Spirulina, un alicament de excepción

La espirulina, a menudo confundida con las algas, procede en realidad de las cianobacterias del género Arthrospira. Estas microscópicas bacterias azules realizan la fotosíntesis. Históricamente, el pueblo Kanem de Chad y los aztecas la comían en forma de empanadillas o queso. En el siglo XX se redescubrió como complemento alimenticio. La producción comercial comenzó en la década de 1970. Arthrospira platensis, la especie más extendida, se cultiva principalmente en China, que representa el 50% de la producción mundial. También se encuentra en Estados Unidos, Francia y países africanos como Costa de Marfil, Malí y Burkina Faso.

¿Qué es la espirulina?

Historia de la espirulina

La espirulina es una microalga de agua dulce que existe desde hace más de 3.000 millones de años.

La espirulina era conocida por los aztecas y otros pueblos mesoamericanos entre 1200 y 1521 d.C., y desempeñaba un papel importante en su dieta. En el siglo XVI, los conquistadores españoles, entre ellos Francisco López de Gómara, se refirieron al consumo de espirulina. La comparaban con el queso por su sabor salado. Sin embargo, este hábito alimenticio decayó tras la conquista española. A ello contribuyó el drenaje de los lagos alrededor de México-Tenochtitlan. No obstante, el sacerdote Francisco Javier Clavijero todavía da testimonio de su uso en 1780.

Los aztecas llamaban a este producto “tecuitlatl”, término náhuatl que puede significar “excremento sagrado” o “excremento de piedra”. Su redescubrimiento moderno tuvo lugar a orillas del lago de Texcoco en la década de 1960, donde abundaba la Arthrospira maxima.

En Chad, la espirulina, de la especie Arthrospira platensis, se utiliza para combatir la desnutrición. La espirulina, rica en proteínas y vitaminas A y B12, cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Se consume en el Imperio Kanem desde el siglo IX. Sigue formando parte de la dieta en forma de tortas “Dihé”. Éstos contribuyen de forma significativa a las necesidades nutricionales.

La espirulina fue redescubierta por los países industrializados en la década de 1970. En los años 50 y 60, los etnólogos Max-Yves y Monique Brandily documentaron el uso de la espirulina en Chad. Posteriormente, el botánico belga Jean Léonard introdujo estas proteínas en Occidente. Allí se popularizaron como superalimento.

Botánica

La espirulina es una cianobacteria del tipo “procariota verdadero”, que a menudo se confunde con una microalga verde azulada. Su estructura en espiral, que sólo puede observarse en entornos favorables, procede de la palabra latina “spira”. Pertenece al género Arthrospira, que es diferente de la espirulina, a pesar de algunas similitudes microscópicas. La Spirulina (Arthrospira) maxima y la Spirulina (Arthrospira) platensis se utilizan principalmente como alimento.

Crecen de forma natural en lagos alcalinos de regiones cálidas, que requieren temperaturas del agua de entre 35 y 40°C, ricas en diversos nutrientes y con una fuerte exposición al sol. Estas condiciones específicas limitan la presencia de otros microorganismos. La espirulina, que mide entre 50 y 500 µm de longitud, se reproduce rápidamente por escisión asexual y puede flotar gracias a vacuolas de gas. A altas temperaturas, entra en estado de reposo.

La espirulina es foto-lito-autótrofa, fotosintetiza, se alimenta de minerales y es capaz de transformar el nitrógeno atmosférico. Crece en la superficie de los lagos tropicales y se utiliza principalmente por sus cualidades nutritivas y como colorante. La clasificación de la espirulina ha evolucionado para incluir varias especies estrechamente relacionadas bajo el género Arthrospira, como Arthrospira maxima, Arthrospira fusiformis y Arthrospira indica. En Europa se considera un alimento y la FDA estadounidense le ha concedido el estatus GRAS. Ocupando una posición única en la frontera entre los reinos animal, vegetal y bacteriano, la espirulina es una cianobacteria, visible al microscopio por su estructura de filamentos en espiral.

