El aceite esencial de ciprés, extraído del majestuoso Cupressus sempervirenses un tesoro polifacético de la naturaleza. Durante siglos, ha fascinado a la gente por sus propiedades únicas y sus variados usos en el mundo de la aromaterapia. En este artículo nos adentramos en la esencia misma de este preciado aceite, explorando sus orígenes botánicos, sus componentes químicos distintivos y sus aplicaciones terapéuticas. Nuestro viaje nos llevará a través de rigurosos estudios científicos y prácticas ancestrales, desvelando los secretos del aceite esencial de ciprés y su importancia en la medicina alternativa moderna. Tanto si es usted un entusiasta de la aromaterapia, un profesional de la salud natural o simplemente siente curiosidad por las maravillas de la fitoterapia, este artículo le ofrece una perspectiva exhaustiva y esclarecedora sobre una de las joyas de la naturaleza.
¿Cuáles son las características del ciprés?
El ciprés, cuyo nombre botánico es Cupressus sempervirens, pertenece a la familia Cupressaceae.
¿Cuáles son sus atributos botánicos?
El Cupressussempervirens, también conocido por el sinónimo C. Fastigiata DC, es un árbol imponente. Su corteza es lisa, de color gris rojizo. Sus ramas y ramitas son irregulares, muy apretadas, erguidas y forman una copa larga y estrecha. Sus hojas, dispuestas en cuatro filas, son triangulares y presentan una forma glandular en su superficie dorsal.
Las flores del árbol son monoicas, agrupadas en amentos terminales. Las flores masculinas son pequeñas y ovoides, mientras que las femeninas son subglobosas, con unas 6 a 12 escamas. Los conos son de color marrón grisáceo brillante, subglobosos y de 2 a 3 cm de ancho. Son dehiscentes, es decir, se abren para liberar sus semillas. Las escamas del cono tienen forma de cruz, son gruesas, leñosas y perennes. Terminan en un escudete tetragonal mucronado hacia el centro. Las semillas son numerosas, ovoide-comprimidas, estrechamente aladas y el árbol suele tener de 2 a 3 cotiledones.
¿Dónde crece?
El ciprés se cultiva con frecuencia en jardines y cementerios de toda Francia, sobre todo en la región meridional. Originario de Europa del Este y Asia Occidental, este árbol florece en abril. La fructificación tiene lugar en otoño del segundo año.
Los cipreses, pertenecientes al género Cupressus, son originarios de las regiones templadas cálidas del hemisferio norte. El número de especies incluidas en este género puede variar, oscilando entre 16 y más de 31 según la clasificación. Muchas especies de cipreses se cultivan como árboles ornamentales.
Entre estas especies, el ciprés común ocupa un lugar emblemático en la flora mediterránea. A menudo se asocia a los cementerios, donde simboliza el luto en las regiones mediterráneas. Los cipreses son coníferas y se encuentran en diversos lugares de las principales regiones templadas cálidas y subtropicales del hemisferio norte. Su área de distribución nativa se extiende desde el oeste de Norteamérica y Centroamérica hasta el norte de África, Oriente Próximo, el Himalaya, el sur de China y el norte de Vietnam.
¿Cómo se utiliza el aceite esencial de ciprés?
El aceite esencial se extrae por destilación al vapor de las ramas frondosas. Aproximadamente 1 kg de ramas de ciprés produce 10 ml de aceite esencial.
¿Cómo actúa?
El aceite esencial de ciprés contiene diversos compuestos:
- Monoterpenos (52-77%): alfa-pineno, delta-3-careno, limoneno, terpinoleno
- Éteres metílicos de fenol (~25% ): éter metílico de carvacrol
- Ésteres (~3%): acetato de bornilo
- Sesquiterpenos (~5%)
- Sesquiterpenoles (2-7%): cedrol
El aceite esencial de Ciprés de Provenza, rico en alfa-pineno, regula la secreción bronquial. También estimula las glándulas mucinas, favoreciendo la expectoración a través de la tos. Del mismo modo, el alfa-pineno ejerce una acción descongestionante venosa beneficiosa en el tratamiento de los trastornos venosos acompañados de edema.
