¿Qué hay que hacer con las fisuras anales?

Las fisuras anales son un problema de salud frecuente pero a menudo tabú. Pueden provocar dolor intenso y sangrado rectal, afectando considerablemente a la calidad de vida. Si se pregunta qué hacer con las fisuras anales, ha llegado al lugar adecuado. En este artículo, exploraremos en detalle las causas, los síntomas, el diagnóstico y las opciones de tratamiento de las fisuras anales. Tanto si se trata de una fisura aguda reciente como de una fisura crónica persistente, te proporcionaremos la información esencial que necesitas para tomar las riendas de tu salud anal. Empecemos por comprender cómo diagnostica un profesional sanitario una fisura anal y qué debe tener en cuenta para un tratamiento eficaz.

¿Cómo sé si tengo una fisura anal?

Cuando consulta a un profesional sanitario sobre una fisura anal, el proceso de diagnóstico comienza con una entrevista exhaustiva. El profesional recabará información sobre sus síntomas, su duración y gravedad. Será esencial que describa cualquier dolor, sangrado o molestia en la región anal.

A continuación, se llevará a cabo un examen físico completo. Incluirá una inspección minuciosa de la región anal. El médico utilizará instrumentos médicos adecuados para examinar la zona afectada, en busca de signos evidentes de fisura anal. A menudo, la fisura es visible durante este examen físico inicial.

También es esencial diferenciar entre fisuras agudas y crónicas, ya que esto puede influir en la elección del tratamiento. Una fisura aguda suele aparecer como un desgarro reciente, parecido a un corte de papel. Por el contrario, una fisura crónica suele presentar un desgarro más profundo y puede estar asociada a un crecimiento tisular interno o externo.

¿Cómo se reconoce una fisura anal?

Los síntomas más comunes son dolor agudo, sensación de quemazón y sangrado durante la defecación. Algunas personas también pueden experimentar espasmos musculares anales y notar un pequeño bulto en la piel cerca de la fisura.

Aveces es difícil distinguir los síntomas de una fisura anal de los de las hemorroides, ya que pueden solaparse. Sin embargo, el dolor suele ser más frecuente e intenso en el caso de una fisura anal, mientras que el dolor hemorroidal puede ser más constante.

Los traumatismos anales y las afecciones preexistentes, como el estreñimiento crónico o la diarrea, desempeñan un papel importante en la aparición de fisuras anales. Comprender estos factores es esencial para prevenir y tratar mejor y con eficacia estas dolorosas afecciones.

Localización de la fisura:

La localización de la fisura anal puede proporcionar pistas valiosas sobre su causa subyacente. Por ejemplo, una fisura que se encuentra en un lateral del orificio anal, en lugar de hacia atrás o hacia delante, puede ser un signo de que está relacionada con otra afección médica. La enfermedad de Crohn, una enfermedad intestinal inflamatoria crónica, es una de ellas. En tales casos, el médico puede recomendar pruebas diagnósticas adicionales para identificar cualquier afección subyacente. Estas pruebas pueden incluir la anoscopia, la sigmoidoscopia flexible y la colonoscopia, que permiten explorar en mayor profundidad el estado del recto y el colon.

¿Cuál puede ser la causa de las fisuras anales?

Las fisuras anales suelen ser el resultado de un traumatismo anal, que puede producirse como consecuencia de un esfuerzo excesivo durante la defecación. El esfuerzo excesivo ejercido durante la defecación puede provocar un desgarro en la delicada mucosa anal, dando lugar a una fisura.

Ciertas afecciones preexistentes también pueden contribuir a la aparición de fisuras anales. Por ejemplo, el estreñimiento crónico puede hacer que las heces sean más duras y difíciles de evacuar, aumentando el riesgo de traumatismo anal.

La anatomía de la región anal también desempeña un papel clave. La presencia de esfínteres anales, músculos circulares que rodean el ano para controlar los movimientos intestinales, puede influir en la propensión a las fisuras. Si estos músculos están demasiado tensos, pueden ejercer una tensión excesiva sobre la mucosa anal, facilitando la formación de fisuras.

¿Cómo deben tratarse las fisuras anales?

