Los dolores articulares (poliartralgias) son un síntoma de causas muy diversas. Generalmente requieren una evaluación médica, sobre todo si son graves o recurrentes. Veamos las distintas causas del dolor articular.
Causas degenerativas (desgaste de las articulaciones)
La artrosis es una de las causas más frecuentes. Es el resultado de la degradación del cartílago, a menudo relacionada con el envejecimiento. Afecta principalmente a las personas mayores, las personas con sobrepeso, los deportistas que han sometido sus articulaciones a un esfuerzo intenso y las mujeres posmenopáusicas.
Las anomalías congénitas del entorno articular, como la displasia o la subluxación, pueden causar artrosis secundaria, como en la coxartrosis.
Causas inflamatorias
Se trata de enfermedades autoinmunes o inflamaciones crónicas.
La artritis, caracterizada por la infección o inflamación de una articulación, también puede presentarse en forma aguda o crónica. En el caso de la artritis reumatoide, la inflamación provocada por la reacción autoinmune conduce a una sobreproducción de líquido sinovial. Este líquido se acumula, la membrana sinovial se espesa y la articulación se hincha. Los componentes circundantes (cápsula, tendones, etc.) se endurecen y se vuelven dolorosos. Se producen erosiones del cartílago en los huesos y la articulación se vuelve cada vez más rígida.
La gota, por su parte, se caracteriza por el depósito de cristales. Por ejemplo, depósitos de cristales de urato de sodio (ácido úrico), cuyo origen se encuentra en la descomposición de los alimentos, en particular los de origen animal. Elácido úrico suele ser eliminado por los riñones. Pero cuando hay demasiado en la sangre, se deposita en una articulación y provoca su inflamación. ¡Es una crisis garantizada!
La inflamación también puede afectar a distintas partes de la articulación, como los tendones(tendinitis), la bursa (bursitis) o toda la articulación. En estos casos, la localización y la intensidad del dolor variarán, y sólo tu médico podrá hacer un diagnóstico.
Causas traumáticas
Las lesiones y los accidentes salpican nuestra vida, seamos niños, adultos o personas mayores. Las caídas, los accidentes, los golpes o los estiramientos excesivos pueden dañar con frecuencia las articulaciones. Esguinces, fracturas y luxaciones pueden dejar huella, incluso cuando se tratan. Las secuelas pueden ser dolorosas (conflictos tisulares u óseos, lesiones osteocondrales, aparición de artrosis, etc.) o inestables (rotura de ligamentos). Sin embargo, en la mayoría de los casos pueden tratarse de forma mínimamente invasiva mediante artroscopia.
Causas mecánicas y relacionadas con el estilo de vida
El exceso de trabajo, los movimientos repetitivos y el transporte de cargas pesadas provocan traumatismos repetitivos menores pero acumulativos. El sobrepeso crónico, a veces ligado a un estilo de vida más saludable, repercute en las articulaciones. Estos factores pueden provocar un agrietamiento progresivo del tejido cartilaginoso, desde la superficie hasta las capas más profundas. Los fenómenos mecánicos, especialmente en las articulaciones de cadera y rodilla, son la principal causa de este agrietamiento. Pero las alteraciones bioquímicas del cartílago también las agravan.
Causas infecciosas (virus y bacterias)
Ciertas enfermedades como la gripe, la enfermedad de Lyme o el Chikungunya pueden afectar a las articulaciones, provocando dolores agudos o crónicos.
En el caso de la gripe, se observan fenómenos de inflamación relacionados con sustancias liberadas durante la infección.
La enfermedad de Lyme, por su parte, provoca dolor como consecuencia de una inflamación articular (artritis) ligada a la propagación de la bacteria Borrelia. El chikungunya, por su parte, suele causar fuertes dolores articulares que pueden afectar a cualquier articulación. Sin embargo, afectan sobre todo a las extremidades (muñecas, tobillos, falanges).
Causas metabólicas
La obesidad y el sobrepeso suelen considerarse factores de riesgo para el desarrollo de la artrosis, sobre todo en caderas y rodillas. Sin embargo, la relación causa-efecto entre obesidad y osteoartritis sigue siendo compleja y a veces contradictoria.
Se ha observado que la osteoartritis de las rodillas puede predisponer a la osteoartritis de las manos, aunque las articulaciones de las manos no están sometidas a una mayor tensión en las personas obesas. Es más, la articulación del tobillo rara vez se ve afectada por la artrosis en los individuos obesos, a pesar de estar sometida a altos niveles de tensión. Esto sugiere que pueden intervenir factores distintos de la simple mecánica del peso, como las adipoquinas, moléculas segregadas por el tejido adiposo.
Esta complejidad ha dado lugar a la aparición del concepto de artrosis metabólica, que engloba no sólo la relación con la obesidad, sino también la asociación de la artrosis con otros componentes del síndrome metabólico. Entre ellos se incluyen la hipertensión arterial, la diabetes o la resistencia a la insulina, y la dislipidemia. Así pues, el enfoque metabólico de la artrosis pone de relieve la importancia de las interacciones entre distintos sistemas fisiológicos y patológicos en el desarrollo de esta enfermedad.
Causas hormonales
Las variaciones hormonales, especialmente en las mujeres mayores de 50 años, parecen desempeñar un papel importante en la incidencia de la osteoartritis. Estas variaciones sugieren una relación con los cambios en los niveles hormonales femeninos durante la menopausia. Un estudio realizado con 606 mujeres de un total de 1.003 participantes de entre 45 y 64 años que se sometieron a terapia hormonal sustitutiva demostró que, al cabo de doce meses, muchas de ellas experimentaron una mejoría de la artrosis de rodilla, en comparación con las que no se sometieron a este tratamiento. Esto indica un posible efecto protector de la terapia hormonal, aunque menos marcado para las articulaciones de la mano y no persistente tras la interrupción del tratamiento.
El mecanismo de esta protección sigue siendo poco conocido. Una revisión de 2009 revela que las pruebas de un efecto protector significativo son limitadas o necesitan consolidarse, especialmente para la coxartrosis. La diversidad de hormonas utilizadas en estos tratamientos complica el análisis estadístico de sus efectos. No obstante, se ha observado que el tratamiento hormonal sustitutivo a largo plazo puede aumentar el grosor del cartílago de la rodilla. Estas observaciones ofrecen perspectivas para comprender mejor el papel de las hormonas en el desarrollo y el tratamiento de la osteoartritis.
Esta clasificación permite comprender mejor el origen del dolor articular y adaptar la forma de tratarlo. Una vez que su médico le haya hecho un diagnóstico, no dude en ponerse en contacto con su farmacéutico. También existen soluciones naturales de apoyo.
Fuente:
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- https://www.chirurgiemainpied.com/sequelles-douloureuses-dentorse/#:~:text=Ces secuelas dolorosas (conflictos tisulares, ‘dentro de la articulación
- https://www.vidal.fr/maladies/appareil-locomoteur/douleurs-articulaires.html