Microbiota intestinal y salud ocular: el eje intestino-ojo

La salud ocular suele estar asociada a factores como la edad, la higiene visual y los antecedentes familiares. Cada vez más investigaciones demuestran que el eje intestino-ojo es un vínculo crucial entre la microbiota intestinal y la salud visual. De hecho, este actor clave y a menudo olvidado está apareciendo cada vez más en la investigación científica: la microbiota intestinal. Este complejo grupo de microorganismos que habitan en nuestro sistema digestivo desempeña un papel decisivo en el equilibrio general de nuestro organismo, incluida nuestra visión. Este artículo explora el eje intestino-ojo, sus implicaciones en las enfermedades oculares y las posibles estrategias terapéuticas.

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota intestinal es un ecosistema complejo formado por billones de microorganismos como bacterias, virus, hongos y arqueas. Estos microorganismos viven en armonía en nuestro intestino, donde desempeñan un papel crucial en funciones esenciales como la digestión, la regulación de la inmunidad e incluso la función cerebral.

Los principales grupos bacterianos, denominados Firmicutes, Bacteroidetes, Actinobacteria y Proteobacteria, producen compuestos esenciales como los ácidos grasos de cadena corta( AGCC). Estas moléculas ayudan a reducir la inflamación y a mantener la integridad de la barrera intestinal, un elemento clave para la salud en general.

Una microbiota equilibrada favorece una inmunidad robusta. Cuando este equilibrio se altera, hablamos de disbiosis, una afección que puede afectar no sólo a la salud general, sino también a la de los ojos a través del eje intestino-ojo.

¿Qué es el eje intestino-ojo?

El eje intestino-ojo hace referencia a una red de complejas interacciones biológicas que vinculan la microbiota intestinal con la salud ocular. Este vínculo se basa en mecanismos científicos precisos. La microbiota intestinal desempeña un papel crucial en la modulación inmunitaria al influir en las células inmunitarias del organismo. Mediante la producción de citocinas con propiedades antiinflamatorias y la regulación de los linfocitos T reguladores(Tregs), esta microbiota contribuye a mantener un equilibrio inmunitario que protege todo el organismo, incluidos los tejidos oculares.

¿Cómo protege los ojos la barrera intestinal?

La barrera intestinal, que actúa como un baluarte contra las sustancias tóxicas, también es esencial para este sistema. Cuando se vuelve excesivamente permeable, se produce un fenómeno conocido como “hiperpermeabilidad intestinal“. En esta situación, toxinas bacterianas como los lipopolisacáridos(LPS) entran en el torrente sanguíneo. Una vez en circulación, estas moléculas pueden llegar a los tejidos oculares y desencadenar respuestas inflamatorias, que probablemente contribuyan a la aparición de enfermedades crónicas como la retinopatía diabética o la degeneración macular asociada a la edad.

Esta dinámica ilustra claramente cómo el eje intestino-ojo influye en la salud visual y por qué es crucial preservar una barrera intestinal funcional.

¿Pueden las alteraciones intestinales afectar a los ojos?

La disbiosis de la microbiota intestinal puede perturbar indirectamente la microbiota ocular, alterando la composición y la función de la microflora local de la superficie del ojo. Este desequilibrio puede favorecer la aparición de trastornos como la sequedad ocular y la conjuntivitis. Así pues, el eje intestino-ojo ilustra una relación dinámica y bidireccional, en la que las alteraciones del intestino pueden repercutir en la salud visual. Como resultado de estas interacciones, resulta evidente que el mantenimiento de una microbiota intestinal equilibrada es esencial para prevenir y limitar los trastornos oculares vinculados a la inflamación o a un sistema inmunitario desregulado.