El tratamiento de las fisuras anales suele depender de su gravedad y duración. En muchos casos, las fisuras anales pueden curarse espontáneamente o con tratamientos caseros. Para favorecer la curación, es esencial mantener las heces blandas. Esto puede conseguirse aumentando la ingesta de fibra en la dieta, utilizando ablandadores de heces de venta libre y bebiendo suficientes líquidos. Los baños de asiento en agua tibia durante 10 a 20 minutos varias veces al día también pueden ayudar a relajar el esfínter anal y favorecer la curación.

No obstante, si los síntomas persisten a pesar de estas medidas, es aconsejable consultar a un profesional sanitario.

¿Cómo puedo aliviar una fisura anal en casa?

A continuación se indican algunas medidas sencillas que puede tomar en casa para aliviar las fisuras anales y favorecer su curación.

  • Aumente la ingesta diaria de fibra incluyendo en su dieta alimentos ricos en fibra, como fruta, verdura y cereales integrales.
  • Evite la deshidratación bebiendo mucha agua.
  • Intente hacer más ejercicio, por ejemplo, paseando o corriendo todos los días.
  • Busque un momento del día en el que pueda ir cómodamente al baño.
  • No tardes en ir al baño cuando sientas la necesidad.
  • Si utilizas toallitas húmedas, evita los productos perfumados o que contengan alcohol, ya que pueden provocar molestias o picores. Si utilizas papel higiénico, elige una marca suave y evita frotar demasiado fuerte.
  • Sumerge la zona anal en un baño caliente varias veces al día, sobre todo después de defecar, para relajar los músculos del ano

¿Qué medicamentos se recetan para las fisuras anales?

El tratamiento de las fisuras anales suele requerir el uso de medicamentos específicos, que su médico de cabecera puede recetarle para aliviar los síntomas y acelerar la curación. He aquí una lista de los principales medicamentos utilizados en este contexto:

  1. Laxantes: Estos medicamentos facilitan el proceso de defecación al ablandar las heces. A los adultos con fisuras anales se les suelen recetar laxantes a base de fibra en forma de comprimidos o gránulos. Actúan hidratando las heces, haciéndolas más flexibles y menos propensas a provocar sequedad.
  2. Analgésicos: En caso de dolor prolongado tras la defecación, el médico puede recomendar analgésicos comunes como el paracetamol o el ibuprofeno, disponibles en farmacias o supermercados. Es esencial seguir estrictamente las instrucciones de dosificación que figuran en el prospecto o en el envase de estos medicamentos.
  3. Nitrato de glicerilo (NGT ): Si los síntomas persisten después de una o dos semanas, puede recetarse NGT, una pomada que se aplica localmente en el canal anal dos veces al día. Esta sustancia dilata los vasos sanguíneos que rodean el ano, favoreciendo un mejor flujo sanguíneo a la fisura y acelerando la cicatrización. El NTG también ayuda a reducir la presión en el canal anal, lo que disminuye el dolor. El tratamiento con NTG suele durar al menos seis semanas, o hasta la curación completa.
  4. Anestésicos tópicos: En casos de dolor intenso, puede prescribirse un anestésico tópico para adormecer la zona anal antes de la defecación. La lidocaína es el anestésico más recomendado, normalmente en forma de gel o pomada, para uso a corto plazo durante unos pocos días.
  5. Antagonistas del calcio: aunque se utilizan principalmente para tratar la hipertensión arterial, los antagonistas del calcio también han demostrado su eficacia en el tratamiento de las fisuras anales. Aplicados localmente, relajan el músculo del esfínter y mejoran el flujo sanguíneo a la fisura. Los efectos secundarios, como dolores de cabeza, mareos y picores, suelen ser temporales y desaparecen al cabo de unos días.
  6. Inyecciones de toxina botulínica: Este tratamiento relativamente nuevo se considera cuando otros medicamentos han resultado ineficaces. Las inyecciones de toxina botulínica paralizan el músculo del esfínter, evitando el espasmo muscular y reduciendo el dolor. Su eficacia es similar a la del NTG y los bloqueantes tópicos de los canales de calcio. Los efectos de la toxina botulínica duran aproximadamente de 2 a 3 meses, tiempo suficiente para que la fisura cicatrice.

Siguiendo cuidadosamente las recomendaciones de su médico y tomando la medicación prescrita en la dosis adecuada, puede ayudar a aliviar sus síntomas y favorecer la curación de su fisura anal. No olvide acudir periódicamente a su profesional sanitario para evaluar la evolución del tratamiento.