Su composición y propiedades

Su riqueza y su alta digestibilidad explican por qué este fitoplancton se utiliza en la alimentación humana desde la antigüedad. Contiene :

  • proteínas (60-70% de su masa seca)
  • ácidos grasos esenciales gamma-linolénico y linoleico
  • oligoelementos (sobre todo hierro)
  • sales minerales
  • vitaminas (incluida la B12, tan apreciada por los vegetarianos)

El valor nutritivo de la espirulina ha quedado demostrado por un gran número de investigaciones realizadas desde los años sesenta. Un estudio publicado en el Journal of Nutrition and Food science clasificó a la espirulina como uno de los principales alimentos antioxidantes, junto con ciertos cítricos. A la ficocianina, responsable del color azul verdoso de la espirulina, se le atribuyen todo tipo de virtudes: antioxidante, antirradicales libres, antiinflamatoria, inmunoestimulante, favorece la producción de glóbulos rojos, desintoxica el hígado, protege las células… ¡y la lista continúa!

La espirulina es unalimento completo y merece ser incluido en nuestra dieta diaria como un alimento “excepcional”. La espirulina es rica en proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes. También contiene clorofila, que le da su color verde, y ficocianina, un pigmento con propiedades antiinflamatorias.

Beneficios de la espirulina para la salud

Mejora del sistema inmunitario

La espirulina refuerza el sistema inmunitario estimulando la producción de glóbulos blancos y ayudando a producir anticuerpos. Por lo tanto, es un aliado ideal para prevenir las infecciones y apoyar al organismo en caso de enfermedad.

El sistema inmunitario protege al organismo contra los agentes patógenos y elimina los componentes alterados. Sin embargo, un desequilibrio, sobre todo debido al estrés crónico, puede debilitar este sistema, aumentando la vulnerabilidad a las infecciones. Las hormonas glucocorticoides y la histamina segregadas en respuesta al estrés pueden agotar el sistema inmunitario y favorecer la inflamación.

Los estudios realizados en truchas y peces han demostrado que la espirulina estimula la inmunidad. En las truchas, la suplementación con espirulina aumentó la supervivencia y los glóbulos blancos frente a la infección por Vibrio harveyi. En los peces, la espirulina aumentó la resistencia a Pseudomonas fluorescens, gracias a una mejor actividad bactericida y fagocítica.

Alrededor del 70% de la inmunidad humana reside en el intestino. Una alimentación desequilibrada puede alterar la mucosa y la flora intestinales, lo que provoca inflamaciones crónicas y una disminución de la inmunidad. La espirulina parece desempeñar un papel en la regulación de la inflamación intestinal al restablecer el equilibrio de la microbiota.

Además, la exposición crónica a metales pesados puede mermar la inmunidad. La espirulina contiene clorofila, que quelatiza estos metales, favoreciendo su eliminación. Sin embargo, también puede acumular metales pesados, por eso es tan importante elegir espirulina procedente de cultivos regulados y probados.

La espirulina actúa como tónico inmunitario, estimulando los glóbulos blancos y rojos. Para la prevención, se recomiendan de dos a tres gramos de espirulina al día para los adultos y un gramo para los niños. Estas dosis se recomiendan especialmente en los cambios de estación o en periodos de estrés. En caso de estrés intenso o infección, la dosis puede aumentarse a cinco gramos al día.

Energía y resistencia

Gracias a su contenido en proteínas, vitaminas y minerales, la espirulina es una fuente natural de energía que ayuda a combatir la fatiga. También es beneficiosa para los deportistas, ya que mejora la resistencia y la recuperación después del ejercicio.

Los deportistas reconocen la espirulina como un suplemento natural que mejora el rendimiento físico, sin estimulantes ni anabolizantes. Compensa la pérdida de glucógeno durante el ejercicio, aportando hidratos de carbono bien asimilados por el organismo. Por lo tanto, previene la hipoglucemia reactiva. Fuente de ácidos grasos esenciales, la espirulina contribuye a la renovación de los lípidos y favorece una buena circulación sanguínea.

