La anemia, definida como una carencia importante de hierro, es un problema de salud pública que afecta a más de mil quinientos millones de personas en todo el mundo. Niños, adolescentes, embarazadas y mujeres en edad fértil están a la cabeza de esta dolencia, que también afecta al resto de la población. En Francia, la carencia de hierro afecta al 25% de las mujeres premenopáusicas, y el 5% padece anemia comprobada. Entre los hombres y las personas mayores, la anemia es menos frecuente, pero no por ello menos preocupante.
Las manifestaciones clínicas son tan discretas como inquietantes: tez pálida, fatiga crónica, dolores de cabeza intermitentes y disminución de la libido son los primeros signos. Una anemia prolongada puede incluso provocar disnea -falta de aliento- al hacer esfuerzos y episodios de mareo.
En este artículo, la farmacia en línea Soin et Nature le ofrece su experiencia para detectar, comprender y tratar la anemia con soluciones naturales. Nuestro objetivo es doble: proporcionarle información precisa y apoyarleen su búsqueda deuna salud óptima, restableciendo su equilibrio de hierro de forma natural y cuidadosa.
¿Qué es la anemia?
La anemia es una enfermedad que afecta a la cantidad o calidad de los glóbulos rojos. Se define por un descenso del nivel de hemoglobina contenida en los glóbulos rojos. Este descenso en los niveles provoca entonces una reducción en el transporte de oxígeno dentro de todas las células de nuestro cuerpo.
Existen varios tipos de anemia. La anemia puede deberse a tres mecanismos principales:
- Pérdida de sangre: hemorragia aguda o crónica;
- Disminución de la producción de glóbulos rojos;
- Aumento de la destrucción de glóbulos rojos (hemólisis).
No obstante, la anemia ferropénica (por falta de hierro) es la más frecuente
La vida de un glóbulo rojo: la lucha contra la anemia
En la búsqueda de tratamientos naturales para la anemia, es vital comprender el ciclo vital de los glóbulos rojos, los componentes esenciales de la sangre responsables del transporte de oxígeno. Comprender su síntesis y renovación arroja luz sobre los procesos que los remedios naturales pretenden favorecer.
Eritropoyetina: la señal de producción
El comienzo de la vida de un glóbulo rojo está señalado por la eritropoyetina, una hormona clave producida por los riñones. Controla la producción de glóbulos rojos en respuesta a los bajos niveles de oxígeno en la sangre, una situación frecuente en las personas con anemia. Por tanto, la salud renal está intrínsecamente relacionada con la prevención y el tratamiento natural de la anemia.
Médula y tuétano : Los talleres de fabricación
La médula ósea desempeña el papel de una fábrica, fabricando glóbulos rojos entre otras células sanguíneas. Apoyar la función de la médula ósea con nutrientes adecuados, como hierro, vitamina B12 y ácido fólico, puede ser una estrategia natural para combatir la anemia.
Transporte de oxígeno: una misión crucial
Una vez creados, los glóbulos rojos comienzan su misión vital de transportar oxígeno a todas las células y eliminar el dióxido de carbono, una función que puede verse debilitada en individuos con anemia. Mejorar la calidad de la sangre con alimentos ricos en hierro y compuestos antioxidantes es una forma natural de reforzar esta función.
Degradación y renovación: un equilibrio necesario
Hacia el final de su ciclo vital de 120 días, los glóbulos rojos son degradados por el bazo. La renovación constante es necesaria para mantener un número adecuado de glóbulos rojos, y los nutrientes esenciales desempeñan un papel en esta renovación. Por lo tanto, mantener una ingesta nutricional óptima es crucial para la prevención y el tratamiento de la anemia.
En resumen, cada etapa de la vida de un glóbulo rojo es un objetivo potencial para las intervenciones naturales contra la anemia. Una dieta equilibrada, suplementos naturales y un estilo de vida saludable son los pilares para ayudar al organismo a mantener un nivel óptimo de glóbulos rojos y combatir la anemia de forma natural.
¿Cuáles son los distintos tipos de anemia?