Tratamientos no quirúrgicos:

Para las fisuras anales que requieren un tratamiento más extenso, pueden considerarse varias opciones no quirúrg icas. Una opción es el uso de nitroglicerina externa, que estimula el flujo sanguíneo a la fisura, favoreciendo la cicatrización y la relajación del esfínter anal. Para aliviar el dolor pueden recetarse cremas anestésicas tópicas como la lidocaína.

Otra opción esinyectar Botox en el músculo del esfínter anal, que puede ayudar a relajar los espasmos musculares. Además, para relajar el esfínter anal pueden utilizarse fármacos hipotensores como el nifedipino o el diltiazem.

Es esencial conocer los beneficios y los posibles efectos secundarios de estos tratamientos antes de tomar una decisión, ya que cada opción tiene consideraciones específicas.

Cirugía:

Cuando otros tratamientos resultan ineficaces para una fisura anal crónica resistente, puede ser necesaria la cirugía. Una opción comúnmente utilizada es la esfinterotomía lateral interna (LIS). Este procedimiento consiste en realizaruna pequeña incisión en el músculo del esfínter anal, lo que ayuda a reducir la tensión muscular y favorece la cicatrización de la fisura. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cirugía conlleva un riesgo, aunque pequeño, de provocar incontinencia.

Los estudios han demostrado que la cirugía es mucho más eficaz que cualquier tratamiento médico para las fisuras anales crónicas. Sin embargo, es esencial sopesar los beneficios y los riesgos antes de decidirse por la cirugía.

¿Cuáles son las posibles complicaciones de las fisuras anales?

Las fisuras anales crónicas, cuando no se curan espontáneamente, pueden dar lugar a complicaciones adicionales. Estas fisuras persistentes crean un círculo vicioso de dolor y espasmos musculares, que pueden estrechar aún más la fisura y reducir el flujo sanguíneo a los tejidos, dificultando la curación.

Las complicaciones potenciales de las fisuras anales crónicas incluyen:

  • Impactación fecal, en la que las heces duras se atascan en el recto.
  • Estenosis anal, que es el estrechamiento del canal anal, lo que dificulta la evacuación de las heces.
  • Fístula anal, una conexión anormal entre el ano y la piel adyacente, que a veces provoca una secreción de pus.

Es fundamental vigilar atentamente los síntomas y consultar a un profesional sanitario si se sospecha de complicaciones derivadas de una fisura anal crónica.

¿Cómo se puede prevenir una fisura?

La prevención es muy importante para mantener la salud anal y evitar las molestias que pueden causar. He aquí algunos puntos clave a tener en cuenta:

  1. La importancia de consultar a un profesional sanitario en caso de síntomas anales persistentes: Si experimenta síntomas como dolor, sangrado o molestias anales persistentes, es imprescindible consultar a un profesional sanitario. Las fisuras anales pueden ser embarazosas y dolorosas, pero también pueden ser signo de otras afecciones médicas subyacentes, como enfermedad inflamatoria intestinal, infección o problemas más graves. El diagnóstico precoz es esencial para un tratamiento eficaz.
  2. Tratamiento de enfermedades crónicas que afectan al ano: Si padece enfermedades crónicas que aumentan el riesgo de fisuras anales, como estreñimiento crónico, diarrea o enfermedad inflamatoria intest inal, es esencial tratarlas adecuadamente. Esto puede incluir cambios en la dieta, medicación prescrita por un profesional sanitario u otras intervenciones específicas.
  3. Prevención de complicaciones y recidivas de las fisuras anales: Una vez diagnosticada y tratada una fisura anal, es esencial tomar medidas para prevenir recidivas y complicaciones. Esto puede incluir el mantenimiento de buenos hábitos dietéticos, como una dieta rica en fibra y una hidratación adecuada para mantener las heces blandas. Los baños de asiento en agua tibia después de defecar también pueden ayudar a evitar que la fisura empeore. Si una fisura anal persiste o reaparece a pesar de las medidas preventivas, consulte a un profesional sanitario para considerar otras opciones de tratamiento.

Fuente:

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6650108/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK526063/

https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/anal-fissure/diagnosis-treatment/drc-20351430

https://www.nhs.uk/conditions/anal-fissure/treatment/

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