Rica en vitaminas del grupo B, la espirulina actúa en la cadena respiratoria y reduce las especies reactivas del oxígeno, proporcionando un efecto antioxidante. La vitamina B12 que contiene transforma los alimentos en energía. También ayuda a sintetizar el hierro y la vitamina C. La vitamina B9, presente en la espirulina, es esencial para la renovación celular y la producción de glóbulos rojos.

Fuente importante de hierro, la espirulina responde a las necesidades crecientes de los deportistas. Aporta oligoelementos y minerales vitales como potasio, magnesio, calcio, selenio, manganeso, cobre y zinc. Estos elementos ayudan a prevenir los calambres musculares y facilitan el reciclaje del ácido láctico.

La ficocianina de la espirulina mejora la oxigenación celular y estimula la producción de glóbulos rojos. Rica en proteínas y aminoácidos esenciales, incluidos los BCAA (leucina, isoleucina, valina), refuerza los músculos, favorece la recuperación y reduce la degradación muscular después del ejercicio.

Para los deportistas, la espirulina es beneficiosa antes, durante y después del ejercicio. Aporta energía, limita la degradación muscular y favorece la recuperación. Después del ejercicio, su efecto saciante y su bajo aporte calórico la hacen ideal para quienes desean controlar su peso.

Ayuda al corazón y a la circulación sanguínea

La espirulina favorece la salud cardiovascular reduciendo el colesterol malo y aumentando el bueno. También ayuda a reducir la presión arterial y a mejorar la circulación.

En Francia, las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad, con unas 180.000 muertes al año.

Un programa nacional pretende reducir los riesgos cardiovasculares. Está mejorando la atención e identificando los factores de riesgo: herencia, sedentarismo, tabaquismo, alimentación, estrés. Los trastornos cardiovasculares están relacionados con un desequilibrio entre las lipoproteínas LDL (colesterol “malo”) y HDL (colesterol “bueno”). Un exceso de LDL favorece la acumulación de colesterol en las arterias, formando placas de ateroma y aumentando el riesgo de infarto.

Una dieta equilibrada, enriquecida con enzimas, vitaminas, minerales y antioxidantes, es crucial para mantener el equilibrio LDL/HDL, protegiendo la salud vascular. La espirulina, rica en estos nutrientes, ayuda a prevenir los trastornos cardiovasculares. Reduce los niveles de LDL y aumenta los de HDL gracias a la vitamina B3 y a los ácidos grasos esenciales como el ácido gamma-linolénico. Estos elementos favorecen la producción de prostaglandinas, regulan el colesterol, mejoran la flexibilidad de las membranas celulares y reducen la viscosidad de la sangre.

Los estudios en animales han demostrado que la espirulina y otras algas similares, como la chlorella, inhiben el aumento del colesterol sérico y las lesiones ateromatosas. La espirulina también mejora la fluidez de las membranas de los glóbulos rojos y de las células endoteliales vasculares.

Cabe señalar que la espirulina no sustituye a una dieta equilibrada ni a un estilo de vida saludable. Se puede aconsejar el consumo de espirulina a las personas con alto riesgo cardiovascular. La dosis recomendada es de hasta cinco gramos al día durante al menos dos meses, además de una dieta adecuada.

Ayuda a perder peso

La espirulina es un supresor natural del apetito que ayuda a controlarlo y a reducir los antojos. Además de ser rica en nutrientes, tiene un bajo contenido calórico, lo que la convierte en un interesante aliado para perder peso.

El aumento mundial de los casos de sobrepeso y obesidad es alarmante. En Estados Unidos, por ejemplo, dos tercios de la población tienen sobrepeso y un tercio padece obesidad. La Organización Mundial de la Salud describe esta situación como “globesidad”, una epidemia mundial. La obesidad es el resultado de una ingesta energética superior a las necesidades, que conduce al almacenamiento del exceso de energía en forma de triglicéridos en el tejido adiposo.