El aceite esencial de Ciprés de Provenza posee una notable acción antiinflamatoria al inhibir la 5-lipooxigenasa y reducir la síntesis de leucotrienos.
El ciprés posee una acción antivírica, en particular contra el virus VHS-1. La elevada concentración de alfa-pineno (40 a 65%) de este aceite esencial lo convierte en un agente eficaz contra las infecciones víricas y bacterianas.
El aceite esencial de Ciprés de Provenza es muy eficaz contra contra las bacterias y los hongosgracias a la presencia de monoterpenos. El acetato de alfa-terpenilo contenido en este aceite esencial actúa sobre el sistema nervioso dirigiéndose a los canales iónicos, ayudando a aliviar los espasmos musculares.
Además de estas propiedades principales, también posee propiedades antioxidantes.
¿Cuáles son sus indicaciones científicas?
El aceite esencial de ciprés tiene actividades científicamente reconocidas. Tiene un marcadoefecto descongestionante venoso y linfático, ayudando a mejorar la elasticidad de las venas. También es beneficioso comovasoconstrictor.
Este aceite esencial es muy eficaz comoantitusígeno, ayudando a aliviar la tos. También tiene propiedades mucolíticas moderadas, que pueden ayudar a licuar la mucosidad. Como bactericida, es moderadamente eficaz.
El aceite esencial de ciprés de Provenzaposee importantes propiedades espasmolíticasque ayudan a aliviar los espasmos musculares.
Es especialmente útil para descongestionar la próstata en el hombre y la pelvis en la mujer, lo que demuestra su amplia aplicación. Tiene un ligero efecto estrogénico.
¿Cuáles son sus indicaciones tradicionales?
Este aceite esencial se recomienda para tratar los problemas de congestión venosa, como las hemorroides, las varices y los edemas de los miembros inferiores.
Es beneficioso para aliviar la congestión prostática en los hombres y la congestión ovárica en las mujeres. El ciprés puede utilizarse con éxito para tratarla enuresis infantil (incontinencia urinaria nocturna).
El aceite esencial de Ciprés de Provenza se recomienda para el tratamiento de la tos espasmódica y la tos ferina.
Es útil para el drenaje linfático y para combatir la retención de líquidos y la celulitis. Este aceite esencial puede ser beneficioso para reducir los síntomas del síndrome menopáusico, en particular la retención de líquidos.
Este aceite esencial también puede utilizarse para combatir la piel de naranja y la celulitis. Se utiliza habitualmente en productos cosméticos para afinar la silueta, sobre todo en nalgas, muslos y caderas. También puede ser eficaz para combatir la sudoración excesiva.
¿Cuáles son sus indicaciones energéticas?
- En la medicina ayurvédica, el aceite esencial de ciprés se asocia al chakra raíz (1, Muladhara) y al chakra coronal (7, Sahasrara).
- Favorece el desarrollo de la confianza en uno mismo y facilita la toma de decisiones. Su energía ayuda a anclarnos más firmemente en la realidad. Ayuda a evitar la dispersión y el derroche de energía vital.
- El aceite esencial de ciprés puede utilizarse para combatir la depresión estacional y desterrar los pensamientos sombríos. También se utiliza como parte del proceso de duelo.
¿Cómo utilizar este aceite esencial?
Dadas sus múltiples aplicaciones, el aceite esencial de ciprés puede tomarse de varias formas. No obstante, se deben tomar precauciones al utilizarlo.
¿Qué dosis elegir?
Los beneficios para la salud y los usos del aceite esencial de ciprés son variados y abarcan varios ámbitos.
En aplicación tópica, siempre diluido al 20%, se pueden distinguir los siguientes usos:
- Transpiración excesiva: directamente en axilas, manos o plantas de los pies.
- Celulitis y problemas de circulación: masaje en las piernas de abajo hacia arriba.
- Congestión ORL: masaje en la columna vertebral, la espalda, el pecho y las plantas de los pies.
- Gripe: masaje a lo largo de la columna vertebral y las plantas de los pies.
- Rinitis alérgica, nasofaringitis : masajear a lo largo de la columna vertebral y las plantas de los pies.
