¿Cómo afrontar mejor su intolerancia a la lactosa?

La lactosa es el principal carbohidrato de la leche. En los bebés, proporciona una parte importante de la energía. En la edad adulta, lo proporcionan principalmente la leche y los productos lácteos.

Para ser digerida, la lactosa debe ser hidrolizada por una enzima, la lactasa, pero algunos individuos tienen deficiencia de lactasa en la edad adulta. Este déficit genéticamente programado en una gran parte de la población mundial es a menudo la causa de la malabsorción. Cuando la malabsorción da como resultado problemas molestos demostrados por las pruebas adecuadas, se denomina intolerancia a la lactosa.

¿Cómo diagnosticar la intolerancia a la lactosa?

El diagnóstico de intolerancia se realiza en el ámbito hospitalario. El autodiagnóstico no es suficiente. Muchas personas con trastornos digestivos funcionales tienen una actividad normal de la lactasa, pero se quejan de intolerancia a la leche. Probablemente se trate de problemas de hipersensibilidad digestiva a la fermentación o efectos psicológicos. Por ejemplo, consumir un producto blanco sin lactosa puede inducir síntomas digestivos.

Por tanto, el autodiagnóstico no es suficiente para concluir que existe intolerancia. Las opiniones subjetivas de las personas sobre su posible intolerancia resultan ser falsas en más de la mitad de los casos.
Para demostrar que los síntomas clínicos están asociados a una mala digestión de lactosa, es necesario realizar una prueba de expiración de hidrógeno. Cuanto mayor sea el nivel de hidrógeno exhalado después de la ingestión de lactosa, menos eficiente será su digestión.

¿Deberíamos prohibir la lactosa en nuestra dieta?

No se debe prohibir el consumo de lácteos en caso de intolerancia, al contrario, es mejor favorecerlo para no exponerse a deficiencias.
La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir hasta 12 g de lactosa (el equivalente a 1/4 de litro de leche) sin ningún síntoma. Además, se pueden consumir quesos curados y yogures. Quesos como Camembert, Brie, Livarot, Gruyère, etc. contienen solo trazas de lactosa.

Mantener la lactosa en la dieta es posible a costa de unos simples consejos dietéticos en la mayoría de los sujetos intolerantes para evitar un consumo insuficiente de calcio y así exponerse a un mayor riesgo de trastornos óseos, en particular de osteoporosis.

Los suplementos de enzimas deben ser un complemento y no un sustituto de la restricción alimentaria. La persona intolerante a la lactosa debe tomar suplementos de calcio (1200 a 1500 mg / día).

Los fermentos lácticos del yogur sintetizan una lactasa que les permite hidrolizar la lactosa y nutrirse de este azúcar. La lactasa bacteriana es inactiva en el yogur, pero se activa en el intestino cuando llegan los fermentos lácticos, especialmente en el duodeno, donde las condiciones fisicoquímicas se acercan a las condiciones óptimas para el funcionamiento de la enzima.

Algunos consejos dietéticos para afrontar mejor su intolerancia a diario:

La lactosa se encuentra principalmente en productos lácteos no fermentados, por lo que no es necesario eliminar todos los productos lácteos de su dieta.

  • Toma complementos alimenticios:
  • Lero lacteasa
  • Enzycalm
  • Consumir alimentos o productos que contengan lactosa solo en pequeñas cantidades y al mismo tiempo que otros alimentos (frutas, verduras, carnes, pescado, etc.)
  • Evite comer este tipo de alimentos o productos demasiado rápido.
  • Prefiere la leche entera a la desnatada.
  • Distribuya los productos lácteos diarios en las tres comidas principales.
  • Sin lácteos en ayunas, pero siempre durante las comidas, porque las fibras, proteínas y grasas aportadas por otros alimentos ralentizan el vaciado gástrico

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