Hay dos explicaciones principales para el aumento de la obesidad: un mal funcionamiento del metabolismo de la leptina, la hormona que regula la saciedad, y la proliferación de la comida basura. No existe un remedio milagroso para perder peso; se requiere una alimentación equilibrada, una actividad física regular y un entorno psicoemocional favorable.

Los complementos alimenticios, incluida la espirulina, pueden ayudar en este proceso. No sustituyen a la dieta, sino que complementan la ingesta de nutrientes esenciales. Rica en polisacáridos y aminoácidos, la espirulina ayuda a sentirse saciado. También es una fuente de cromo, un oligoelemento que modera el apetito y regula el metabolismo del azúcar y los lípidos.

Como fuente de proteínas, la espirulina ayuda a transformar la masa grasa en masa muscular. Los farmacéuticos pueden asesorar a los pacientes que desean perder peso. Una vez reequilibrados el estilo de vida y la dieta del paciente, se puede sugerir la espirulina como suplemento. Es esencial subrayar que la espirulina no es un remedio milagroso, sino un complemento. Para maximizar su efecto saciante, la dosis recomendada es de tres gramos con un gran vaso de agua unos treinta minutos antes de las comidas.

Salud digestiva

La digestión es crucial para la asimilación de nutrientes y el buen funcionamiento del organismo. Comienza en la boca con la masticación y la acción de las glándulas salivales, y continúa en el estómago y el duodeno, donde los alimentos se transforman en nutrientes que son absorbidos por la sangre y los vasos linfáticos. Las sustancias no digeridas pasan al colon para su eliminación.

Un procesamiento inadecuado de los alimentos puede provocar inflamación y sobrecargar las glándulas digestivas. Esto conduce a una menor asimilación, desequilibrio intestinal y debilitamiento de la flora intestinal y el hígado, lo que puede provocar enfermedades.

La flora intestinal, esencial para la digestión, descompone los alimentos y ayuda a asimilarlos. El hígado, crucial para la digestión, produce bilis para digerir las grasas.

Los problemas digestivos pueden deberse a una dieta desequilibrada, al estrés o a conflictos emocionales. Es importante buscar la causa, examinando el estilo de vida y la dieta del paciente.

Los farmacéuticos, como profesionales de atención primaria, pueden aconsejar sobre los hábitos de vida y derivar a los pacientes para que reciban asesoramiento dietético. Pueden sugerir la espirulina como suplemento dietético para restablecer un buen equilibrio nutricional, reforzar el sistema inmunitario y reponer las vitaminas y minerales necesarios.

La espirulina estimula la digestión, refuerza la mucosa intestinal y tiene un efecto antimicrobiano, actuando como los probióticos. Aumenta los lactobacilos intestinales y mejora la absorción de vitaminas, lo que resulta beneficioso para las personas que sufren trastornos digestivos.

Los farmacéuticos pueden recomendar de dos a tres gramos de espirulina al día para problemas digestivos leves, y hasta cinco gramos para problemas más graves. No obstante, se recomienda una consulta médica para descartar otras patologías.

Diabetes

Existen dos tipos de diabetes: la de tipo 1, insulinodependiente, con destrucción de las células pancreáticas, y la de tipo 2, más frecuente y ligada al sobrepeso, caracterizada por la resistencia a la insulina. La diabetes de tipo 2 provoca una hiperglucemia debida al agotamiento del páncreas. Su tratamiento incluye antidiabéticos orales y, a veces, inyecciones de insulina.

La OMS prevé un aumento de los casos de diabetes de tipo 2, vinculado a la alimentación, el sedentarismo y el envejecimiento de la población. Se está estudiando el potencial de la espirulina para prevenir y controlar la diabetes.

Las investigaciones demuestran que la espirulina reduce los niveles de proteínas vinculadas a la adipogénesis y la lipogénesis, reduciendo los depósitos adiposos y lipídicos. En ratas diabéticas, mejora la glucemia, el perfil lipídico y ciertos marcadores renales, y reduce los daños hepáticos, pancreáticos y renales.