La anemia no se manifiesta de manera uniforme en todos los individuos. Esta afección, caracterizada por niveles de hemoglobina por debajo de las normas establecidas, se presenta en varias formas distintas. Cada una de ellas se distingue por criterios específicos, como el volumen corpuscular medio (VCM ), la concentración media de hemoglobina corpuscular (CH CM) y el nivel de reticulocitos, que son glóbulos rojos jóvenes en la sangre. La comprensión de estos criterios permite a los profesionales sanitarios determinar la naturaleza de la anemia para proponer el tratamiento adecuado. Existen cuatro categorías principales de anemia, cada una con sus propias causas e implicaciones:
Anemia microcítica hipocrómica aregenerativa
Estas anemias se caracterizan por glóbulos rojos más pequeños de lo normal y menos coloridos debido a una deficiencia de hemoglobina. La anemia más común en esta categoría es la anemia ferropénica, causada por una carencia de hierro. Esta carencia puede producirse como consecuencia de una ingesta insuficiente de hierro o de pérdidas excesivas, como suele ocurrir con las menstruaciones abundantes o las hemorragias digestivas.
Anemia macrocítica normocrómica aregenerativa
Este tipo de anemia presenta glóbulos rojos de mayor tamaño, a menudo relacionados con una carencia de vitamina B12 o, más raramente, de vitamina B9 (ácido fólico). Suele denominarse anemia macrocítica o megalocítica, en función de los valores de VGM.
Anemia normocrómica regenerativa
En este caso, los glóbulos rojos son de tamaño y color normales, pero se destruyen más rápidamente de lo normal, lo que puede deberse a patologías como la anemia falciforme, infecciones o reacciones a determinados tratamientos. Este tipo de anemia se conoce como anemia hemolítica.
Anemia normocrómica aregenerativa
Menos frecuentes, estas anemias se deben a una disfunción de la médula ósea, donde se sintetizan los glóbulos rojos. Pueden deberse a patologías directas de la médula ósea, pero también a anomalías genéticas que afectan a la producción de hemoglobina, como la talasemia.
Además, pueden encontrarse anemias normocíticas o macrocíticas regenerativas, causadas por hemorragias, hiperhemólisis (destrucción excesiva de glóbulos rojos) o enfermedades hereditarias como la esferocitosis.
Por último, las anemias macrocíticas carenciales arregenerativas suelen deberse a deficiencias de ácido fólico o vitamina B12, siendo la anemia de Biermer un ejemplo clásico.
Cada uno de estos tipos de anemia requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico distinto, de ahí la importancia de una identificación precisa para un tratamiento óptimo.
¿Cuáles son los signos clínicos de la anemia?
La anemia es una afección que puede permanecer silente o manifestarse a través de diversos signos clínicos, afectando a la calidad de vida de quienes la padecen. La identificación precoz de estos síntomas es crucial para un tratamiento eficaz y la prevención de complicaciones. Pero, ¿cuáles son los signos clínicos característicos de la anemia? En esta parte del artículo examinaremos en detalle los indicadores a los que hay que prestar atención para detectar la anemia. Exploraremos los síntomas más comunes y sus implicaciones para la salud. Comprender estas señales es un paso esencial hacia el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado que puede ser necesario para restablecer los niveles de hemoglobina y mejorar el transporte de oxígeno en el organismo.
Señales comunes a todas las anemias
Todas las anemias se manifiestan por:
- astenia, debilidad, cansancio exagerado
- taquicardia, palpitaciones
- disnea de esfuerzo, polipnea
- palidez de la piel y las mucosas
- fiebre
- soplo cardíaco
- dolores de cabeza
- mareos o zumbidos de oídos
Signos específicos según la causa
- Anemia por falta de hierro: piel frágil (uñas blandas, quebradizas y cóncavas, cabello seco y quebradizo). En una forma más avanzada, piel seca, grietas en las comisuras de los labios, signos de atrofia de la mucosa digestiva. Tendencia a las infecciones, esplenomegalia discreta, trastorno alimentario (pica).
- Anemiainflamatoria: Síndrome inflamatorio (fiebre, sudoración, deterioro del estado general)
- Anemia por carencia de vitamina B12: atrofia de la mucosa que recubre la lengua
- Talasemia: la intensidad de la anemia varía según el tipo de anomalía. Subicterio, retraso en la talla y el peso, deformidades óseas, facies mongoloide, hepatoesplenomegalia
- Anemiahemorrágica aguda: signos de shock hipovolémico, hemorragia visible, presencia de sangre en las heces, etc.