- Sinusitis: Diluir en un aceite vegetal y aplicar en los senos paranasales.
- Tos: Diluir en un aceite vegetal y masajear a lo largo de la columna vertebral, la parte superior de la espalda, los hombros y las plantas de los pies.
La difusión y la inhalación también se utilizan mucho en determinados casos:
- Congestión ORL y gripe: por olfacción, difusión o inhalación. Otra opción es mezclarlo en una base neutra y añadirlo al agua del baño, previa consulta con un profesional sanitario.
- Nariz tapada: Por olfacción, difusión o inhalación.
- Rinitis alérgica, nasofaringitis: por olfacción, difusión o inhalación.
- Sinusitis : por olfacción, difusión o inhalación.
- Tos: por olfacción, difusión o inhalación.
- Habitación de enfermos, convalecencia, epidemias: uso por difusión atmosférica u olfacción inhalando unas gotas en un pañuelo.
- Bienestar psicológico: utilizar por olfacción o difusión. También puede diluirlo en una base neutra para añadirlo al agua del baño.
- Falta de concentración: utilice el aceite esencial de ciprés por vía olfativa o en difusión
Es indispensable consultar a un profesional de la salud para ciertas aplicaciones específicas, en particular para uso interno.
¿Cuáles son las precauciones de empleo?
Es imprescindible tomar ciertas precauciones al utilizar el aceite esencial de Ciprés de Provenza. Si padece asma o epilepsia,consulte siempre a un profesional de la salud antes de utilizarlo, ya que dosis elevadas pueden tener un efecto epileptógeno.
Cuando se aplica sobre la piel, el aceite esencial de Ciprés de Provenza debe diluirse un 20% en un aceite vegetal (20% de aceite esencial y 80% de aceite vegetal). Esta dilución es necesaria porque este aceite es rico en terpenos y puede provocar irritaciones cutáneas.
Las mujeres embarazadas pueden utilizar este aceite esencial como aplicación cutánea, pero sólo bajo consejo médico. También debe diluirse.
Este aceite esencial sólo debe ingerirse durante un periodo corto. Para ello se requiere la supervisión de un profesional de la salud. Debe evitarse su uso prolongado sin consejo terapéutico. Las dosis elevadas durante un periodo prolongado pueden tener efectos nefrotóxicos.
La difusión atmosférica del aceite esencial de Ciprés de Provenza es adecuada para las mujeres embarazadas y los niños a partir de 8 años.
Cabe señalar que este aceite esencial no está recomendado para personas con antecedentes de cánceres hormonodependientes como los de mama, útero o testículos. Tampoco se recomienda en casos de mastosis o fibromas. El uso del ciprés no se recomienda en casos de flebitis y contraindicaciones a los estrógenos.
¿Cuál es la historia antigua del ciprés?
Los cipreses, estos majestuosos árboles, han sobrevivido a los tiempos con diferentes significados y usos. Su historia milenaria es un relato fascinante que nos lleva desde la Antigüedad hasta nuestros días, revelando creencias, usos médicos y un profundo simbolismo.
¿Para qué se utilizaban los cipreses en la Antigüedad?
En la Antigüedad, los cipreses se utilizaban con diversos fines simbólicos. A menudo se asociaban al culto de los muertos y a la decoración de los cementerios por su follaje oscuro y su verdor constante, símbolo de inmortalidad. Pruebas históricas, como una tablilla de arcilla del año 2080 a.C. hallada en Mesopotamia, hacen referencia al uso de aceite perfumado de ciprés. Además, estos árboles figuraban en antiguos monumentos dedicados al arte de curar.
¿Qué papel desempeñaba el ciprés en el antiguo Egipto?
El ciprés formaba parte del material médico utilizado por los antiguos egipcios, como atestiguan diversos papiros. Su madera, de color amarillo rojizo y prácticamente incorruptible, se utilizaba para fabricar sarcófagos para las momias.
En el siglo III d.C., el filósofo cristiano Orígenes veía en el ciprés la imagen de las virtudes espirituales, siendo el buen olor que desprende el de la santidad. Este simbolismo no es sólo antiguo, sino universal. Las mismas creencias se encuentran en China y Japón con respecto a otras especies, los Chamaecyparis (palabra que procede del griego y significa ciprés bajo, cercano a la tierra) de los botánicos, que se parecen al ciprés y pertenecen como él a la familia de las Cupressaceae.
