Tratamiento homeopático en el cólico hepático

Existen diferentes tipos de cólico. El cólico hepático se caracteriza por un dolor agudo en el hipocondrio derecho, irradiado a la parte posterior, a menudo asociado a náuseas y vómitos. Se asocia a una distensión aguda de las vías biliares. La principal causa del cólico hepático es la litiasis biliar, responsable de alrededor del 98% de los casos, pero no deben ignorarse otras posibles causas: cánceres (especialmente los de la ampolla de Vater), tumores benignos, coledocolitos, ciertos parásitos (trematodos, ascárides y especialmente quistes hidatídicos rotos en los conductos biliares).

En este artículo, nos centraremos en el cólico hepático inducido por litiasis. Está claro que, en los ataques hiperalgésicos de cólico hepático, los antiespasmódicos clásicos proporcionan un alivio rápido. El tratamiento homeopático sólo desempeñará entonces un papel de apoyo, pero puede bastar por sí solo en ciertos ataques leves o moderados.

¿Qué es el cólico hepático?

El cólico hepático es una afección caracterizada por un dolor intenso alrededor del hígado y los conductos biliares. Este dolor suele estar relacionado con la formación de cálculos biliares, que son pequeñas “piedras” de colesterol que se forman en la vesícula biliar. Estos cálculos pueden obstruir el conducto dentro de la vesícula y provocar un dolor agudo que suele durar entre 1 y 5 horas.

¿Cuáles son los síntomas del cólico hepático?

El cólico hepático, aunque suele asociarse a un dolor agudo e intenso, presenta una serie de síntomas que pueden variar de una persona a otra. Comprender estos síntomas es esencial para tratar esta afección con rapidez y eficacia.

Dolor en el hipocondrio derecho

La característica más notable del cólico hepático es el dolor que se siente en el hipocondrio derecho, es decir, en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo de las costillas. Este dolor puede irradiarse a otras zonas, sobre todo al hombro derecho, lo que a veces puede llevar a confundirlo con otras afecciones médicas. Es importante señalar que la intensidad del dolor puede variar considerablemente y puede describirse como pulsátil u opresivo.

Trastornos digestivos y vómitos

Los pacientes que sufren un cólico hepático suelen referir trastornos digestivos, sobre todo después de ingerir alimentos ricos en grasas. A menudo se producen náuseas o vómitos, que pueden exacerbar el malestar y el dolor.

Ictericia

En algunos casos, puede aparecer ictericia. Este síntoma se caracteriza por una coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos, como consecuencia de la acumulación de bilirrubina en la sangre. La ictericia suele indicar una obstrucción de las vías biliares, un síntoma alarmante que requiere una evaluación médica inmediata.

Otros síntomas posibles

El cólico hepático puede ir acompañado de otros síntomas, como mareos, malestar vagal (sensación de debilidad general) y estreñimiento. Estos síntomas pueden variar en función del individuo y del grado de obstrucción de las vías biliares.

En conclusión, el cólico hepático se manifiesta a través de una serie de síntomas centrados principalmente en el dolor abdominal, los problemas digestivos y, en ocasiones, la ictericia. La variabilidad de estos síntomas hace que la evaluación médica sea esencial para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. Es importante no ignorar estos signos y consultar a un profesional sanitario en cuanto aparezcan los primeros síntomas.

¿Cuáles son las causas del cólico hepático?

Las causas del cólico están relacionadas con un desequilibrio en la composición química de la bilis en la vesícula biliar, a menudo un exceso de colesterol malo, que conduce a la formación de cálculos. Ciertos factores de riesgo aumentan las posibilidades de padecer un cólico hepático, como la obesidad, ser mujer y la edad (más de 40 años). Las mujeres que han tenido hijos y las personas con sobrepeso u obesidad también son más propensas a desarrollar esta afección.

Es importante señalar que el cólico hepático puede requerir un diagnóstico médico para confirmar la presencia de cálculos biliares y descartar otras posibles patologías. El tratamiento varía de un caso a otro y puede incluir medicación para aliviar el dolor o, en algunos casos, cirugía.

