El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un trastorno psicológico que suele observarse en el personal militar expuesto a situaciones de combate y entornos de alto riesgo. El trastorno se manifiesta a través de síntomas como flashbacks, hipervigilancia, alteraciones del sueño y dificultades para gestionar el estrés cotidiano. Estos síntomas pueden tener un impacto considerable en la calidad de vida y el funcionamiento social y profesional de los afectados. En este contexto, el uso de perros de asistencia parece ser un enfoque terapéutico prometedor. Estos animales especialmente adiestrados pueden proporcionar apoyo emocional y ayudar a aliviar algunos de los síntomas del TEPT.
¿Qué es el TEPT?
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección psicológica que se produce tras un acontecimiento percibido como traumático y abrumador, como una agresión, una catástrofe natural, un accidente grave o un combate militar. Afecta a alrededor del 9% de la población en algún momento de su vida y se manifiesta con síntomas perturbadores que tienen un impacto significativo en la vida social, profesional y familiar de las personas afectadas.
Las personas con TEPT suelen revivir con frecuencia el suceso traumático en forma de flashbacks, pesadillas o pensamientos intrusivos incontrolables. Esta intrusión provoca un intenso estrés emocional y puede desencadenarse por estímulos asociados al suceso inicial, como sonidos o imágenes similares.
Los pacientes también suelen adoptar conductas de evitación, evitando activamente lugares, situaciones o incluso conversaciones que les recuerden el trauma. Esta evitación limita su capacidad para hacer frente a los efectos del trauma, lo que puede aumentar su ansiedad.
El TEPT también afecta al estado de ánimo y a la cognición. Las personas pueden sentirse culpables por haber sobrevivido, entumecerse emocionalmente o sentirse desconectadas de sus seres queridos. Los problemas de alerta, como la hipervigilancia ante las amenazas y la dificultad para concentrarse, suelen completar el cuadro sintomático.
Los tratamientos del TEPT se basan principalmente en la psicoterapia, incluida la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma y la EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares). En algunos casos, pueden recetarse antidepresivos para aliviar ciertos síntomas. Es esencial un tratamiento adecuado y continuado, ya que el TEPT puede volverse crónico y causar discapacidades duraderas si no se trata eficazmente.
¿Qué es un perro de servicio para estrés postraumático?
Un perro de servicio para el TEPT acompaña a las personas con trastorno de estrés postraumático en su vida cotidiana para ayudarles a aliviar los efectos de esta afección. Como compañero constante, el perro proporciona apoyo emocional, seguridad e independencia, ayudando a su destinatario a recuperar la confianza y reintegrarse en la sociedad.
La carrera del perro de asistencia comienza con un riguroso proceso de selección, que favorece a los animales de temperamento tranquilo, curiosos y capaces de reaccionar positivamente ante situaciones inesperadas. Tras la selección, el perro se somete a una socialización básica para acostumbrarse a diferentes entornos, sonidos y olores. Esta etapa prepara al perro para sentirse a gusto en lugares públicos y desarrollar una obediencia sólida. Una vez alcanzada la socialización avanzada, el perro aprende tareas específicas para apoyar las necesidades de su futuro compañero con TEPT.
Estas tareas incluyen acciones específicas para gestionar los síntomas del TEPT: despertar al dueño en caso de pesadilla, devolver a la persona al presente en caso de disociación o registrar la casa para calmar la hipervigilancia. En situaciones de pánico o ansiedad, el perro puede actuar como barrera protectora frente a extraños, crear un espacio seguro entre la multitud o guiar a su dueño hacia una salida. También puede recuperar la medicación de una alarma, activar un botón de emergencia o incluso distraer a una persona para calmarla.
Una vez que el perro ha completado su adiestramiento, recibe una certificación oficial que le permite acompañar legalmente a su dueño en lugares públicos. En el día a día, el perro de servicio para el TEPT contribuye a la reducción del aislamiento, al sentimiento de realización y al bienestar general de su compañero, desempeñando un papel esencial en su recuperación e independencia.
¿Qué beneficios aportan los perros a las víctimas del TEPT?
Un perro de servicio para el TEPT ofrece un apoyo inestimable a las personas afectadas por el trastorno de estrés postraumático al reducir sus síntomas y mejorar su calidad de vida. Gracias a su capacidad de detección olfativa, algunos perros pueden identificar las señales de estrés incluso antes de que se produzcan las manifestaciones físicas, lo que permite intervenir en una fase temprana para calmar a su dueño.
Los perros de asistencia para el TEPT realizan tareas específicas que proporcionan consuelo y anclaje emocional. Por ejemplo, despiertan a su dueño en caso de pesadillas, devuelven a la persona a la realidad durante las fases disociativas apoyando el hocico o dándole un codazo, y detectan los ataques de ansiedad para ofrecer consuelo inmediato. También pueden recuperar la medicación si es necesario, encender las luces para disipar los terrores nocturnos o inspeccionar el hogar para reducir la hipervigilancia.
Estas acciones mejoran significativamente la independencia y la seguridad de la persona, al tiempo que reducen su aislamiento social. Varios estudios demuestran que las personas con un perro de servicio para el TEPT experimentan una reducción de las pesadillas, los trastornos del sueño,la ansiedad y la ira. Los veteranos, en particular, se benefician de una reducción de los síntomas generales, un mayor bienestar, una mayor resiliencia y una reintegración social más fácil. Además de los beneficios emocionales, los perros de asistencia suelen reducir la necesidad de medicación ansiolítica o hipnótica, aligerando la carga de los cuidadores familiares.
Los beneficios de un perro de asistencia para el TEPT van más allá de la ayuda práctica: aumentan el sentido de propósito y la satisfacción vital y proporcionan un vínculo emocional esencial. Al proporcionar una presencia tranquila y estable, el perro ayuda a su compañero a romper el aislamiento y volver a conectar con la sociedad, al tiempo que reduce la carga de los cuidadores familiares.