¿Cómo lo utilizaban los griegos y los romanos?
Hace unos 4.000 años, el aceite extraído de sus hojas y conos se utilizaba para tratar todos los trastornos del sistema venoso, en particular las hemorroides, las varices y los trastornos de la menopausia. En el siglo V a.C., Hipócrates añadió a estas indicaciones los trastornos urinarios y, en el siglo II d.C., Galeno añadió la diarrea.
En Grecia, el ciprés era a la vez un medicamento y un material utilizado para honrar a las divinidades. Pitágoras lo recomendaba para este fin, junto con el cedro, el laurel, el mirto y el roble.
Planta naturalizada muy antigua, se encuentra en dos islas mediterráneas, Creta y Chipre, llevada allí por los fenicios. Desde allí, se extendió a Grecia e Italia (con algunas dificultades de aclimatación, según Plinio), y después a toda la región mediterránea (sur de Francia, España, Marruecos, Egipto, etc.), al tiempo que seguía un camino en sentido inverso hacia el norte de la India y China.
Cuando el paciente no estaba afectado por estas patologías dolorosas, se le ordenaba dirigirse a un bosque de cipreses para que el enfermo pulmonar pudiera beneficiarse de sus saludables exhalaciones.
Curiosamente, ninguna de las indicaciones hipocráticas se encuentra en las obras de Dioscórides. Éste señalaba la virtud diurética del ciprés, que describía como remedio urinario, así como su acción sobre la esfera respiratoria (opresión torácica, disnea, asma, tos, etc.), lo que le llevaba a utilizar agallas de ciprés machacadas y maceradas en vino. Los conos de ciprés también se utilizaban para tratar trastornos gastrointestinales. “Incorporados con cera y colocados sobre el estómago, lo fortifican”.
Mucho más tarde, Serenus Sammonicus se apartó claramente de este cuadro terapéutico. Recomienda el ciprés para el dolor de vejiga, la gota y los trastornos genitales masculinos. Más concretamente, afirma que el ciprés es eficaz “contra las rupturas nerviosas, los dolores y las contracciones”.
¿Y en Oriente Próximo?
Antes de adornar la Costa Azul y desempeñar un útil papel como baluarte contra el viento y la arena, el ciprés arraigó en Asia Menor. Su presencia está documentada en un antiguo texto asirio del siglo XVI antes de Cristo.
En la época del rey Asir bel Nisêsu, los asirios y los babilonios atestiguan que el ciprés ya se utilizaba desde hacía mucho tiempo, pues se recomendaba para “el dolor y el picor de los cimientos”.
Los asirios utilizaban el ciprés con fines medicinales, dándolo “para remediar el picor de las nalgas”, lo que hoy sabemos que es uno de sus principales usos, ¡como tratamiento coadyuvante de las hemorroides! Este uso también fue recomendado en la medicina griega por Hipócrates (siglo IV a.C.).
En Irán, según la tradición, se corta una caña (llamada caña curativa) de la 3ª rama de un ciprés, partiendo del suelo, para alejar las enfermedades.
En Babilonia, unas tablillas de arcilla con caracteres cuneiformes (es decir, en forma de “clavo” o “cuña”, del latín cuneus) hablan de la existencia del ciprés, que, junto con el sauce, era una de las principales plantas de la farmacopea babilónica.
¿Qué representaba el ciprés en la medicina asiática?
En la antigua China, se decía que las semillas de estas coníferas tenían el poder de promover la longevidad. Quemar estas mismas semillas ayudaba a detectar vetas de oro y jade en el suelo. Estas sustancias se consideraban incorruptibles y, por tanto, inmortales. Frotándose los pies con resina de Chamaecyparis, la gente creía que podía caminar sobre el agua. En Japón, donde forma magníficos bosques de montaña, el hinoki es un árbol sagrado. Se planta cerca de los templos pertenecientes al culto sintoísta, la antigua religión autóctona, y su madera se utilizaba para construir los santuarios más venerados, así como el palacio del emperador, él mismo una figura divina.