El papel de la Belladona en el cólico hepático

Los dolores comienzan y terminan bruscamente. Se agravan con el menor roce, incluso rozando, y con sacudidas. El abdomen está tenso y caliente. Los signos generales suelen estar presentes: fiebre y congestión cefálica.

Posología: Si se descarta una indicación quirúrgica urgente, Belladonna 9 o 15 CH, 5 gránulos al ritmo de los episodios dolorosos.

A menudo es útil alternar este medicamento con uno de los siguientes, en función de los síntomas de reacción del paciente.

Colocynthis

El dolor es espasmódico, violento, de inicio y fin bruscos. El paciente mejora si se le dobla por el calor y la presión: tumbarse en postura de fusil es particularmente analgésico.

Posología: Tomar 9 o 15 CH, 5 gránulos de Colocynthis cada 10 o 15 minutos, espaciando las tomas a medida que mejoran los síntomas.

Dioscorea villosa para el dolor de los cálculos biliares

Dioscorea villosa está indicada a la misma dosis que Colocynthis para los pacientes cuyo dolor paroxístico mejora de forma opuesta a Colocynthis : arqueándose hacia atrás. Se utiliza con mucha menos frecuencia.

Bryonia alba

Medicamento para la inflamación de las membranas serosas y del parénquima de los órganos que encierran, Bryonia se toma en las siguientes formas reactivas:

  • Dolor punzante y palpitante en la región hepatobiliar, provocado o agravado por el menor movimiento, por una fuerte inspiración. El paciente mejora acostándose sobre el lado derecho y mediante una amplia presión.
  • Fiebre continua o remitente con sed intensa de grandes cantidades de agua fría a largos intervalos, transpiración aceitosa que alivia.
  • Sabor amargo en la boca, lengua blanca, labios secos.
  • Heces duras, secas, negras, voluminosas, más frecuentes que la diarrea biliosa al menor movimiento.

Posología: Tomar de 5 a 15 CH, según similitud, 5 gránulos cada 2 horas. Espaciar según mejoría.

Berberis vulgaris y los dolores espasmódicos del cólico hepático

Los dolores son muy agudos, paroxísticos y punzantes. Se irradian desde un punto determinado hacia el estómago y el abdomen. Se agravan con el movimiento y las sacudidas, como el dolor de Bryonia , pero a diferencia de éste, se agravan con la presión. La sensibilidad dolorosa a la presión en el ángulo costolumbar izquierdo suele ir acompañada de una cantidad y concentración de orina muy variables.

Posología: Tomar Berberis vulgaris 5 a 9 CH, 5 gránulos 3 a 4 veces al día.

Chamomilla

Este medicamento puede estar indicado para pacientes especialmente intolerantes al dolor, agitados y malhumorados.

Posología recomendada: Tomar Chamomilla 15 o 30 CH, 5 gránulos 3 veces al día.

Nux vomica en el cólico hepático

Este medicamento se toma en función de los signos digestivos (dolor espasmódico, náuseas, vómitos, pirosis) pero sobre todo en función de una afección particular:

  • Pacientes hipersensibles y sedentarios.
  • Generalmente propensos a la buena comida y a comer en exceso.

Posología: Tomar Nux vomica 9 o 15 CH de 2 a 4 veces al día.

Ricinus communis

El cólico hepático se manifiesta como dolor en la cintura, acompañado de diarrea.

Posología: Tomar Ricinus communis 5 CH, alternando con Belladonna, al mismo tiempo que los paroxismos de dolor.

Calcarea carbonica para la inflamación de los cálculos biliares

Mientras que Calcarea carbon ica es muy eficaz en 15 o 30 CH en los ataques de cólico renal, es mucho menos eficaz en los ataques agudos de cólico hepático. En cambio, es un tratamiento de fondo importante para los cálculos biliares.

Por lo tanto, en un número significativo de casos, el tratamiento homeopático, combinado o no con antiespasmódicos tradicionales, puede utilizarse para aliviar a los pacientes que sufren cólicos hepáticos. Este método también puede utilizarse para tratar la litiasis. Las causas no litiásicas poco frecuentes de cólico hepático requieren un tratamiento etiológico, que suele ser quirúrgico.