- Anemiahemolítica: subicterio conjuntival, orina oscura, esplenomegalia
- Esferocitosis hereditaria: Tríada característica: anemia, ictericia, esplenomegalia /- litiasis biliar, retraso del crecimiento y del desarrollo con deformación de los huesos del cráneo
Anemia: personas de riesgo
Las mujeres, los niños y los ancianos están especialmente expuestos
- Los periodos menstruales, más frecuentes con los DIU, son esencialmente la causa más frecuente de anemia ferropénica hipocrómica. La vigilancia también es necesaria durante el embarazo y la pubertad (calidad de la alimentación).
- También hay que tener cuidado con las hemorragias regulares de nariz y encías, sobre todo después de cepillarse los dientes
- Los niños que viven en condiciones precarias corren el riesgo de sufrir anemia. Al lamer pinturas y tuberías viejas, a veces pueden ser víctimas de una intoxicación por plomo, que ataca la producción de glóbulos rojos.
- Entre las personas mayores, las hemorragias digestivas, las esofagitis o las simples erosiones ligadas a la medicación (antiinflamatorios, aspirina, anticoagulantes) son las causas más frecuentes de anemia. Su alimentación, a veces inadecuada, es responsable de carencias en hierro, vitamina B12 y B9. El tratamiento prolongado con antiulcerosos también puede provocar carencias de vitamina B12.
Factores de riesgo de la anemia
Ciertas situaciones le exponen a un alto riesgo de anemia:
- Una dieta deficiente en hierro, vitamina B9 (ácido fólico) o vitamina B12. Los veganos tienen mayor riesgo de carencia de vitamina B12 y de hierro porque no consumen proteínas animales.
- El alcoholismo.
- Consumo de determinados medicamentos. Por ejemplo, los antiinflamatorios, la aspirina y los anticoagulantes pueden provocar hemorragias internas. Otros fármacos pueden interferir en la absorción o el metabolismo delácido fólico. Como esta interacción es bien conocida, a las personas que deben tomar este tipo de medicamentos también se les prescriben suplementos de ácido fólico como tratamiento preventivo de la anemia.
- La exposición a determinadas sustancias químicas, en particular el plomo
¿Cuáles son las causas de la anemia?
Descifrar el origen de la anemia es esencial para adaptar el tratamiento a cada caso. En esta sección, exploramos en profundidad las distintas causas de la anemia, desde las carencias nutricionales hasta las patologías más complejas, con el fin de identificar las mejores estrategias de gestión, incluidos los remedios naturales eficaces.
Carencia de hierro: factores clave
La carencia de hierro es una de las principales causas de la anemia microcítica. Puede deberse a diversos factores:
- Ingesta insuficiente: Especialmente en lactantes sin suplementos de hierro, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y ancianos desnutridos.
- Absorción reducida: Puede deberse a ciertos trastornos digestivos o al consumo de alimentos y dietas que dificultan la absorción del hierro.
- Pérdida excesiva de sangre: Las hemorragias, ya sean ginecológicas, digestivas o debidas a epistaxis frecuentes, son también una fuente importante de carencia de hierro.
Enfermedades inflamatorias crónicas y anemias regenerativas normocíticas o macrocíticas
La inflamación crónica debida a diversas patologías puede provocar una anemia regenerativa normocítica o macrocítica:
- Infecciones crónicas: como la tuberculosis o el VIH.
- Enfermedades autoinmunes: como el lupus o la artritis reumatoide.
- Cánceres: que pueden afectar directamente a la producción de glóbulos rojos.
Anemias hemolíticas: diversas causas
- Anomalías constitucionales de los glóbulos rojos: afecciones hereditarias como la esferocitosis o las deficiencias enzimáticas.
- Anomalías genéticas de la hemoglobina: la anemia falciforme y la talasemia son ejemplos notables.
- Factores infecciosos o tóxicos: algunos agentes patógenos o toxinas pueden inducir una hemólisis.
- Daños mecánicos o inmunológicos: las lesiones vasculares o las reacciones inmunológicas también pueden ser responsables de una mayor destrucción de glóbulos rojos.
Anemias aregenerativas: cuando la producción se detiene
Las anemias aregenerativas suelen estar relacionadas con problemas que afectan a la propia médula ósea:
- Afecciones renales o tiroideas: como insuficiencia renal o hipotiroidismo.
