontánea de la actividad física en las personas obesas va acompañada de una reducción de la masa muscular. Deben favorecerse los ejercicios de refuerzo muscular que estimulen un aumento de la masa corporal magra y ayuden a estabilizar las articulaciones de los miembros inferiores.
Ciertas patologías asociadas a la obesidad restringirán las indicaciones de actividad física:
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Accidentes graves (infarto de miocardio, muerte súbita):
Estos accidentes se producen principalmente en sujetos sedentarios que inician una actividad de alta intensidad sin entrenamiento previo ni valoración médica. Esto significa que los pacientes obesos sedentarios con un alto riesgo cardiovascular deben ser tratados con precaución.
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Eventos adversos asociados a la actividad física:
Estos eventos, como los traumatismos musculoesqueléticos, aunque frecuentes, suelen ser leves, especialmente en actividades de intensidad moderada como caminar.
En general, los beneficios de la actividad física y la aplicación de las recomendaciones anteriores superan los riesgos.
Algunas recomendaciones:
Cualquier actividad debe tener en cuenta el estado físico actual de la persona y sus capacidades físicas. Se debe animar a las personas a reducir el tiempo que pasan viendo la televisión o utilizando el ordenador.
Según las recomendaciones de la OMS, para los adultos de entre 18 y 64 años, la actividad física incluye el ocio, los desplazamientos(a pie o en bicicleta), las actividades laborales, las tareas domésticas, las actividades de tiempo libre, los deportes o el ejercicio planificado en el contexto de la vida cotidiana familiar o comunitaria.
Debe animarse a las personas a realizar al menos 150 minutos (2 h 30) a la semana de actividad física de intensidad moderada. Esta actividad física puede dividirse en una o más sesiones de al menos 10 minutos. Para obtener beneficios adicionales para la salud, los adultos deben aumentar la duración de su actividad física de intensidad moderada a 300 minutos (5 h) semanales o realizar 150 minutos semanales de actividad física de intensidad sostenida, o una combinación equivalente de actividad de intensidad moderada y sostenida. Deben realizarse ejercicios de fortalecimiento muscular de los principales grupos musculares al menos 2 días a la semana.
Sin embargo, las personas obesas que han perdido peso deben realizar entre 60 y 90 minutos de actividad física al día para evitar recuperar el peso perdido.
Algunos consejos:
- Camine todo lo posible
- Vaya andando al trabajo o a la compra
- Si coges el autobús, bájate una parada antes de tu destino
- Utilice las escaleras en lugar del ascensor o las escaleras mecánicas
- Evite estar sentado mucho tiempo, sobre todo viendo la televisión
- Si tiene jardín, pase más tiempo trabajando en él
- Si tiene perro, sáquelo a pasear más a menudo y durante más tiempo
Sobre todo, evite rendirse, apueste por el mantenimiento y ayude a “mantener el ritmo”. Un seguimiento regular es una baza importante Le permitirá adaptar su actividad física en función de su motivación y de su condición física.