La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un fenómeno frecuente y bien conocido en los lactantes. Aunque suele ser benigna y pasajera, puede afectar al bienestar del bebé y, por tanto, al de los padres. Además de los cuidados diarios y del tratamiento farmacológico en caso de ERGE complicada, existen enfoques naturales y complementarios que pueden aliviar las regurgitaciones y favorecer una mejor digestión. He aquí cómo.
Plantas con propiedades digestivas anti-GERD: un apoyo suave para el sistema digestivo del bebé
Ciertas plantas medicinales se utilizan tradicionalmente para aliviar los problemas digestivos, incluso en bebés muy pequeños, siempre y cuando se utilice la dosis correcta y un profesional de la salud esté de acuerdo.
- Hidrosol de manzanilla: suave y calmante, ayuda a reducir los espasmos gástricos y facilita la digestión. Puede diluirse (1 cucharadita en una botella de agua) y tomarse a pequeños sorbos a lo largo del día.
- Hinojo: conocido por sus propiedades antiespasmódicas, ayuda a calmar los calambres y a expulsar los gases, lo que puede reducir las regurgitaciones.
- Regaliz deglicirrizinado: protege la mucosa gástrica y puede reducir la irritación causada por la acidez, pero su uso debe ser muy limitado y siempre aprobado por un pediatra.
- Jengibre: aunque poco utilizado en bebés, tiene interesantes propiedades antiinflamatorias. Los padres deben utilizarlo con precaución, ya que su uso sigue siendo marginal.
Estos remedios naturales nunca deben sustituir al tratamiento médico en caso de ERGE complicada, pero pueden considerarse un complemento ocasional en casos leves.
Probióticos: un aliado discreto pero potente contra el reflujo gastroesofágico en los bebés
Los probióticos tienen un efecto beneficioso demostrado sobre la salud digestiva de los bebés. Algunas cepas específicas pueden ayudar a reequilibrar la flora intestinal, mejorar la digestión y limitar el reflujo.
Algunas de las cepas más estudiadas son :
- Lactobacillus reuteri DSM 17938
- Bifidobacterium breve
Estas cepas actúan modulando la acidez gástrica, reforzando la barrera intestinal y reduciendo la inflamación esofágica causada por el reflujo ácido. Varios estudios demuestran su eficacia como complemento del seguimiento pediátrico.
Antes de introducir probióticos, pida consejo a un profesional sanitario para que le ayude a elegir la fórmula más adecuada a la edad de su hijo.
Lactancia materna y enfermedad por reflujo gastroesofágico: adaptar la técnica para aliviar al bebé
La lactancia materna suele recomendarse en caso de reflujo, ya que la leche materna se digiere más fácilmente y se absorbe con mayor rapidez que la leche de fórmula. Pero a veces basta con adaptar la técnica de amamantamiento para mejorar la situación:
- Opta por una posición “orgánica “: el bebé ligeramente inclinado sobre tu pecho, en decúbito prono. Esto facilita el cierre del esfínter esofágico inferior y limita la subida del bebé.
- Favorece un ritmo de alimentación más lento: al dejar que el bebé haga pausas, reduces el riesgo de que la leche suba demasiado rápido y sobrecargue el estómago.
Estos sencillos ajustes pueden ayudar a limitar los episodios de reflujo y proporcionar mayor comodidad a los bebés amamantados.
ERGE del bebé y hernia de hiato: una causa menos conocida pero a la que hay que prestar atención
Aunque poco frecuente, la hernia de hiato congénita es una malformación que puede agravar el reflujo en los bebés. Se caracteriza por el paso de una parte del estómago hacia el tórax, a través del diafragma.
Esta anomalía impide el cierre completo del esfínter esofágico inferior, lo que aumenta la frecuencia y la gravedad del reflujo. Los signos suelen ser similares a los de la ERGE complicada, pero más marcados y a veces acompañados de problemas respiratorios.
Si se sospecha una hernia de hiato, es necesario realizar una evaluación médica exhaustiva (radiografía, fibroscopia). El médico elegirá un tratamiento adecuado en función de la gravedad: médico o quirúrgico en los casos más graves.
Conclusión:
Además de los tratamientos tradicionales y los ajustes posturales, las soluciones naturales como las plantas digestivas, los probióticos y la optimización de la lactancia materna pueden proporcionar un alivio real a los bebés que sufren reflujo. El enfoque ideal es siempre personalizado: cada bebé es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro.
Lo más importante es escuchar atentamente, observar las reacciones de tu bebé y elegir, de la mano de un profesional de la salud , la mejor manera de ayudarle, con total seguridad, tanto si se trata de reflujo como de otras enfermedades del bebé.





