Estrés, un flagelo en nuestra salud

El estrés es una reacción natural; es un conjunto de reacciones físicas y fisiológicas del cuerpo, frente a una situación particular, que se dice que es estresante. Puede afectar a todos, por lo general durante un corto período de tiempo.El estrés es provocado por situaciones que representan un “peligro” para el individuo. Estas situaciones de estrés pueden ser similares en varios contextos dependiendo de la edad de la persona. Una situación de estrés crónico, sin embargo, es patológica.

¿De dónde viene el estrés?

En común, hablamos de estrés positivo (eustress en inglés) o negativo (angustia). El estrés es diferente de la ansiedad, es una emoción mientras que el estrés es un mecanismo de respuesta que puede conducir a diferentes emociones, incluyendo la ansiedad.

Para entender cómo funciona esto, uno debe saber cómo decodificar el funcionamiento del sistema adrenérgico (comúnmente llamado el sistema simpático), cuyos neurotransmisores son la adrenalina y la norepinefrina.

La adrenalina juega un papel en el miedo, la ansiedad y el estrés. Se secreta en respuesta al estrés o actividad física, lo que resulta en un aumento en la frecuencia cardíaca, aumento de las contracciones cardíacas, aumento de la presión arterial, dilatación de los bronquios y pupilas. Responde a la necesidad de energía, por ejemplo para hacer frente al peligro.

Cuando la secreción de adrenalina o norepinefrina aumenta significativamente, o cuando hay demasiados en el cuerpo (incluso exógenamente), Esto puede causar HTA (presión arterial alta), arritmia cardíaca o asma.

Cabe señalar que el aceite esencial de geranio rosat está regulando el sistema simpático, y el aceite esencial de laurel noble está regulando el sistema nervioso vegetativo (simpático y parasimpático) al tropismo digestivo.

¿Qué es el estrés crónico?

Inicialmente, el estrés es una reacción útil que nos permite defendernos de las agresiones externas a través de ciertos reflejos. Sólo que a veces, estos hermosos reflejos se aten, lo que conduce a expectativas y respuestas exageradas. A continuación, aparecen los síntomas del estrés, que gradualmente se vuelven problemáticos o incluso incapacitantes.

El estrés crónico puede considerarse patológico y puede conducir a trastornos digestivos, dolores de cabeza, trastornos del sueño, ansiedad, insomnio, depresión, trastornos musculoesqueléticos, enfermedades cardiovasculares, trastornos hormonales, etc.

En las personas con asma, por ejemplo, el estrés puede hacer que los síntomas relacionados con el asma se deterioren. Lo mismo es cierto para las personas que están deprimidas, ansiosas o tienen problemas psicológicos.

Un evento estresante causa una reacción en cadena que comienza en el cerebro y resulta en la producción de cortisol por las glándulas suprarrenales. El cortisol activa dos áreas del cerebro: la corteza cerebral para reaccionar al estímulo estresante (fuga, ataque, inmovilización, compensación…) y el hipocampo, que calmará la reacción. Si el estrés es demasiado grande o si continúa, el hipocampo saturado de cortisol ya no puede regular. El cortisol invade el cerebro y crea depresión. Las áreas alteradas son principalmente el hipocampo, la amígdala, la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal.

¿Cómo sé si estoy estresado?

La pregunta es si te estresas un poco o mucho, con el riesgo de cambiar al estrés crónico. El estrés se pone de forma muy gradual e insidiosa, no siempre se da cuenta, hasta una alerta, que a veces viene del séquito. Así que haz un balance haciéndote las preguntas correctas e identifica los síntomas del estrés. A continuación, puede pasar a la gestión del estrés.

El estrés causa síntomas en tres áreas:

  • Emocional: irritación, nerviosismo, ansiedad, melancolía, concentración deteriorada, memoria, baja autoestima, malestar, disminución de la libido, etc.
  • Comportamiento: abstinencia, desorganización, relaciones sociales y sentimentales difíciles y conflictivas, tendencia a la adicción (alto consumo de alcohol, tabaco, cafeína, azúcar, drogas, drogas, etc.)
  • Físico: fatiga, insomnio, mareos, aumento de la frecuencia cardíaca, dolores de cabeza, problemas digestivos, dolor lumbar o de cuello, sentimientos de opresión, sudoración inusual, trastornos del apetito, etc.

¿Cómo combatir el estrés de forma natural?

Se pueden utilizar medios y técnicas para combatir el estrés, especialmente cuando es crónico, como ejercicios de relajación o respiración.

Algunos aceites esenciales:

Ansiolítico (la inhalación causa reducción de cortisol en la sangre y presión arterial más baja)
Relajar el sistema nervioso central (a través de la piel causa una disminución en el corazón y el ritmo respiratorio involucrado en el estrés)
Calmando

Relajante muscular, ansiolítico
Calmar el sistema nervioso simpático, equilibrar el sistema nervioso central

Sedante (inhalación, difusión)
Estimular el sistema nervioso central
Calmando

Myorelaxante, sedante incluso por inhalación
Reduce el cortisol plasmático
Efecto psicológicamente beneficioso del masaje
Calmar el SNC

Tónico sedante, psicoemocional y antiestrés

Fórmula Idea: Vierta en una botella vacía, 25 ml de aceite vegetal de coco (para su fragancia calmante) y agregue 1,5 ml de aceite esencial ylang-ylang, 1,5 ml de mandarina y 1,5 ml de lavanda real (es decir, una tasa de dilución del 5% para la acción sobre el sistema nervioso, la gestión del estrés y el bienestar)

Posología: Aplicar la mezcla en el plexo del sol, a lo largo de la columna vertebral y el arco en caso de ataque de ansiedad o estrés.

Precauciones para esta preparación:

  • Solo para adultos
  • Riesgo de interacción con anticoagulantes orales (observación clínica)
  • Contraindicado en mujeres embarazadas o lactantes
  • Evitar en combinación con cortisona
  • Contraindicado en caso de glaucoma
  • En contraste en caso de adenoma prostático

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