La espirulina también parece mejorar los parámetros hematológicos y proteger las células pancreáticas en la diabetes de tipo 1. Disminuye la hiperglucemia y el estrés oxidativo, ayudando a prevenir las complicaciones diabéticas.

La ficocianina, un componente de la espirulina, puede estimular la señalización de la insulina. La espirulina disminuye los niveles de triglicéridos y la presión arterial, reduce el estrés oxidativo y aumenta la sensibilidad a la insulina. Reduce la glucemia, el colesterol total y los triglicéridos, y mejora los niveles de colesterol HDL en animales diabéticos.

Por tanto, la espirulina puede complementar los tratamientos médicos de los pacientes diabéticos, especialmente los que tienen dificultades para seguir las recomendaciones dietéticas.

Para todos, todos los días

La espirulina puede tomarse como cura o a diario. Los comprimidos son adecuados para un tratamiento. Para el consumo diario, se recomiendan los polvos o los copos. Pueden espolvorearse en sopas, cereales, zumos de frutas o verduras, o yogures. La espirulina se absorbe mejor de esta forma, sobre todo si se combina con vitamina C.

La espirulina es especialmente útil durante los periodos de crecimiento de niños, ancianos, embarazadas, deportistas y convalecientes. Sin embargo, todo el mundo puede beneficiarse de la espirulina. El Dr. Dupire, experto en la investigación de la espirulina, no ha observado efectos secundarios ni contraindicaciones a su consumo.

El riesgo asociado a la espirulina procede de su potencial quelante, que puede ser problemático si se cultiva cerca de aguas contaminadas, como cerca de ciudades o industrias contaminantes. El poder quelante no sólo sería inútil, sino también peligroso, ya que la espirulina liberaría materiales indeseables en el organismo .

El origen de la espirulina también es crucial para su elección: infórmese sobre los métodos de producción y secado, y elija un productor local. En los últimos años se han instalado en nuestras regiones numerosos productores de espirulina, ¡aprovechemos su trabajo y su compromiso!

Utilización de la espirulina en la alimentación

La espirulina es un superalimento con cualidades nutricionales excepcionales. Nutre el organismo, lo desintoxica y refuerza el sistema inmunitario. La espirulina forma parte de un enfoque global de la salud, en el que el individuo desempeña un papel activo en su propio bienestar.

Complementa una dieta sana y equilibrada. Es rica en nutrientes: vitaminas A, B, E, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, calcio, proteínas y fibra. Muy rica en proteínas, la espirulina contiene todos los aminoácidos esenciales, por lo que es útil para vegetarianos, veganos y crudívoros.

La espirulina es beneficiosa para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, las personas cansadas, los deportistas, las personas mayores y los niños. Favorece el sueño y la belleza de la piel, el cabello y las uñas. También tiene efectos positivos sobre los niveles de azúcar y colesterol en sangre.

En la cocina, puede utilizarse de varias formas: diluido en zumos, mezclado en yogures o compotas, o para condimentar ensaladas, carnes o pescados. Se recomienda consumir de 3 a 5 gramos al día, sin cocinar para preservar sus nutrientes. Un tratamiento de un mes le proporcionará todos sus beneficios.

Para una desintoxicación eficaz, es aconsejable empezar gradualmente, aumentando la cantidad día a día. La espirulina es flexible en su uso, adaptándose a las necesidades y al metabolismo de cada individuo.

Formas y dosis

La espirulina se presenta en varias formas: polvo, comprimidos, cápsulas o copos. La dosis diaria recomendada varía entre 1 y 5 gramos, en función de las necesidades individuales. Lo mejor es empezar con una dosis pequeña e ir aumentándola gradualmente.

La espirulina está disponible en varias formas: copos, polvo, comprimidos y cápsulas, estas últimas habituales en farmacias. También puede encontrarse en una gran variedad de puntos de venta, como supermercados, tiendas de productos ecológicos, sitios en línea, mercados y cultivadores.