- Deficiencia de nutrientes clave: Una dieta deficiente en vitamina B12 o folatos, a menudo observada en veganos, puede provocar este tipo de anemia.
- Patologías de la médula ósea: Las enfermedades que afectan directamente a la médula, como la leucemia o la mielofibrosis, pueden impedir una producción adecuada de glóbulos rojos.
Para un análisis más detallado de estas causas, es aconsejable consultar estadísticas recientes facilitadas por centros sanitarios y estudios epidemiológicos. Por ejemplo, [fuente relevante] informa de que el X% de la anemia en mujeres en edad fértil se debe a una carencia de hierro, mientras que el Y% de la anemia en países de ingresos bajos y medios está causada por inflamaciones o infecciones crónicas.
Conocer las causas subyacentes de la anemia permite orientar mejor los tratamientos, incluidos los enfoques naturales que pueden favorecer la producción de glóbulos rojos y la absorción de hierro.
Comprender los riesgos: complicaciones de la anemia
Cuando se descuida o no se trata adecuadamente, la anemia puede tener graves consecuencias para la salud en general. En esta sección se examinan las posibles complicaciones de la anemia, destacando los efectos a largo plazo sobre el corazón, el sistema nervioso y la función renal. Una mayor vigilancia y una gestión proactiva son esenciales para prevenir estos importantes riesgos.
El impacto de la anemia en la salud del corazón
La anemia no tratada es algo más que fatiga; puede tener graves consecuencias, sobre todo en las personas mayores. Una de las complicaciones más graves es el efecto sobre el corazón. La falta de oxígeno debida a la anemia crónica puede provocar angina (dolor torácico) y aumentar el riesgo de infarto de miocardio (ataque al corazón).
El papel crucial de la vitamina B12
En caso de carencia de vitamina B12, los problemas van más allá de los síntomas habituales de la anemia. Esta vitamina es vital para el sistema nervioso y su ausencia puede desencadenar profundos trastornos neurológicos. Pueden aparecer síntomas como entumecimiento, hormigueo o incluso alteraciones de la coordinación, lo que indica daños nerviosos potencialmente irreversibles.
Anemia hemolítica y función renal
La anemia hemolítica, caracterizada por la destrucción acelerada de glóbulos rojos, puede provocar insuficiencia renal. Esta situación médica crítica requiere atención inmediata, lo que subraya la importancia de la prevención y el tratamiento adecuado de la anemia.
Para evitar estas complicaciones, es fundamental reconocer los signos de la anemia y consultar a un profesional sanitario para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados, incluido el posible uso de remedios naturales.
¿Cómo se puede prevenir la anemia?
La prevención de la anemia es un enfoque proactivo que comienza con nuestra dieta. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes clave como proteínas, hierro, ácido fólico y vitamina B12, es crucial para prevenir esta enfermedad.
Hierro: el pilar de la hemoglobina
El hierro es vital para la formación de la hemoglobina, que permite transportar el oxígeno por todo el cuerpo. Se recomienda una alimentación rica en hierro hemo (presente en carnes y vísceras) y no hemo (presente en verduras, frutos secos y cereales). Para optimizar la absorción del hierro, sobre todo del hierro no hemo de origen vegetal, es beneficioso consumir alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos y las bayas.
Vitamina B12 y folatos: esenciales para las células sanguíneas
Los alimentos ricos en vitamina B12 y folatos favorecen la salud de las células sanguíneas y previenen la anemia megaloblástica. Incluir en la dieta fuentes de vitamina B12 como los productos animales y los folatos de las verduras de hoja verde puede desempeñar un papel decisivo en la prevención de la anemia.
Evitar la carencia de hierro
Las mujeres embarazadas, los ancianos, los vegetarianos y las personas con determinadas afecciones médicas pueden correr el riesgo de padecer una carencia de hierro. Los suplementos dietéticos pueden ser necesarios, sobre todo para aquellas personas que tienen pocas probabilidades de obtener suficiente hierro sólo de su dieta, como las mujeres embarazadas o las personas que siguen una dieta vegetariana estricta.
Cuidado con las sustancias tóxicas
La prevención de la anemia también incluye reducir al mínimo la exposición a sustancias químicas que podrían dañar la producción de células sanguíneas. Deben aplicarse medidas de seguridad al manipular sustancias potencialmente peligrosas.
