Cambio de tiempo, consecuencias y efectos adversos en nuestra salud

Desde hace casi medio siglo, atrasamos y adelantamos nuestros relojes una hora para coincidir con los cambios estacionales. Este acto habitual se ha arraigado por completo y se ha convertido en una especie de costumbre, sobre todo para aquellas generaciones que sólo han conocido este cambio de hora dos veces al año. En consecuencia, nunca han percibido el mundo al ritmo natural de su tiempo auténtico a lo largo de un ciclo anual completo. El cambio al horario de verano o de invierno es un acontecimiento bianual que altera nuestro reloj biológico. Este cambio, aunque aparentemente menor, puede tener repercusiones en nuestro sueño, sistema inmunitario y apetito. Afortunadamente, existen soluciones naturales para minimizar estos efectos y ayudarnos a adaptarnos armoniosamente a este cambio.

Los orígenes del cambio de hora

En 1940, durante la ocupación nazi, la zona anexionada se ajustó a la hora alemana para que todo el territorio del Reich respetara cierta uniformidad. Esta práctica se abandonó en el entusiasmo de la Liberación, pero desgraciadamente volvió al primer plano unos años más tarde, en el contexto de la crisis del petróleo de 1973.

De hecho, el horario de verano se reintrodujo el 28 de marzo de 1976, con el objetivo de reducir la necesidad de iluminación al final del día, para que la población consumiera la menor cantidad posible de electricidad. Este sistema consiste en ajustar la hora local oficial añadiendo una hora al huso horario llamado “normal”, durante un periodo que va generalmente desde principios de primavera hasta mediados de otoño, lo que tiene como efecto retrasar la hora a la que sale y se pone el sol. De este modo, Francia gana artificialmente una hora de sueño para perder una hora de luz natural por la noche.

La idea de cambiar la hora entre el verano y el invierno para evitar consumir demasiada electricidad no es nueva, pero parece mucho menos inteligente que antes. Hoy en día, los europeos viven hasta más tarde y consumen más energía. De hecho, ya no ahorran nada.

¿Cuáles son los efectos del cambio de hora en el organismo y cómo reducirlos?

El reloj biológico funciona durante 24 horas y se basa en el ciclo circadiano natural del hombre. Este reloj interno regula la secreción de melatonina, conocida como la “hormona del sueño”, y la actividad del sistema inmunitario.

Sin embargo, esta diferencia horaria perturba el organismo, provocando un problema de desincronización de nuestro reloj circadiano. En lugar de mejorar la calidad del sueño, crea una deuda de sueño específica del cambio de hora. En realidad, este cambio de hora artificial perturba el funcionamiento del reloj biológico y puede provocar un debilitamiento del sistema inmunitario, trastornos del apetito y trastornos del sueño.

Trastornos del sueño: ¿Cómo dormir mejor a pesar del cambio de hora?

La alteración del ciclo sueño-vigilia suele provocar insomnio, despertarse por la noche y sentirse más cansado al levantarse. He aquí algunas soluciones naturales que le ayudarán a recuperar un sueño reparador:

Triptófano: precursor de la serotonina que ayuda a conciliar el sueño

El triptófano es un aminoácido esencial que interviene en la producción de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y facilita la conciliación del sueño. Numerosos estudios han demostrado que un aumento de las concentraciones de triptófano en el cerebro se traduce en un aumento de la liberación de serotonina. Se encuentra de forma natural en :

  • Plátanos
  • Huevos
  • Anacardos
  • Chocolate negro
  • Pescado
  • Arroz integral

Vitamina B3: Para un sueño tranquilo

La niacina desempeña un papel clave en la regulación del sueño. Desempeña un papel esencial en el metabolismo energético del organismo, ayudando a convertir los alimentos en energía. Una carencia de vitamina B3 puede provocar insomnio y trastornos del estado de ánimo. Se encuentra en :

  • Pescado azul (salmón, caballa)
  • Setas
  • Tomates
  • Cereales integrales

Vitamina A: un aliado contra el insomnio

El retinol es una de las tres formas disponibles de vitamina A, junto con el retinal y el ácido retinoico. El retinol contribuye a estabilizar el ciclo del sueño al estimular la producción de melatonina. Se encuentra en :

  • Zanahorias
  • Boniatos
  • Mantequilla
  • Yema de huevo
  • Las espinacas

Melatonina natural: para reequilibrar el reloj biológico

La melatonina, apodada la “hormona del sueño”, se segrega de forma natural cuando bajan los niveles de luz. Los complementos naturales como Chronobiane Immédiat (melatonina y espino blanco) o Santarome Sommeil (plantas y brotes) ayudan a combatir los trastornos del sueño relacionados con el cambio de hora.