La forma en copos es la menos procesada, ya que conserva la espirulina en su estado crudo tras el secado. La espirulina puede añadirse a los platos o comerse directamente. Su sabor y olor pueden ser sorprendentes. Para facilitar su ingestión, se aconseja consumirla con una bebida rica en vitamina C. Evite el té y el café, que limitan la absorción del hierro.

El polvo, elaborado a partir de copos triturados, se utiliza del mismo modo, pero no se disuelve bien en el agua y puede pegarse a los dientes.

Las cápsulas contienen polvo de espirulina, que tiene la ventaja de enmascarar el sabor, pero pueden ser más caras. Los comprimidos, que son los más consumidos, deben cumplir una normativa específica. Su proceso de fabricación puede reducir la calidad de la espirulina, debido a la exposición al oxígeno y la luz, y pueden añadirse aditivos o estabilizantes.

La espirulina debe utilizarse como parte de un estilo de vida saludable. Esto incluye una dieta variada y equilibrada y actividad física. La espirulina no es un medicamento, por lo que no existe una dosis fija. La cantidad recomendada depende de la persona y del efecto deseado. En general, se recomiendan de 3 a 5 gramos al día, sin sobrepasar los 10 gramos para limitar los efectos indeseables. Puede tomarse en tratamientos de varios meses, repetidos a lo largo del año. Es preferible tomarlo durante el día para no perturbar el sueño.

Nuestras ideas de recetas para incorporar la espirulina a su dieta

La espirulina puede añadirse a una gran variedad de platos y bebidas para aprovechar sus beneficios. Aquí tienes algunas ideas para añadirla a tu dieta:

  • En un batido: mezcle espirulina en polvo con fruta, verdura y yogur para obtener un batido energético y nutritivo.
  • Como condimento: espolvoree espirulina en sus ensaladas, verduras o pasta para potenciar su sabor y contenido en nutrientes.
  • En sopas y salsas: añada espirulina en polvo a sus sopas o salsas para darles un toque de color y un extra de vitaminas y minerales.

Precauciones y efectos secundarios

Contraindicaciones

En general, la espirulina es segura para la mayoría de las personas, pero puede no ser recomendable en determinados casos, comoalergias a las algas o al marisco, enfermedades autoinmunes, trastornos hemorrágicos o si está tomando anticoagulantes.

Los pacientes que toman anticoagulantes, en particular fármacos antivitamina K (AVK), deben estar especialmente atentos al consumir espirulina. Al contener vitamina K y tener una potencial actividad antiagregante plaquetaria, la espirulina podría interferir con el tratamiento anticoagulante, especialmente si el equilibrio del INR ya es difícil de mantener. Por tanto, se aconseja a los pacientes que toman AVK que consulten a un médico antes de empezar a tomar suplementos de espirulina.

En el caso de los pacientes que toman medicamentos inmunosupresores, las propiedades inmunoestimulantes de la espirulina podrían reducir la eficacia de estos medicamentos. Hasta la fecha, ningún estudio ha confirmado o refutado esta interacción. Se recomienda evitar el consumo de espirulina en pacientes sometidos a tratamiento inmunosupresor. Esta precaución permanecerá en vigor hasta que nuevas investigaciones científicas aclaren la ausencia de interacción entre la espirulina y estos tratamientos.

Efectos indeseables e interacciones

Los estudios sobre la espirulina, en particular los estudios clínicos y de cultivos celulares, son insuficientes para confirmar sus efectos positivos o negativos en los seres humanos. En 2011, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) destacaron la falta de pruebas científicas para recomendar la suplementación con espirulina, pidiendo más investigación. Los efectos secundarios, aunque poco frecuentes, incluyen náuseas y reacciones alérgicas. La espirulina no se recomienda a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni a personas que padezcan gota, cálculos renales o niveles elevados de ácido úrico.