¿Cómo evolucionó el ciprés en la Edad Media?
Sus propiedades antihemorroidales ya se mencionaban en la Edad Media en l’Arbolayre, el primer herbario impreso en Francia en 1486.
Hildegarde sólo recomendaba el ciprés como remedio contra la diarrea y para aliviar la debilidad general del organismo. Las propiedades antihemorroidales del ciprés reaparecieron en otras grandes obras de la Edad Media: la Circa instans, elHortus sanitatis y, sobre todo, elArbolayre. Se recomendaba una decocción acuosa de hojas y agallas de ciprés para tratar las hemorroides fluyentes. Añadir polvo de ciprés a la comida también es muy beneficioso contra esta afección.
El cupresso desempeña la misma función en los cementerios, protegiendo de las almas errantes, los duendes y los demonios, como relata Hildegarda de Bingen en su Physica: “Si alguien está hechizado por el diablo o por la magia, toma un poco de la madera del centro de este árbol, ahuécala con una barrena y recoge agua de un manantial vivo en una vasija de barro, pasándola por el agujero de la madera […]. Que se le dé a beber esta agua, cuando esté ayunando, nueve días seguidos, porque está atormentado o hechizado por el diablo, por fantasmas o por magia, y se curará”. Así pues, la madera de ciprés se consideraba un talismán contra las entidades demoníacas, ya que “el diablo rehúye con desdén todo lo que es virtuoso, porque él mismo no tiene virtud”.
¿Qué influencia tienen los cipreses en los tiempos modernos?
“¿Quién no recuerda esos paisajes mediterráneos donde los oscuros cipreses alzan sus columnas estrechas y enlutadas contra el violento azul del cielo? La fascinación de Fournier por los cipreses puede parecernos parte integrante del paisaje provenzal. Sin embargo, este huésped tan típico del Mare nostrum no es originario de él, como tampoco lo es de Francia.
Si la vemos aquí, es porque fue traída a Europa occidental y plantada. Sin él, Vincent Van Gogh nunca habría podido realizar la serie de cipreses de Arlés. Entre ellos figura la famosa Noche estrellada de mayo de 1889. Se trata de una escena en la que se asienta un pequeño pueblo, con el campanario de la iglesia elevándose hacia el cielo, igual que la enorme punta de ciprés que ocupa y sombrea el espacio de la izquierda del cuadro.
Valnet (siglo XX) la recomendaba para trastornos circulatorios como varices y hemorroides. También lo recomendaba para los trastornos ováricos como la dismenorrea, las hemorragias menstruales y la menopausia. Según él, también es eficaz contra infecciones como la tos ferina y la gripe. Otro uso descrito es para la sudoración de los pies.
¿Qué creencias y simbolismo han rodeado al ciprés a lo largo de los siglos?
El ciprés ha sobrevivido al paso del tiempo, dejando tras de sí un rico legado de creencias y simbolismo. Desde la Antigüedad hasta nuestros días, estos árboles han estado íntimamente ligados a la historia de muchas civilizaciones, impregnando la sociedad de profundos significados.
¿Cuál era el papel bíblico del ciprés?
Elciprés tiene un carácter sagrado: forma parte de la trilogía bíblica de maderas sagradas del Templo de Salomón (cedro, ciprés, sándalo). Se utilizaba para templos y tumbas. Se define como símbolo de muerte y resurrección, inmortalidad, trascendencia, “fuego” regenerador, imputrescibilidad e incorruptibilidad.
El ciprés se utilizaba para los ataúdes de dignatarios en muchas sociedades antiguas. Los féretros de los Papas siguen esta tradición: Juan Pablo II no fue una excepción cuando murió en 2005.
¿Qué papel desempeñaban los cipreses en la mitología griega y romana?
En Grecia, existían arboledas sagradas de cipreses cerca de los templos dedicados a diversas divinidades: Apolo, Hermes, Rea, Laïs, Belerofonte, Asclepio, etc.