¿Cómo evitar el cólico hepático?

Para prevenir el cólico hepático, es esencial comprender que la prevención se centra principalmente en reducir el riesgo de formación de cálculos biliares. He aquí algunas estrategias clave:

  1. Adoptar una dieta equilibrada:

    • Se recomienda consumir alimentos ricos en fibra, como fruta, verdura y cereales integrales.
    • Reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol, como la carne roja, los productos lácteos ricos en grasa y los fritos.
    • Incluya grasas saludables como las del aceite de oliva, los frutos secos y el pescado azul.
  2. Mantenga un peso corporal saludable:

    • La obesidad es uno de los principales factores de riesgo de formación de cálculos biliares.
    • Pierda peso gradualmente y evite las dietas rápidas, ya que la pérdida rápida de peso puede aumentar el riesgo de formación de cálculos.
  3. Ejercicio físico regular:

    • La actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable y puede reducir el riesgo de cálculos biliares.
    • Se recomienda una actividad moderada, como caminar a paso ligero, durante al menos 30 minutos la mayoría de los días de la semana.
  4. Hidratación adecuada:

  5. Evitar ciertos medicamentos si es posible:

    • Ciertos medicamentos, como las píldoras anticonceptivas orales y las terapias hormonales, pueden aumentar el riesgo de formación de cálculos biliares.
    • Comente con su médico las posibles alternativas o los riesgos asociados.
  6. Revisiones médicas periódicas:

    • Las revisiones médicas periódicas pueden ayudar a detectar problemas a tiempo.
    • Las personas con antecedentes familiares de cálculos biliares deben estar especialmente atentas.

¿Qué alimentos provocan cálculos biliares?

En la formación de cálculos biliares pueden influir varios factores, entre los cuales la dieta desempeña un papel importante. Aunque no es posible atribuir la formación de cálculos biliares a un alimento concreto, se sabe que ciertos tipos de alimentos aumentan el riesgo.

Alimentos ricos en colesterol

Los alimentos ricos en colesterol suelen señalarse como los principales responsables de la formación de cálculos biliares. El hígado utiliza el colesterol para producir bilis, y un exceso de colesterol en la dieta puede provocar una sobreproducción de bilis, lo que aumenta el riesgo de formación de cálculos. Alimentos como las carnes grasas, los productos lácteos ricos en grasa y los huevos son fuentes habituales de colesterol alto.

Alimentos grasos y fritos

Los alimentos ricos en grasas, sobre todo saturadas y trans, también se asocian a un mayor riesgo de cálculos biliares. Los alimentos fritos, los embutidos y ciertos tipos de queso y carne son ejemplos de productos ricos en grasas saturadas. Estas grasas no sólo pueden elevar los niveles de colesterol en el organismo, sino que también pueden ralentizar el proceso de vaciado de la vesícula biliar, facilitando la formación de cálculos.

Alimentos refinados y azúcar

Los alimentos con un alto índice glucémico, como el azúcar refinado, el pan blanco y otros productos de panadería, pueden influir en la formación de cálculos biliares. Un consumo elevado de azúcar provoca un aumento de los niveles de insulina en la sangre, lo que puede afectar a la función biliar y contribuir a la formación de cálculos.

Alcohol

El consumo excesivo de alcohol es otro factor que puede contribuir a la formación de cálculos biliares. El alcohol puede afectar a la capacidad del hígado para metabolizar las grasas y el colesterol, aumentando el riesgo de desarrollar cálculos biliares.

En resumen, aunque muchos factores pueden contribuir a la formación de cálculos biliares, la dieta desempeña un papel crucial. Se recomienda una dieta equilibrada rica en fibra y baja en grasas saturadas, colesterol, azúcar refinado y alcohol para minimizar el riesgo de desarrollar cálculos biliares. También es importante subrayar que los hábitos alimentarios deben formar parte de un estilo de vida saludable en general, que incluya actividad física regular y control del peso.

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