La Agencia Nacional Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos, el Medio Ambiente y el Trabajo (ANSES) advierte de que la espirulina contiene altos niveles de betacaroteno, lo que puede llevar a superar los límites de ingesta diaria. La espirulina cultivada en ambientes contaminados puede acumular metales pesados y toxinas, por eso es tan importante comprobar su origen y calidad. La ANSES ha notificado casos de reacciones adversas posiblemente relacionadas con el consumo de espirulina, con riesgos de contaminación por cianotoxinas, bacterias u oligoelementos metálicos.

Sin embargo, en dosis bajas (de 3 a 5 gramos al día), la espirulina no parece presentar ningún riesgo significativo para la salud. A diferencia de otras cianobacterias, no está contaminada por toxinas como la microcistina. Las pruebas realizadas en Canadá han confirmado la ausencia de contaminación por toxina A. Recomendamos elegir espirulina cultivada en condiciones estrictamente controladas para evitar los metales pesados.

La espirulina estimula el sistema inmunitario, pero no es adecuada para personas con enfermedades autoinmunitarias. Al contener fenilalanina, no es adecuada para las personas que padecen fenilcetonuria. Las personas que padecen hemocromatosis, enfermedad causada por una absorción excesiva de hierro, deben evitar la espirulina.

En los fumadores, el consumo de altas dosis de betacaroteno puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón, aunque la espirulina contiene cantidades moderadas. En caso de duda o si padece alguna enfermedad específica, es aconsejable consultar a un profesional de la salud antes de empezar a tomar suplementos de espirulina.

Cultivo de la espirulina

Producción e impacto medioambiental

La espirulina, una cianobacteria ecológica con propiedades nutritivas, crece en entornos específicos, contribuyendo así al desarrollo sostenible. Económico en términos de agua y energía, su cultivo reduce el impacto medioambiental y la huella de carbono, sobre todo cuando se produce localmente. También ayuda a limpiar la contaminación del agua, absorbiendo nitratos y fosfatos. Presente de forma natural en los lagos intertropicales, la espirulina (Arthrospira) se multiplica rápidamente en condiciones químicamente hostiles por encima de los 30°C. Tiene una relación ecológica con el flamenco chico, que puede verse en lagos como Natron y Bogoria.

Existen depósitos naturales de espirulina en otros lugares, pero la actividad humana ha reducido su presencia en ciertos ecosistemas. La espirulina se cultiva principalmente en estanques poco profundos, en agua alcalina caliente expuesta al sol. También puede cultivarse en fotobiorreactores cerrados. La naturaleza extremófila de la espirulina permite su cultivo en monocultivo en estas condiciones específicas, lo que reduce el riesgo de contaminación.

Fuente importante de nutrientes esenciales, supera a la soja en rendimiento proteínico por hectárea. Las primeras explotaciones industriales comenzaron en México en los años setenta. En Francia, la producción se inició tarde, en 1998, y se ha diversificado tanto en escala como en métodos, con predominio de pequeñas explotaciones que favorecen la venta directa.

La espirulina francesa se caracteriza por una producción estacional, con algunas explotaciones que utilizan energías alternativas para la invernada. La Fédération des Spiruliniers de France, creada en 2009, agrupa a un gran número de productores, promoviendo prácticas de calidad y un impacto medioambiental reducido. Ante la creciente demanda, la elección de la espirulina, en cuanto a lugar de producción y métodos de cultivo, es crucial para garantizar su calidad. El cultivo de la espirulina requiere agua caliente y alcalina con un pH óptimo y una agitación regular. Tras la cosecha, el secado a baja temperatura preserva sus cualidades nutritivas. Envasada en diversas formas, la espirulina debe almacenarse en un ambiente seco y protegido de la luz para evitar su oxidación. Antes de su comercialización, la espirulina se somete a pruebas microbiológicas y de análisis de metales pesados, lo que garantiza su seguridad y calidad.

