La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una afección frecuente en los lactantes, caracterizada por una regurgitación espontánea que se produce sin esfuerzo, a menudo tras eructar o alimentarse.
Este trastorno es especialmente frecuente entre los 2 y los 6 meses de edad, debido a la dieta exclusivamente líquida, los frecuentes cambios de posición y la compresión del abdomen. Sin embargo, desaparece de forma natural en el 85% de los casos antes de los 12 meses y en el 95% antes de los 18 meses, sobre todo con la introducción de alimentos sólidos.
ERGE o vómitos: ¿cómo distinguirlos?
A diferencia de los vómitos, la ERGE no se acompaña de contracciones musculares o abdominales. Generalmente es indoloro y no provoca ninguna reacción particular en los lactantes, salvo en los casos de reflujo patológico.
¿Por qué tiene reflujo mi bebé?
El reflujo gastroesofágico está causado principalmente por la inmadurez del esfínter inferior del esófago, que aún no es capaz de cerrar completamente el estómago. Como consecuencia, el contenido del estómago se devuelve fácilmente al esófago.
Las principales causas de la ERGE en los lactantes
Varios factores pueden contribuir a la aparición o el empeoramiento del reflujo:
- Una anomalía del píloro, que ralentiza la evacuación del contenido gástrico hacia el intestino.
- Una presión excesiva en el estómago, a menudo provocada por comer demasiado.
- Postura inadecuada después de comer, que aumenta el riesgo de reflujo ácido.
Métodos naturales para aliviar el reflujo gastroesofágico en bebés
Para limitar el reflujo y calmar al bebé, se pueden poner en práctica ciertas medidas higiénicas y dietéticas. Estos sencillos ajustes ayudan a reducir los síntomas sin recurrir a tratamientos médicos.
La importancia de la postura después de las comidas
La postura del bebé después de comer desempeña un papel esencial en la gestión del reflujo gastroesofágico. He aquí algunas recomendaciones:
- No acueste al bebé inmediatamente después de comer.
- Manténgalo en posición vertical (no sentado) durante 20 o 30 minutos después de comer.
- Elevar ligeramente la cabeza del bebé colocando un cojín bajo el colchón.
- Dormir boca arriba, la única posición segura recomendada por los pediatras.
Medidas esenciales para limitar las regurgitaciones
Ciertos hábitos también pueden prevenir o reducir el reflujo gastroesofágico:
- Eructar después de cada comida para evacuar el aire tragado.
- Hacer comidas más pequeñas y frecuentes para evitar sobrecargar el estómago.
- Limitar los movimientos bruscos después de comer, que pueden favorecer la regurgitación.
¿Qué leche debo elegir para un bebé que sufre reflujo?
Para los bebés alimentados con biberón que sufren de reflujo, a menudo se recomienda utilizar una leche antirregurgitación (leche AR). Más espesa, ayuda a limitar el reflujo ácido y a mejorar el confort digestivo del bebé. Para ayudarte a elegir la leche que mejor se adapta a las necesidades de tu bebé, consulta este artículo detallado sobre las distintas leches infantiles.
Remedios naturales para la enfermedad por reflujo gastroesofágico
Las soluciones naturales pueden ayudar a calmar el reflujo respetando la frágil fisiología de tu bebé.
Plantas con propiedades digestivas para bebés
Ciertas plantas son reconocidas por sus beneficios digestivos y pueden ayudar a aliviar el reflujo gastroesofágico de los bebés. El hidrolato de manzanilla, por ejemplo, es especialmente apreciado por su acción calmante sobre el aparato digestivo. Ayuda a reducir los espasmos gástricos y favorece una mejor digestión, lo que lo convierte en un aliado inestimable contra las regurgitaciones. Una cucharadita de hidrolato de manzanilla diluida en un biberón de agua, administrada en dosis divididas a lo largo del día, puede ser beneficiosa para el bienestar digestivo del bebé.