Plantas calmantes: una alternativa natural a los somníferos

Algunas plantas favorecen el sueño relajando el sistema nervioso:

  • Valeriana: calma la ansiedad y facilita el sueño
  • Pasiflora: ideal para los despertares nocturnos
  • Espino blanco: regula el ritmo cardíaco y calma la agitación mental

Sistema inmunitario: ¿cómo reforzarlo para que haga frente a los trastornos provocados por el cambio de hora?

El cambio de hora debilita nuestro sistema inmunitario al alterar la producción de glóbulos blancos y anticuerpos. He aquí algunas soluciones naturales para reforzar nuestras defensas:

Vitamina B2: un refuerzo de la inmunidad

La riboflavina (vitamina B2) es esencial en el metabolismo de los hidratos de carbono (para producir energía) y los aminoácidos (componentes básicos de las proteínas). También ayuda a mantener sanas las membranas mucosas (como las que recubren la boca). También estimula la producción de anticuerpos. Se encuentra en :

  • Huevos ecológicos
  • Almendras
  • Verduras de hoja verde (espinacas, brócoli)
  • Leche y productos lácteos

Vitamina B9: un arma contra las infecciones

El ácido fólico es esencial para la producción de glóbulos rojos y blancos, que garantizan una inmunidad fuerte. Las fuentes naturales son :

  • Legumbres (lentejas, garbanzos)
  • Cítricos (naranjas, limones)
  • Semillas de girasol

Hierro: oligoelemento clave para combatir la fatiga inmunitaria

El hierro favorece la oxigenación de las células inmunitarias. Se encuentra en :

  • Carnes rojas
  • Legumbres
  • Espinacas
  • El chocolate negro

Probióticos: para mejorar la inmunidad

El intestino alberga el 70% de nuestro sistema inmunitario. Más del 80% de la serotonina de nuestro cuerpo se produce en el intestino por células especializadas y bajo la influencia de la microbiota. Este neurotransmisor se produce a partir del triptófano y tiene efectos en todo el organismo. Interviene en numerosos procesos biológicos (como la alternancia sueño-vigilia). Un tratamiento con probióticos (kéfir, yogur, chucrut) refuerza la flora intestinal y mejora la resistencia a las infecciones.

Brotes y gemoterapia: un remedio natural para la inmunidad

Nuestro sistema inmunitario protege nuestro organismo de virus y bacterias. Si éstas se multiplican en nuestro entorno, como suele ocurrir en invierno y primavera, nuestro sistema inmunitario tiene que redoblar sus esfuerzos para combatirlas. Complementos como Santarome Défenses Immunitaires combinan brotes de grosellero negro, roble y rosa mosqueta para estimular el sistema inmunitario y combatir la fatiga.

Apetito alterado: ¿cómo recuperar una alimentación equilibrada?

El cambio de hora puede alterar la sensación de hambre, provocando una pérdida de apetito o un aumento de los antojos. He aquí cómo regular el metabolismo de forma natural adoptando buenos hábitos a diario durante ciertos periodos.

Vitamina B1: para recuperar el hambre de forma natural

La tiamina interviene en la transformación de la glucosa en energía y en el metabolismo de los aminoácidos. Es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso y parece ser indispensable para la memoria y las facultades intelectuales. Una carencia de tiamina provoca falta de apetito. Se encuentra en :

  • El arroz integral
  • Legumbres (lentejas, garbanzos)
  • Las semillas de girasol
  • Polen

Vitamina B9: esencial para la energía y el apetito

El ácido fólico previene la fatiga y los problemas digestivos asociados al cambio de hora. Se encuentra en :

  • Verduras de hoja verde
  • Naranjas y cítricos
  • Remolacha

Vitamina A: para prevenir la pérdida de peso

El retinol ayuda a mantener un equilibrio energético saludable. Se encuentra en :

  • Boniatos
  • Zanahorias
  • Mantequilla cruda
  • Hígado de bacalao

Magnesio y sodio: para evitar el hambre nocturna

Una bajada de magnesio y sodio puede desencadenar antojos de azúcar y picoteos nocturnos. Para restablecer el equilibrio :

  • Coma nueces y almendras (magnesio)
  • Añade un poco de sal marina sin refinar a tu dieta (sodio)

Infusiones digestivas: un estímulo natural

Para mejorar el apetito y prevenir problemas digestivos:

  • Angélica: estimula la digestión
  • Alholva: mejora el apetito
  • Jengibre: calienta y activa el metabolismo

La alteración del reloj interno puede provocar una disminución del apetito. Sin embargo, esta falta temporal de apetito puede provocar otros trastornos más graves como anemia, anorexia, amenorrea o carencia de vitaminas si dura más de unos días.

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