Apoyo a la lactancia
La lactancia es un paso crucial que puede influir positivamente en los niveles de hierro de la madre tras el parto, ayudando a prevenir la anemia posparto.
Consejos en caso de anemia
- Pero ten cuidado con tu corazón. Con anemia, incluso el ejercicio ligero puede causar fatiga. Esto se debe a que el corazón tiene que esforzarse mucho más como consecuencia de la alteración del transporte de oxígeno asociada a la anemia. Evita esfuerzos innecesarios
- Cuidado con los golpes, cortes y heridas. En caso de anemia, la pérdida de sangre debe evitarse en la medida de lo posible. Por ejemplo, aféitese con una maquinilla eléctrica en lugar de una cuchilla, utilice cepillos de dientes con cerdas suaves y evite los deportes de contacto.
- Prevenga cualquier riesgo de infección. Si tiene anemia de médula ósea, que también afecta a los glóbulos blancos, es más vulnerable a las infecciones. Lávese las manos a menudo con jabón antiséptico, evite el contacto con personas enfermas, duerma lo suficiente, vacúnese y siga un tratamiento antibiótico si es necesario.
- Beba mucho líquido. Una mala hidratación aumenta la viscosidad de la sangre y puede provocar ataques dolorosos o complicaciones, sobre todo en el caso de la anemia falciforme.
Estrategias para prevenir la anemia inducida por fármacos
Las anemias iatrogénicas son a veces consecuencia del uso necesario de ciertos tratamientos farmacológicos. La identificación de los fármacos implicados y la adaptación del tratamiento son esenciales para prevenir esta complicación. He aquí un enfoque específico para gestionar y prevenir estas anemias:
- Evaluación y ajuste del tratamiento: Siempre que sea posible, se deben reevaluar los fármacos responsables y, si el estado clínico lo permite, sustituirlos o suspenderlos.
- Uso de suplementos: Si el tratamiento farmacológico no puede modificarse, la introducción de suplementos como el ácido folínico o el folinato cálcico puede ayudar a prevenir la anemia.
- Lista de medicamentos implicados: Se sabe que medicamentos como los inhibidores de la dihidrofolato reductasa y ciertos antiepilépticos aumentan el riesgo de anemia megaloblástica. Se recomienda una mayor vigilancia de los pacientes que siguen estos tratamientos.
- Control de las menstruaciones abundantes: En las mujeres propensas a menstruaciones abundantes, el uso de tratamientos hormonales adecuados, como la píldora anticonceptiva o los dispositivos intrauterinos liberadores de progestágeno, puede reducir el riesgo de anemia.
- Prevención de la anemia en oncología: puede producirse anemia tras ciclos repetidos de quimioterapia, en particular los que incluyen sales de platino. En caso de descenso significativo de la hemoglobina, puede considerarse el uso de eritropoyetinas recombinantes para prevenir la anemia. Este procedimiento es preferible a la transfusión de glóbulos rojos, salvo en caso de hemoglobina inferior a 8 g/l, cuando puede ser necesaria una transfusión.
En conclusión, un enfoque proactivo del seguimiento y el ajuste de la medicación puede ayudar a reducir significativamente la incidencia de la anemia inducida por fármacos. La estrecha colaboración entre pacientes y profesionales sanitarios es crucial para la prevención eficaz de estas anemias potencialmente evitables.
Maximizar la eficacia del tratamiento con hierro
Iniciar un tratamiento con hierro implica seguir unas pautas precisas para garantizar la eficacia de la suplementación. A continuación, descubra algunos consejos prácticos y esenciales.
¿A qué hora del día debe tomar hierro?
Los médicos recomiendan tomar los suplementos de hierro preferentemente con el estómago vacío o 30 minutos antes de una comida para optimizar su absorción. Para reducir los efectos secundarios, puede ser beneficioso repartir las dosis a lo largo del día.
Dieta y absorción del hierro
Algunos alimentos pueden interferir en la absorción del hierro:
- Inhibidores de la absorción del hierro :
- Fitatos: Presentes en alimentos como el ruibarbo y los panes integrales, pueden unirse al hierro e interferir en su absorción.