Pero el ciprés es más conocido como símbolo de las divinidades infernales u “oscuras”. A veces se cita a Cronos o a Beroth, la diosa ctónica chipriota. Pero es invariablemente Hades entre los griegos, Plutón entre los romanos, cuyos sacerdotes son coronados con ramas de ciprés.
Los poetas califican deliberadamente de siniestros los lugares ocupados por esta divinidad de los infiernos: “Es un caos, son rocas erizadas de piedra pómez, que sólo aman los sombríos cipreses que se yerguen a su alrededor”. Es en medio de esta morada donde Plutón levanta la cabeza, marcado por las llamas y las cenizas blancas de las piras”.
Ovidio atribuye esta conífera a Kyparissos, quien, inconsolable por haber matado inadvertidamente a un ciervo, se transformó en ciprés. Este joven cretense vivía con un ciervo manso, al que hirió sin querer con una jabalina. Desconsolado por la muerte del animal, y queriendo morir él mismo, se transformó en ciprés. Apolo dijo al hombre convertido en árbol: “Lloraré siempre por ti, y tú llorarás por los demás y compartirás su dolor”. Este hombre debía de ser sin duda un dios-árbol. Su animal sagrado, el ciervo, es el símbolo del renacimiento perpetuo de la vida. Reunir en un mismo mito un emblema vegetal y otro animal, ambos con idéntico significado semántico, era una forma de reflejar el hecho de que, si bien el ciprés encarna la idea de mortalidad y finitud, también es portador de inmortalidad.
Del mismo modo, el poeta Horacio veía en el ciprés “el doble papel de la generación y la muerte”. Para él, como para Séneca, no puede ser otra cosa que un árbol triste. Sabe y no acepta que el ciprés le sobrevivirá necesariamente. Virgilio no estaba lejos de pensar lo mismo, pero sin inyectar tanto mal humor en sus palabras como el autor de las Odas, que murió con menos de 57 años.
¿Qué creencias vinculaban al Antiguo Egipto con los cipreses?
Estas indicaciones médicas no deben ocultar el carácter sagrado del ciprés para muchas civilizaciones. Por ejemplo, el hecho de que en Egipto fuera uno de los ingredientes rituales del kyphi nos dice algo sobre esta dimensión.
Si el ciprés se describe como elárbol de la vida, es por su durabilidad y su evidente naturaleza semper virens. Tiene la persistencia y durabilidad necesarias para ser perenne. Además, su madera es imputrescible. De hecho, contiene una resina que la hace impermeable a las alimañas. Por eso los egipcios, horrorizados por los gusanos, tallaban sarcófagos de madera de ciprés. Más tarde, los ataúdes de los dignatarios de muchas sociedades antiguas siguieron este ejemplo. Como todos los árboles fálicos, el ciprés es un símbolo de la generación, la muerte y el alma inmortal.
¿Qué relación existía entre las creencias del Imperio Persa, el Imperio Chino y los cipreses?
En Persia, el ciprés era considerado el árbol primitivo del paraíso para los antiguos iraníes. Este árbol se atribuía a una divinidad como Ormuzd, que era por el contrario un dios solar. Este último “veía en la forma del ciprés, cuya punta afilada se eleva hacia el cielo, el representante vegetal del fuego generador […]; por eso se encontraba delante de todos los templos dedicados al fuego, en el patio del palacio real y en el centro mismo de los jardines de recreo que debían reproducir, aunque débilmente, el recuerdo del paraíso perdido”.
Así lo atestigua el ciprés de Zoroastro de Abarkouh(Irán), de casi 4.500 años de antigüedad. Nos obliga a recordar que, en tiempos de los profetas, se veneraba a estos notables cipreses. Tales árboles eran entonces “el emblema más augusto y general de la divinidad femenina en el doble papel de generación y muerte”.
Por su verticalidad y su sólido anclaje en la tierra, para los chinos representaba el puente que unía el Cielo y la Tierra. Por ello, su aceite esencial se utiliza especialmente como agente de transición y separación. El aceite esencial de ciprés se utiliza para aliviar el dolor de las personas demasiado centradas en su pasado o incapaces de proyectarse hacia delante sin miedo.
Referencias:
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4052795/
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- https://www.researchgate.net/publication/236784045
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- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5435909/
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