El hinojo es otra planta utilizada a menudo para calmar los problemas digestivos de los bebés. Gracias a sus propiedades antiespasmódicas, ayuda a calmar los retortijones y facilita la evacuación de los gases intestinales. El regaliz deglicirrizinado, por su parte, es conocido por sus propiedades protectoras de la mucosa gástrica y su capacidad para reducir la irritación causada por la acidez, aunque debe administrarse en cantidades muy pequeñas. Por último, el jengibre, aunque poco utilizado en los bebés, tiene interesantes propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a aliviar las molestias digestivas.
Según un estudio publicado en BMC Complementary Medicine and Therapies (2025)(2), muchos padres utilizan estas plantas para aliviar los problemas gastrointestinales de sus hijos. Sin embargo, antes de incluir estos remedios naturales en la dieta del bebé, es aconsejable pedir consejo a un profesional de la salud para asegurarse de que se utilizan de forma segura y adecuada.
Probióticos para mejorar la digestión del bebé
Un metaanálisis publicado en elIndian Journal of Otolaryngology (2024)(1) destaca el papel de los probióticos en la reducción del reflujo gastroesofágico en los lactantes. Algunas cepas específicas, como Lactobacillus reuteri DSM 17938 y Bifidobacterium breve, contribuyen a equilibrar la flora intestinal y a mejorar el funcionamiento del aparato digestivo. Al modular la acidez gástrica y reforzar la barrera intestinal, estos probióticos contribuyen a reducir la inflamación del esófago y a limitar los episodios de reflujo.
Por tanto, la introducción de probióticos adecuados puede ser una solución natural para mejorar el confort digestivo de los bebés propensos a regurgitar. Sin embargo, antes de considerar su uso, es aconsejable buscar el consejo de un profesional de la salud para elegir la cepa y la dosis que mejor se adapten a las necesidades de su bebé.
Adaptar la técnica de lactancia para limitar el reflujo
Según un estudio publicado en Nature (2025)(3), adaptar la posición y el ritmo de la lactancia materna puede desempeñar un papel clave en la reducción del reflujo gastroesofágico en los lactantes. Se recomienda especialmente la posición biológica: al colocar al bebé ligeramente reclinado sobre la madre durante la lactancia, el esfínter esofágico inferior se cierra más fácilmente, limitando así el reflujo ácido.
También es esencial adoptar un ritmo de alimentación más lento para evitar que el bebé absorba demasiada leche en poco tiempo. Una alimentación demasiado rápida puede ejercer una presión excesiva sobre el estómago y favorecer el reflujo. Si se fomenta una succión más suave y se permite al bebé hacer pausas durante las tomas, es posible regular mejor su ingesta de leche y limitar así la aparición de regurgitaciones.
Recién nacidos y hernia de hiato: un caso especial
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es frecuente en los lactantes y suele ser consecuencia de la inmadurez del esfínter esofágico inferior. Este músculo, situado en la base del esófago, impide normalmente que el contenido del estómago ascienda.
La hernia de hiato congénita es una anomalía más rara, presente desde el nacimiento. Se caracteriza por el paso de parte del estómago a través del diafragma, lo que puede :
- Impedir el cierre completo del esfínter esofágico inferior.
- Provocar un reflujo gastroesofágico más frecuente e intenso.
- Si se sospecha una hernia de hiato, es indispensable una consulta médica para adaptar el tratamiento.
Fuente de la información:
- Alanazi, N., AlGhamdi, M.A., Alsowailmi, G., et al. (2024). Association of Pediatric Gastroesophageal Reflux Disease and Subglottic Stenosis: A Systematic Review and Meta-analysis. Indian Journal of Otolaryngology.
- Bükülmez, A., Köroğlu, A., Baş, M.T. (2025). Preferencias de los padres por los suplementos herbales en el manejo de los trastornos gastrointestinales funcionales. BMC Complementary Medicine and Therapies.
- Lockyear, C., Stark, A., Foote, H.P., Agyeman, A. et al. (2025). Tratamiento médico del reflujo gastroesofágico en la unidad de cuidados intensivos neonatales: práctica actual. Revista de Perinatología (Nature).