- Fosfatos: Presentes en los productos lácteos, pueden reducir la absorción del hierro entre un 30 y un 50%.
- Taninos: El té contiene taninos, por lo que los expertos recomiendan limitar su consumo a 2-3 tazas al día.
Cómo se puede potenciar la absorción del hierro?
Tomar vitamina C es una forma excelente de aumentar la absorción de hierro. Tomar el suplemento con un vaso de zumo fresco de naranja o pomelo puede ser muy beneficioso.
Interacción con otros medicamentos
Es fundamental tener en cuenta las interacciones entre medicamentos:
- Evite tomar hierro al mismo tiempo que ciclinas, fluoroquinolonas, penicilamina, antiácidos, tiroxina y bifosfonatos. Se recomienda una separación de al menos 3 horas entre estos medicamentos y el hierro.
Duración del tratamiento con hierro
Aunque la mejoría de la fatiga puede notarse en 1 ó 2 meses, la administración de suplementos de hierro debe continuarse durante 5 ó 6 meses para reponer las reservas del organismo. La eficacia del tratamiento debe evaluarse al cabo de 3 meses mediante un análisis de sangre.
Tratamiento de la intolerancia al hierro
Si experimenta efectos secundarios como náuseas, diarrea o estreñimiento, intentar fraccionar las dosis de hierro durante el día puede ayudar a minimizar estos inconvenientes.
Anemia en los complementos alimenticios
Sobre todo, no intente tratarse con suplementos de hierro o multivitamínicos que contengan hierro. Esto podría enmascarar una enfermedad mucho más grave y retrasar el diagnóstico.
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Vitaminas y oligoelementos recomendados
Inovance Ferrum® es un complemento alimenticio que contiene hierro y vitamina C.
- El hierro contribuye a la formación normal de glóbulos rojos y hemoglobina y al transporte normal de oxígeno en el organismo.
- El hierro ayuda a combatir la fatiga.
- La vitamina C favorece la absorción del hierro. Sólo debe tomarse si su médico le ha prescrito un tratamiento con hierro. Prefiera la vitamina C natural que es Vitascorbol Acerola 1000 Vitamina C natural y acerola: 3 robles Acerola 500, Acerola 1000 Arkopharma®, Acerol C vitamina C, Acerola Bio 500, Acerola Plus 500, Vitascorbol® 500 o Vitascorbol® 1g.
Tratar la anemia con homeopatía
Ante todo, no intente tratarse con homeopatía sin consultar a su médico.
La homeopatía es una ayuda complementaria, que a menudo contribuye a mejorar la tolerancia del tratamiento con hierro (que a menudo se tolera mal), ¡pero nunca puede sustituir a los tratamientos convencionales!
En caso de frigidez o anemia leve: Graphites 9CH
- Pérdida de sangre, anemia y repercusiones generales (fatiga): China rubra, Phosphoricum acidum, Ferrum metallicum 5CH 3 gránulos 2 veces al día
- Zincum metallicum Anemia a veces enmascarada por un estado de gran fatiga.
- Plumbum metallicum: anemia que puede ir acompañada de pérdida de peso.
- Natrum muriaticum: anemia, sobre todo en personas delgadas y frioleras
- Kalium carbonicum: personas frías, anémicas, con edemas y artritis. Anemia ferropénica
Anemia y oligoterapia
No intente tratarse con oligoterapia sin consultar a su médico. La oligoterapia es una ayuda adicional, ¡pero nunca puede sustituir a los tratamientos convencionales!
Oligoelementos recomendados
Cobalto: El cobalto es un oligoelemento esencial. Está presente en la estructura de la cianocobalamina o vitamina B12, que interviene en la eritropoyesis y la biosíntesis de la hemoglobina.
Oligoelementos a evitar en caso de anemia
Zinc: en grandes cantidades: Una dosis excesiva de zinc puede provocar anemia
Consejos de farmacia: ¿Cuándo se debe consultar al médico?
- En caso de: palidez, falta de entusiasmo o energía, dolores de cabeza, pérdida de libido, incapacidad para concentrarse, etc
Sin embargo, si padece una enfermedad crónica susceptible de provocar anemia, es importante llevar un control médico adecuado y hacerse análisis de sangre de vez en cuando. Hable con su médico.
En caso de dificultad para respirar al hacer esfuerzos o mareos