Enfermedades oculares relacionadas con la disbiosis intestinal

Los vínculos entre la disbiosis intestinal y determinadas enfermedades oculares son cada vez más evidentes. He aquí un cuadro recapitulativo de las principales enfermedades afectadas y su vínculo con el eje intestino-ojo:

Patología Relación con la disbiosis intestinal Impacto biológico
Degeneración macular asociada a la edad (DMAE) La disbiosis conduce a una inflamación crónica de bajo grado, con una mayor presencia de bacterias proinflamatorias como Escherichia coli. Daños en el tejido retiniano y aceleración de los procesos degenerativos.
Retinopatía diabética Una proporción desequilibrada entre Firmicutes y Bacteroidetes favorece la inflamación sistémica y el aumento de la permeabilidad de los vasos retinianos. Progresión de la retinopatía con alteración de la microvascularización retiniana.
Glaucoma Asociado a una inflamación neurodegenerativa, exacerbada por desequilibrios de la microbiota intestinal. Daño de las neuronas ópticas y aumento de la presión intraocular.
Sequedad ocular Resultado de una alteración de la microbiota ocular, a su vez influida por la disbiosis intestinal a través del eje intestino-ojo. Alteración de la producción de lágrimas e inflamación crónica de la superficie ocular.

La disbiosis intestinal actúa como catalizador de la inflamación sistémica y local. Al alterar el equilibrio inmunitario y favorecer los mecanismos patológicos, puede agravar varias enfermedades oculares crónicas. Este cuadro pone de relieve la relación entre los desequilibrios microbianos intestinales y sus repercusiones en la salud visual.

¿Cómo puede ayudar el eje intestino-ojo a mantener la salud ocular?

Una dieta adecuada es esencial para reequilibrar la microbiota intestinal y proteger la salud visual. Los prebióticos, como las fibras alimentarias como la inulina, favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas, reforzando así el ecosistema intestinal. Al mismo tiempo, los probióticos, en particular cepas específicas como el Lactobacillus rhamnosus o el Bifidobacterium breve, desempeñan un papel clave en la reducción de la inflamación sistémica, limitando los efectos deletéreos sobre los tejidos oculares.

¿Cómo puede ayudar la nutrición a proteger la salud ocular?

Los alimentos ricos en omega-3, como el pescado azul o las semillas de lino, aportan ácidos grasos esenciales capaces de modular la inflamación y apoyar directamente a la retina. Estos elementos nutricionales contribuyen a mantener intacta la barrera intestinal, limitando la translocación de toxinas bacterianas a la circulación sistémica, un mecanismo a menudo implicado en las enfermedades oculares crónicas.

¿Qué terapias innovadoras para una microbiota equilibrada?

Entre los avances terapéuticos, el trasplante de microbiota fecal destaca como una solución prometedora. Esta técnica consiste en restablecer una microbiota alterada mediante la introducción de comunidades microbianas sanas, con resultados alentadores en la reducción de la inflamación crónica.

Los simbióticos, que combinan prebióticos y probióticos, también ofrecen un enfoque sinérgico para restablecer el equilibrio microbiano. Al actuar simultáneamente sobre el crecimiento y la diversidad de las bacterias beneficiosas, estas combinaciones refuerzan las defensas inmunitarias y reducen el impacto de los desequilibrios microbianos en los tejidos oculares.

Por último, factores externos como la actividad física regular y la gestión del estrés influyen positivamente en la microbiota. El ejercicio mejora la diversidad microbiana y favorece la motilidad intestinal. Una gestión eficaz del estrés reduce los niveles de cortisol, minimizando así las alteraciones de la permeabilidad intestinal y sus efectos sobre el eje intestino-ojo.

El eje intestino-ojo representa una conexión fascinante entre la salud digestiva y la salud ocular. Adoptando una dieta rica en nutrientes, terapias innovadoras y hábitos de vida saludables, puede preservar el equilibrio de su microbiota y proteger eficazmente su visión.

Fuentes

  1. Tîrziu A-T, Susan M, Susan R, Sonia T, Harich OO, Tudora A, Varga N-I, Tiberiu-Liviu D, Avram CR, Boru C, et al. From Gut to Eye: Exploring the Role of Microbiome Imbalance in Ocular Diseases. Revista de Medicina Clínica. 2024; 13(18):5611. https://doi.org/10.3390/jcm13185611
  2. Haghshenas L, Banihashemi S, Malekzadegan Y, Catanzaro R, Moghadam Ahmadi A, Marotta F. El microbioma como órgano endocrino y su relación con las enfermedades oculares: Effective factors and new targeted approaches. World J Gastrointest Pathophysiol 2024
  3. Scuderi G, Troiani E y Minnella AM (2022) Gut Microbiome in Retina Health: The Crucial Role of the Gut-Retina Axis. Front. Microbiol

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