El ojo seco es una afección frecuente que se caracteriza por un deterioro de la película lagrimal, esencial para proteger e hidratar el ojo. Produce síntomas como escozor, enrojecimiento, visión borrosa o sensación de cuerpo extraño en los ojos. Las principales causas son los cambios hormonales, sobre todo en mujeres posmenopáusicas, el uso prolongado de pantallas, la contaminación y el uso de lentes de contacto.
Para aliviar los síntomas, se puede recurrir a soluciones naturales. Las vitaminas desempeñan un papel clave: la vitamina A favorece la producción de mucina, esencial para la estabilidad de la lágrima, mientras que la vitamina E protege las células contra el estrés oxidativo. Los extractos de plantas, como la trehelosa o el aloe vera, también aportan beneficios al reducir la inflamación y reparar el tejido ocular. Estas alternativas, combinadas con un estilo de vida saludable, ayudan a mejorar el confort visual y a limitar las complicaciones asociadas a esta enfermedad.