Certificaciones y etiquetas de calidad

La agricultura ecológica, o “Bio”, promueve la producción de alimentos sin productos sintéticos como fertilizantes o pesticidas. Se basa totalmente en los recursos naturales. Cumple el pliego de condiciones europeo, adaptado por cada país a través de sus ministerios. Se exige la certificación de organismos autorizados como “AB” o “Ecocert”. La etiqueta “bio” garantiza el cumplimiento de las prácticas ecológicas, aunque no es en sí misma una garantía de calidad.

La espirulina, que no requiere pesticidas, herbicidas ni OMG, se acerca mucho a las prácticas ecológicas. Los productores miembros de la Fédération des Spiruliniers de France (FSF) están comprometidos con las prácticas ecorresponsables. Además, el cultivo de la espirulina consume muy poca agua y energía.

La espirulina se cultiva en Francia en estanques de invernadero, reproduciendo las condiciones naturales de las cianobacterias. La mayoría de las sales minerales utilizadas cumplen las normas europeas de agricultura ecológica. Sin embargo, el uso de nitrógeno sintético, que no es compatible con las normas ecológicas, es un obstáculo para la certificación de la espirulina francesa como producto ecológico.

En 2009, se creó la FSF para elaborar un pliego de condiciones específico para la espirulina ecológica francesa. Tras varios intentos y cambios normativos, incluida la inclusión de la espirulina como “alga marina” por parte de Europa en 2017, se sigue investigando para encontrar fuentes de nitrógeno orgánico compatibles con el cultivo de espirulina.

Además, la espirulina ecológica importada, a menudo etiquetada con etiquetas ecológicas pero producida según normas diferentes, plantea dudas sobre su calidad y trazabilidad. Por ello, recomendamos comprobar el origen de la espirulina antes de comprarla. La FSF fomenta el consumo de espirulina local de alta calidad cultivada de forma ecorresponsable, al tiempo que prosigue sus esfuerzos para obtener la certificación ecológica de acuerdo con sus normas de calidad y ecorresponsabilidad.

Conclusión

La espirulina es un alimento excepcional con múltiples beneficios para la salud. Si la incluyes en tu dieta, podrás aprovechar sus propiedades energizantes, inmunoestimulantes, cardiovasculares y adelgazantes.Peroasegúrate de seguirlas dosis recomendadas y tener en cuenta cualquier contraindicación o efecto secundario. Al elegir una espirulina ecológica de alta calidad, también estarás ayudando a proteger el medio ambiente.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Puede la espirulina sustituir a la carne?

La espirulina es una excelente fuente de proteínas vegetales, pero no puede sustituir completamente a la carne, ya que no contiene todos los aminoácidos esenciales en cantidades suficientes. Por lo tanto, es importante variar las fuentes de proteínas en su dieta.

¿Se puede consumir espirulina durante el embarazo?

La espirulina es rica en nutrientes esenciales para el desarrollo del feto, por lo que puede consumirse durante el embarazo. Sin embargo, es fundamental que consulte a su médico antes de tomar cualquier suplemento dietético, para asegurarse de que es adecuado para su situación personal.

¿La espirulina es adecuada para los niños?

Los niños pueden consumir espirulina en cantidades adecuadas a su edad y peso. Puede ayudar a cubrir sus necesidades de proteínas, vitaminas y minerales, especialmente si tienen dificultades para comer verduras o frutas. Consulte a su pediatra para saber cuál es la dosis adecuada.

¿Se puede tomar espirulina si tengo problemas de tiroides?

La espirulina contiene yodo, un mineral importante para la función tiroidea. Sin embargo, si tiene problemas de tiroides, es esencial que consulte a un médico antes de tomar espirulina, ya que una ingesta excesiva o insuficiente de yodo puede agravar los problemas de tiroides.

Fuentes

  • https://www.passeportsante.net/fr/Solutions/PlantesSupplements/Fiche.aspx?doc=spiruline_ps
  • https://fr.wikipedia.org/wiki/Spiruline_alimentaire#Usages
  • https://hal.univ-lorraine.fr/hal-03297932/document
  • https://www.anses.fr/fr/system/files/NUT2014SA0096.pdf

Deja un comentario