Desde hace varias semanas circula por Internet un llamamiento del profesor Joyeux, oncólogo y cirujano del Instituto del Cáncer de Montpellier. Este último nos alerta del reciente informe del Consejo Superior de Salud Pública, que recomienda la vacunación masiva en los colegios contra el virus del papiloma (VPH), y la rebaja de la edad de vacunación a los 9 años para niñas y niños (hasta ahora 11 años). El mensaje del profesor Joyeux es claro: es IRRESPONSABLE vacunar a los niños y a cualquier persona que no se considere en riesgo de contraer el VPH. Nos invita a firmar una petición para pedir una moratoria de esta medida. El profesor Joyeux no está solo. Muchos especialistas llevan muchos años oponiéndose o cuestionando los efectos secundarios de estas vacunas. ¿Por qué esa posición?
Algunos elementos para comprender mejor el VPH:
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las vacunas existentes sólo protegen contra ciertos factores de riesgo, no contra el cáncer en sí
Las autoridades sanitarias recomiendan la vacuna contra las infecciones por el virus del papiloma humano para reducir el riesgo de cáncer de cuello de útero. En efecto, algunos cánceres de cuello uterino están relacionados con los virus del papiloma (en particular los genotipos 16 y 18, responsables de las lesiones precancerosas del cuello uterino). Actualmente se utilizan dos tipos de vacunas: GARDASILÒ (Laboratorio Merck, comercializada por Sanofi-Pasteur – vacuna tetravalente, es decir, dirigida contra los papilomavirus de los genotipos 6, 11, 16 y 18, considerados responsables del 70 al 84% de los casos de cáncer de cuello de útero, según el fabricante) y CERVARIXÒ (GlaxoSmithKline – vacuna bivalente contra los genotipos 16 y 18). Sólo se dirigen a unas pocas cepas, y las vacunas no protegen contra muchos otros genotipos que están igualmente implicados en el cáncer de cuello de útero.
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un virus común y mayormente benigno
Aunque la correlación entre el VPH de alto riesgo y el cáncer de cuello uterino no se pone en duda, el 90% de las infecciones son asintomáticas y se recuperan sin tratamiento. Este virus se encuentra en el 80% de los hombres y mujeres. Por lo tanto, este virus es común. Las tasas de mortalidad y, sobre todo, la edad de las muertes (en su mayoría entre 75 y 79 años) relacionadas con el cáncer de cuello de útero no justifican los discursos alarmistas de los laboratorios fabricantes, que se dirigen sobre todo a las adolescentes y a las mujeres jóvenes. El cáncer de cuello uterino representa el 0,7% de todas las muertes por cáncer en Francia, para todos los sexos, en 2011.
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las vacunas existentes, fabricadas a partir de OMG, tienen efectos secundarios aún desconocidos, pero no por ello menos preocupantes.
Las dos vacunas mencionadas anteriormente, ambas resultantes de la manipulación genética, están compuestas por numerosos adyuvantes: 225 mgde aluminio, polisorbato 80 sospechoso de hacer la vacuna estéril, cancerígeno y mutagénico, y borato de sodio, considerado como un veneno para GARDASILÒ, y para CERVARIXÒ500mg de aluminio y ASO4 compuesto de sales de aluminio y lípido monofosforilico A, sospechoso de inducir ciertas enfermedades autoinmunes. Numerosos informes médicos han pedido precaución con respecto a estas dos vacunas. Los pacientes y las asociaciones de ciudadanos incriminan directamente a estas vacunas en los casos graves de patologías declaradas tras las inyecciones, especialmente las enfermedades autoinmunes. En cualquier caso, falta información clara sobre los posibles efectos secundarios de estas vacunas.
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estudios y cifras controvertidas, apuestas financieras colosales
Cada inyección cuesta unos 123 euros, de los que la Seguridad Social francesa reembolsa el 65%. Son necesarias dos o tres inyecciones a intervalos de unos meses, dependiendo de la edad del sujeto. Según los laboratorios, la protección se estima entre 5 y 6 años. Estas cifras, impugnadas por muchos científicos, apuntan a la falta de retrospección de los estudios, así como a su parcialidad (se carece de estudios independientes hasta la fecha). El coste de la vacunación ascendería a 926 millones de euros en un periodo de 3 a 5 años. ¡El coste de una citología generalizada para toda la población, sin contar el coste de la visita médica, ascendería a 87,8 millones de euros…!
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mientras muchos países piden una moratoria, Francia se niega obstinadamente a hacerlo
Alemania, Australia, Noruega, Suiza, Canadá y Japón (junio de 2013) han solicitado una moratoria. En España y el Reino Unido hay voces en contra de la vacunación generalizada contra el VPH. En Francia, el Pr Béraud y el Dr. de Chazournes llevan varios años lanzando advertencias y pidiendo una moratoria. El reciente llamamiento del profesor Joyeux es otra llamada a la acción.
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un riesgo determinado, un beneficio mucho menos seguro
En la actualidad está claramente establecido que el cáncer es una enfermedad multifactorial en la que intervienen la herencia, el estilo de vida y el entorno. Vacunar a niños pequeños, a una edad en la que el riesgo es reducido, con una probabilidad real de efectos adversos, ¿para qué? Las pruebas de detección, según la comunidad científica, siguen siendo la mejor manera de prevenir el cáncer de cuello de útero. Para terminar, esta reflexión del Dr. Martin Winckler: “Esta es la esencia misma de la reflexión ética: antes de proponer un método terapéutico, debemos asegurarnos de que este método no sólo es más eficaz que los métodos anteriores existentes, sino que además no supone ningún peligro mayor. En el caso de la vacuna contra el VPH, sabemos que no es más eficaz que la citología (que sigue siendo imprescindible) y desconocemos sus peligros. Una vez más, se trata de un verdadero problema público. Así pues, investiguemos y reflexionemos sobre ello para tomar nuestras decisiones en materia de salud.
Delphine L., naturópata